Se abre la veda del mono...

Vuelve el t¨ªtulo m¨¢s "mono" de Sony con una aventura plataformera que recupera el estilo de juego tan peculiar que ya pudimos disfrutar en la primera parte. Si quieres atrapar a unos cuantos monos, has elegido el juego correcto.

Ape Escape 2 nos pone en la piel de un cazador de monos. Pero no de cualquier tipo de monos, sino de unos que han venido del espacio exterior con unas m¨¢s que dudosas intenciones. As¨ª que antes que hacer frente a un ataque colectivo de todos los colegas de King-Kong, el gobierno de la Tierra, con la diplomacia que le caracteriza, ha decidido capturarlos a todos para que los simios no puedan causar ning¨²n destrozo. Y ah¨ª es donde entr¨¢is vosotros.

Controlando a Hikaru, el pobre diablo al que le han encasquetado el muerto de acabar con la amenaza de los primates, contar¨¢ por toda arma con una super red con la que poder atrapar y teletransportar inmediatamente a los monos de marras. Pero gracias a los adelantos de la tecnolog¨ªa podremos hacer uso de un mont¨®n de gadgets con los que nuestro h¨¦roe podr¨¢ perseguir en igualdad de condiciones (o casi) a los nuevos enemigos de la Tierra.

Y es que hay que tener en cuenta que algunos de estos monos tan particulares tienen habilidades muy sorprendentes. Unos podr¨¢n desplazarse a altas velocidades, otros ser¨¢n capaces de bucear, otros incluso portar¨¢n uzis con las que intentar¨¢n convertirnos en un queso de gruyere, etc. Es por ello que Hikaru, el protagonista de este Ape Escape 2, tendr¨¢ que hacer acopiode todos los objetos que se le pongan a tiro para poder adquirir poderes que le permitan enfrentarse en igualdad de condiciones con los primos lejanos de Chita.

Pero no s¨®lo nos tendremos que dedicar a acabar con las fechor¨ªas de los traviesos monos. Un mont¨®n de minijuegos esperan a aquellos que sean tan h¨¢biles de desbloquearlos recogiendo una determinada cantidad de fichas a lo largo y ancho de los niveles. Un reto que espera ser superado por los m¨¢s aguerridos jugadores...

Como detalle anecd¨®tico mencionar que en Jap¨®n la fiebre por esta saga es tal que ha dado el salto a la pantalla grande en forma de largometraje de dibujos animados. Sarugetchu, como se conoce a Ape Escape en el pa¨ªs del Sol Naciente, sigue los pasos as¨ª de otros tantos videojuegos que debido a su gran popularidad han inspirado, con m¨¢s o menos fortuna, pel¨ªculas en las que se explota su gran tir¨®n entre la comunidad de jugones.

En cuanto al modelado de los personajes, es cumplidor y poco m¨¢s. Salta a la vista el escaso n¨²mero de pol¨ªgonos mediante el cual se ha decidido representar a cuantos habitantes pululan por el mundo de Ape, y la ¨²nica explicaci¨®n que a uno se le ocurre es el miedo que los programadores ten¨ªan de sobrecargar al procesador de la consola de Sony. Quiz¨¢ las prisas, una vez m¨¢s, han sido las principales causantes de este desprop¨®sito gr¨¢fico.

El nivel de detalle es otro de los puntos negros del apartado visual de Ape Escape 2. Las texturas son absolutamente planas, como si los grafistas hubieran querido pasar el tr¨¢mite lo m¨¢s r¨¢pidamente posible. Las animaciones son otro cantar, pues se nota que han sido bastante pensadas para poder causar un efecto que se podr¨ªa calificar como humor estilo Rasca y Pica, la serie que con tanto fervor siguen los Simpsons. La violencia campa a sus anchas, pero siempre cubierta de un grueso manto de cachondeo y ganas de producirnos algunas carcajadas.

La c¨¢mara implementada, a pesar de que se puede variar su ¨¢ngulo con absoluta libertad mediante la cruceta, est¨¢ muy baja, casi encima de la cabeza del protagonista, lo que dificulta el control, sobre todo en determinadas zonas en las que hay poco espacio para maniobrar. En cualquier caso, el punto de vista es el menor de los problemas de Ape Escape, por lo que r¨¢pidamente  desviar¨¦is vuestra atenci¨®n hacia otras limitaciones menos desde?ables.

Las trampas y los puzzles se confabular¨¢n con los primates para que no podamos cumplir nuestro objetivo de reducir dr¨¢sticamente la poblaci¨®n de fans de Copito de Nieve en la Tierra. Eso s¨ª, la dificultad de los susodichos desaf¨ªos no ser¨¢ en absoluto elevada, no constituyendo un verdadero obst¨¢culo para los jugadores que est¨¦n curtidos en mil y una batallas. Atrapar a cada uno de los primates, eso s¨ª, ser¨¢ algo m¨¢s complicado, porque muchos de ellos ser¨¢n sumamente escurridizos.

Para poder liberar los minijuegos y poder jugar a ellos, tendr¨¦is que recoger un n¨²mero de fichas determinado. Con esas fichas podr¨¦is dirigiros a la M?quina de Artilugios, m¨¢quina que, adem¨¢s de permitir jugar a los minijuegos, nos ofrecer¨¢ artilugios y objetos que podremos usar durante la aventura de Hiraku. Lo cierto es que la b¨²squeda de esas fichas acabar¨¢ acaparando toda vuestra atenci¨®n, porque mucho del inter¨¦s de este Ape Escape 2 radica en sus minijuegos...

El control es asequible, y su ¨²nico problema es el gran n¨²mero de botones y palancas que hay que usar para poder realizar todos los movimientos y ataques. Pero si obviamos ese hecho, lo cierto es que se puede decir que Ape Escape 2 es un t¨ªtulo muy f¨¢cil de jugar. Otra cosa es que consig¨¢is atrapar a todos los primates cuando se os pongan a tiro, lo cual requerir¨¢ bastante pr¨¢ctica.

La larga duraci¨®n, 20 niveles y 8 jefazos finales, asegura horas y horas de diversi¨®n a los que se propongan acabar hasta la ¨²ltima fase de Ape Escape 2. Lo cierto es que pocos se sentir¨¢n tentados de concluirlas todas y cada una de ellas, pues la poca variedad de objetivos y lo lineal de su planteamiento har¨¢ que la mayor¨ªa arroje la toalla, sino a las primeras de cambio, s¨ª al poco rato.

En cualquier caso, Ape Escape 2 es absolutamente recomendable a aquellos que disfrutaron como enanos con la primera entrega y se quedaron con ganas de atrapar a m¨¢s monos. El resto, que se centre en las dos parejas que actualmente ocupan las primeras posiciones en el g¨¦nero de Mario y Sonic: Jak and Daxter y Ratchet and Clank. Dos juegazos que seguro que satisfacer¨¢n vuestras ansias plataformeras. Palabra.

l  o    m  e  j  o  r

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