Republic: The Revolution presentado en Londres

El pasado d¨ªa 3 de abril, Eidos Interactive convoc¨® a los mejores medios europeos a la presentaci¨®n de uno de los productos m¨¢s ambiciosos de los ¨²ltimos a?os. Proein invit¨® a Meristation y a Gamelive como ¨²nicos representantes espa?oles en la puesta de largo del videojuego de Elixir Studios, Republic: The Revolution.

Demis Hassabis, un joven que comenz¨® a los diecisiete a?os programando junto a Peter Molyneux el exitoso Theme Park y que volvi¨® a colaborar con ¨¦l en Black & White nos present¨® el primer juego de Elixir desde su fundaci¨®n hace cinco a?os. Y durante estos cinco a?os han estado trabajando en Republic: The Revolution para poder crear un videojuego acorde a la grandiosa visi¨®n que este joven programador ten¨ªa cuando comenz¨® a desarrollarlo.

Republic es un juego muy grande, pero no s¨®lo por su enorme mapeado o por la inmensa cantidad de gente que encontraremos en las tres ciudades de las que se compone el juego. Tampoco lo es por la ingente cantidad de acciones a realizar ni por la gran duraci¨®n del juego. Republic es un juego grandioso por lo innovador que resulta.

El juego comienza en el imaginario pa¨ªs de Novistrana. Nuestros recuerdos comienzan cuando unos militares amparados en el r¨¦gimen totalitario de Novistrana matan a nuestro padre delante de nuestros ojos. Desde entonces nuestro destino est¨¢ fijado, deberemos hacernos con el control del pa¨ªs, ya sea por las buenas o por las malas.

Y para ello tendremos cientos de acciones disponibles, desde extorsionar a nuestros enemigos hasta sobornar a los empleados de las facciones opuestas, pasando por m¨¦todos m¨¢s "leg¨ªtimos" como hacer obras de caridad o denunciar las malas artes de nuestros enemigos.

Y es en el momento en el que comenzamos a movernos por el mapa cuando nos damos cuenta del tama?o de Novistrana. Las ciudades que conoceremos (Pugachev, Ekaterine y Berenzina) rebosan vida. Cada uno de los personajes que nos encontraremos tendr¨¢ una historia que contarnos o nos servir¨¢ para conocer de primera mano los acontecimientos que ocurren en nuestra ciudad. Adem¨¢s, y gracias al engine gr¨¢fico Totality, podremos ver los m¨¢s de cuatro kil¨®metros cuadrados de cada ciudad.

El control ser¨¢ bastante sencillo. Cada d¨ªa est¨¢ dividido en varios "slots" de tiempo, 3 para la ma?ana, 3 para el mediod¨ªa y 3 para la noche. Cada acci¨®n requiere un n¨²mero de slots y tendremos que ordenar a nuestros empleados (un m¨¢ximo de seis empleados) que realicen una acci¨®n en un sitio determinado dentro de la ciudad. Cada localizaci¨®n tiene un nivel de "secretismo" que har¨¢ que la acci¨®n tenga m¨¢s o menos ¨¦xito, por ejemplo, si queremos sobornar a un alto cargo del gobierno conviene que lo hagamos en un lugar apartado, pero si queremos hacer una buena acci¨®n, como dar de comer a los mendigos, lo mejor es que lo hagamos en medio del parque para que mucha gente pueda ver lo buena persona que es nuestro Avatar. Tambi¨¦n podremos realizar "combos de acciones", mandando a gente a que tome fotos mientras sobornamos a alguien para venderlas despu¨¦s o amenazar a nuestras facciones rivales, por ejemplo.

Otra parte importante son las conversaciones. Ciertas acciones como por ejemplo un intento de contrataci¨®n, llevan aparejado una conversaci¨®n. Durante esta conversaci¨®n tendremos que resolver un peque?o juego de l¨®gica para que nuestra acci¨®n tenga ¨¦xito. Y esto puede parecer f¨¢cil, pero no lo es en absoluto, porque el juego transcurre en tiempo real. De esta manera, mientras nosotros estamos intentando sobornar a un enemigo, en la otra punta de la ciudad pueden estar intentando sobornar a uno de mis empleados. Tendremos que estar cambiando deprisa de una conversaci¨®n a otra o elegir sacrificar una para llevar a buen puerto la otra. Esto implica tener que tomar decisiones estrat¨¦gicas muy sutiles en relaci¨®n al horario de cada d¨ªa.

Republic: The Revolution saldr¨¢ a la venta durante el segundo trimestre del a?o, pero a¨²n no se ha confirmado una fecha exacta para su lanzamiento. Estaremos atentos a la que puede ser una de las bombas del a?o.