Instinto mortal...

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Killer Instinct result¨® ser uno de los juegos de lucha m¨¢s aclamados de 16 bits y tambi¨¦n form¨® parte, junto a la trilog¨ªa DKC, del t¨¢ndem victorioso que Rare ofreci¨® al mundo durante su renacer en Super Nintendo. Killer Instinct Gold supone la continuaci¨®n directa de aquella primera entrega en el ¨¢mbito consolero, aunque en esta ocasi¨®n, la saga se desplaza hasta N64...

Ha pasado mucho tiempo desde que comenzaron a circular los rumores que apuntaban a Killer Instinct como el primer juego destinado a funcionar en lo que, por aquel entonces, se conoc¨ªa ¨²nicamente como proyecto Ultra 64. Nintendo hab¨ªa llegado a un acuerdo con Silicon Graphics para desarrollar una nueva plataforma para juegos que sustituir¨ªa a SNES en un futuro cercano, m¨¢s concretamente una nueva consola de 64 bits. Tan pronto como se conocieron las primeras noticias sobre este acuerdo, los primeros nombres presumibles para la nueva m¨¢quina comenzaron a correr de boca en boca, as¨ª como sus especificaciones t¨¦cnicas, y c¨®mo no, la identidad de sus primeros juegos. La mayor parte de aquella informaci¨®n era pura conjetura, pero durante un tiempo todas las miradas se dirigieron hacia un mismo t¨ªtulo que supuestamente inaugurar¨ªa el cat¨¢logo de lo que hoy conocemos como Nintendo 64: Killer Instinct.

Rareware era una de las principales bazas de Nintendo para aprovechar al m¨¢ximo la tecnolog¨ªa que ofrecer¨ªa su nuevo hardware, y cuando se supo que se llevar¨ªa a cabo una adaptaci¨®n dom¨¦stica de la versi¨®n recreativa de Killer Instinct, juego de lucha desarrollado por la compa?¨ªa inglesa, todo invitaba a pensar que se tratar¨ªa del primer t¨ªtulo en salir a la luz para Nintendo 64. No obstante, a estas alturas todos conocemos el verdadero final de la historia, y aunque Killer Instinct fuese transportado finalmente a SNES con unos resultados bastante notables, ser¨ªa precisamente su secuela la encargada de dar el salto a los 64 bits y de paso, alzarse como el primer juego desarrollado por Rare para la nueva consola de Nintendo.

Si Killer Instinct concentr¨® en SNES toda la esencia de la recreativa original en la que estaba basado, Killer Instinct Gold trata de hacer lo propio en Nintendo 64, aunque esta vez tomando como base el arcade Killer Instinct 2. Sin embargo, la gente de Rare se ha molestado en incluir toda una serie de nuevas opciones de juego para adornar esta ¨²ltima entrega, que a¨²n as¨ª, podr¨ªa quedar a medio camino si la sometemos a una comparaci¨®n con su popular predecesor.

Adem¨¢s de nuevos luchadores y escenarios de lo m¨¢s diverso, Killer Instinct Gold incorpora algunos modos de juego que sirven para alargar la vida del juego m¨¢s all¨¢ del cl¨¢sico torneo contra los dem¨¢s oponentes. Arcade, Team, Team Elimination, Training o una larga lista de opciones y trucos aplicables a la jugabilidad son s¨®lo algunos de los ejemplos que ofrece este juego a nivel de posibilidades l¨²dicas a la hora de coger el mando. Una lista que parece atractiva a primera vista, y que de hecho se agradece tras realizar la conversi¨®n, pero que no cuenta con suficiente variedad entre sus opciones como para satisfacer a los m¨¢s exigentes.

T¨¦cnicamente el juego tampoco hace honor al nombre de sus creadores, aunque en determinados aspectos sobresale favorablemente, como es el caso de algunos escenarios recreados con todo lujo de detalles. Los luchadores mantienen el aspecto renderizado y bidimensional de la entrega anterior, aunque con evidentes mejoras en materia gr¨¢fica dada la capacidad de la nueva m¨¢quina y el tiempo transcurrido desde entonces.

En cuanto al control, su dominio depender¨¢ de la pericia de cada jugador, ya que el aprendizaje de todos los posibles combos y movimientos especiales en un Killer Instinct y probablemente en la mayor¨ªa de los juegos de lucha nunca ha sido tarea f¨¢cil.

Tal vez un apartado que merecer¨ªa la pena destacar ser¨ªa el del sonido, por lo general tan brillante como en la primera entrega. Pero ya nos encargaremos en profundizar en este y otros asuntos en las secciones correspondientes, que vienen enumeradas a continuaci¨®n...

g  r  ¨¢  f  i  c  o  s  :

A diferencia de lo que viene a ser habitual trat¨¢ndose de juegos de Rare, Killer Instinct Gold no muestra un apartado gr¨¢fico despampanante y que aprovecha al l¨ªmite gran parte de las capacidades de la consola. Rompiendo la tendencia que siguen la mayor¨ªa de los juegos de lucha actualmente, en Rare han optado por ignorar hasta cierto punto las posibilidades de la tercera dimensi¨®n ofreci¨¦ndonos un juego que se presenta en una especie de pseudo-3D, con personajes renderizados que llevan a cabo combates laterales cl¨¢sicos pero que, no obstante, se mueven por escenarios tridimensionales con diversas opciones espaciales a la hora de situar a los dos contrincantes.

Ese ¨²ltimo detalle se refiere al hecho de que el combate podr¨¢ variar de lugar y ¨¢ngulo espec¨ªfico dentro del escenario dependiendo de la zona en la que caiga uno de los luchadores si previamente ha recibido un golpe lo bastante fuerte. De este modo, si uno de los dos personajes sale despedido tras un pu?etazo y cae en un lugar m¨¢s alejado de donde se estaba desarrollando el combate, su oponente se trasladar¨¢ hasta all¨ª y la lucha proseguir¨¢ en un nuevo emplazamiento. Aunque cada escenario cuenta con una serie de caracter¨ªsticas propias, y puede ofrecer m¨¢s o menos posibilidades dependiendo de las mismas.

Asimismo, el grado de detalle que presentan los escenarios en general es bastante elevado, y suponen el mayor logro del juego dentro de su faceta gr¨¢fica. Los luchadores no s¨®lo podr¨¢n moverse por el entorno, sino que tambi¨¦n cuentan con la posibilidad de interactuar con ¨¦l, al menos en determinados casos. Los golpes m¨¢s salvajes derribar¨¢n paredes, tumbar¨¢n cubos de la basura o formar¨¢n grandes explosiones si llegan a da?ar alg¨²n barril de combustible. En el escenario de T.J. Combo podremos ver pasar el tren, mientras que la nave estrellada en el hielo de Glacius chisporrotear¨¢ de cuando en cuando bajo una lluvia de copos de nieve.

El dise?o de los luchadores tampoco es desmerecedor, ya que cuentan con un tama?o considerable y lucen un bonito repertorio de animaciones, pero quiz¨¢s su inevitable contraposici¨®n a la tridimensionalidad de los escenarios juegue en su contra. Rare ha dotado al juego con sistema de zoom en la c¨¢mara que se alejar¨¢ o se acercar¨¢ autom¨¢ticamente a los luchadores dependiendo de la distancia que guarden entre ellos. Lamentablemente, el ¨¢ngulo en el que se sit¨²a dicha c¨¢mara en ocasiones no podr¨ªa ser m¨¢s inoportuno, llegando a realizar inviables picados que no logran m¨¢s que ensombrecer el aspecto real de los luchadores haciendo que parezcan planos y poco trabajados.

Si a esto ¨²ltimo le sumamos la falta de fluidez en alguna que otra animaci¨®n de los personajes, el escas¨ªsimo detalle que muestran algunos fondos en comparaci¨®n con el resto del escenario y la sobriedad con la que han sido dise?ados ciertos men¨²s del juego, Killer Instinct Gold pierde mucha vistosidad y atractivo que en unas condiciones no excesivamente diferentes podr¨ªa haber ganado.

Y si bien es cierto que los personajes proyectan sombras o reflejos bien definidos sobre las superficies que recorren, tambi¨¦n lo es que estas proyecciones no siempre se resuelven con total exactitud (en la mayor¨ªa de ocasiones debido a las incongruencias de la c¨¢mara mencionadas previamente).

m  ¨²  s  i  c  a  :

Tal como ocurr¨ªa en el primer Killer Instinct, el apartado musical se diferencia del resto del conjunto como uno de sus m¨¢ximos exponentes. Aunque en esta ocasi¨®n, Killer Instinct Gold parte con la ventaja de ser un juego de Nintendo 64, deslig¨¢ndose de cualquier limitaci¨®n que pudiese imponer el hardware de SNES a la hora de trasladar una banda sonora con tanta calidad como en la m¨¢quina recreativa.

Robin Beanland, responsable de algunas de las mejores piezas musicales que han acompa?ado a los juegos de Rare a lo largo de su m¨¢s reciente historia, ha puesto al alcance de nuestros o¨ªdos una serie melod¨ªas tan brillantes como adecuadas, y en no pocas ocasiones incluso merecer¨ªa la pena detener el combate y subir el volumen del televisor ¨²nicamente para disfrutar de la fant¨¢stica banda sonora de Killer Instinct Gold.

Desde la m¨²sica intensa y orquestal de Sabrewulf hasta el tema ¨¦pico de Tusk, pasando por el ritmo asi¨¢tico de Jago, pr¨¢cticamente todos los temas musicales que ofrece Killer Instinct Gold son de una calidad destacable para un videojuego, y como incentivo, en esta ocasi¨®n no hay ning¨²n problema a la hora de reproducir la letra de determinadas canciones. Por eso mismo, y a diferencia de lo que ocurr¨ªa en 16 bits, est¨¢ vez s¨ª han sido incluidas las voces de los cantantes que acompa?an a ciertas melod¨ªas.

C¨®mo ¨²nico aspecto negativo, algunos jugadores podr¨ªan llegar a echar en falta piezas concretas que ya sonaron en el primer juego, o tal vez podr¨ªan sentirse defraudados por la evoluci¨®n que han sufrido los temas de acompa?amiento de determinados luchadores. Aunque por regla general todas las canciones han salido considerablemente favorecidas, pueden encontrarse peque?as excepciones como el electrizante tema de Fulgore, que en la humilde opini¨®n de quien escribe estas l¨ªneas, ha perdido much¨ªsima calidad en comparaci¨®n con la fant¨¢stica aportaci¨®n que supuso para la recreativa original del primer Killer Instinct. A¨²n as¨ª, empezando por el tema central de la saga y terminando por cualquier m¨²sica destinada a acompa?ar a los nuevos luchadores, la banda sonora de Killer Instinct Gold mantiene en alto el list¨®n impuesto por sus predecesores y se eleva como uno de los principales atractivos del cartucho en general.

s  o  n  i  d  o    F  X  :

No hay mucho que decir sobre este apartado, excepto que cumple con las expectativas introduciendo alguna que otra modificaci¨®n respecto al juego original. Llama principalmente la atenci¨®n la falta de protagonismo inicial de la voz del comentarista, quien ha visto reducida dr¨¢sticamente su participaci¨®n en relaci¨®n a la primera entrega. Quiz¨¢ esto juegue en beneficio de la banda sonora, pero en Killer Instinct Gold las habituales voces cavernosas que anunciaban con ¨ªmpetu el nombre de cada movimiento especial que realiz¨¢bamos se limitar¨¢n a nombrar aquellos golpes que supongan un verdadero giro para el combate (como los Combo Breakers, los Ultras y los Ultimates, estos ¨²ltimos como fatalities particulares de Killer Instinct y clara referencia al pasado de la compa?¨ªa desarrolladora).

Adem¨¢s de esto, podemos estar seguros de que una vez m¨¢s los chicos de Rare se lo habr¨¢n pasado en grande doblando a los personajes de sus propios juegos, y logrando al mismo tiempo los efectos m¨¢s indicados para la voz de cada luchador.

Por ¨²ltimo, cabe destacar detalles tan cuidados como el ruido de choque entre metales que se produce si se da la circunstancia de que los personajes luchan armados con espadas u objetos similares y se produce un cruce entre las hojas de las mismas. Esto sin olvidar los golpes que puedan darse los personajes contra los diferentes objetos que pueblan los escenarios, que por supuesto tambi¨¦n contar¨¢n con un FX a su medida.

j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d  :

Caracter¨ªstica de valor determinante en todo juego de lucha que se precie, la jugabilidad que ofrece Killer Instinct Gold puede ser contemplada desde diferentes puntos de vista. En principio, la situaci¨®n de los botones no deber¨ªa representar un problema para nadie, ya que estos son perfectamente configurables y adaptables al gusto de cada cual. Tal vez la parte m¨¢s delicada del asunto se refiera a la elecci¨®n del modo de control principal, ya sea mediante la cruceta cl¨¢sica u optando por el novedoso joystick anal¨®gico de Nintendo 64.

A pesar de las evidentes e indiscutibles cualidades que ofrece el joystick anal¨®gico, dadas las caracter¨ªsticas de Killer Instinct Gold el pad digital de toda la vida podr¨ªa hacer el juego mucho m¨¢s accesible para m¨¢s de uno. Killer Instinct Gold sigue contando con un complejo sistema de combos para llevar a cabo los movimientos de cada personaje, y estos suponen el pan de cada d¨ªa dentro de los combates. Es por ello que un joystick dise?ado especialmente para juegos en 3D podr¨ªa dificultar seriamente la tarea de realizar los movimientos m¨¢s oportunos en el momento preciso, y tal vez la opci¨®n m¨¢s recomendable ser¨ªa optar por un control m¨¢s cl¨¢sico, siguiendo la l¨®gica del aspecto visual del juego. Aunque, como ya he dicho anteriormente, al final ser¨¢ cada jugador quien decida qu¨¦ modo de control le parece m¨¢s adecuado.

Los combos (combinaciones de botones que desencadenar¨¢n diferentes tipos de ataques) siguen la misma l¨ªnea que en el juego anterior, e ir¨¢n desde los m¨¢s sencillos e inofensivos hasta los m¨¢s complejos y letales. Llegar a controlar con precisi¨®n a uno solo de los luchadores del juego requerir¨¢ mucho tiempo y esfuerzo, aunque para facilitarnos la tarea, los chicos de Rare han incluido tres modos de entrenamiento que nos permitir¨¢n aprender pr¨¢cticamente todas las t¨¦cnicas de combate disponibles para cada personaje. El primero de ellos, Practice, ya se encontraba en el primer Killer Instinct y consiste en un modo de juego en el que podremos golpear indefinidamente a un rival inerte para ensayar sistemas de ataque. La ¨²nica diferencia que aporta esta nueva versi¨®n es que pulsando determinado bot¨®n aparecer¨¢ ante nosotros un listado con todos los movimientos especiales disponibles para el personaje que estamos controlando, y de esa forma podremos aplicarlos posteriormente en el combate contra nuestro indefenso enemigo. Los otros dos modos de entrenamiento, Training y Focused Training, apenas guardan diferencias entre s¨ª y nos situar¨¢n frente a un maestro de artes marciales que se encargar¨¢ de instruirnos debidamente en diferentes t¨¦cnicas de combate. Primero, nuestro mentor particular realizar¨¢ un movimiento de muestra, y despu¨¦s nosotros tendremos que imitarle para lograr completar su entrenamiento. En ambos modos dispondremos de un n¨²mero de intentos limitado y la ¨²nica diferencia apreciable entre los dos es que uno de ellos nos dar¨¢ opci¨®n para elegir la especialidad en la que deseamos practicar, mientras que en el otro modo ser¨¢ el maestro que marque el esquema a seguir.

Adem¨¢s de esas opciones de pr¨¢ctica, Killer Instinct Gold cuenta con cuatro modos de juego diferentes aplicables a los combates. El primero de ellos, Arcade, es el cl¨¢sico enfrentamiento del jugador contra la m¨¢quina, una serie de combates contra todo el plantel de luchadores hasta derrotar al malvado Gargos como enemigo final del juego. Team y Team Elimination, por su parte, nos permitir¨¢n seleccionar un equipo de hasta 11 personajes para enfrentarnos por rondas a otro equipo controlado por la CPU o un amigo. La ¨²nica diferencia entre ambos modos de equipo es que en el Team Elimination los luchadores s¨®lo caer¨¢n derrotados si su oponente les vence mediante un movimiento especial como podr¨ªan ser un Ultra o un Ultimate Combo. Y por ¨²ltimo, cabe destacar el modo Tournament, que hace referencia a las salas recreativas tal como suced¨ªa en Killer Instinct para SNES. Los jugadores deber¨¢n introducir sus iniciales y escoger un luchador para que despu¨¦s la m¨¢quina organice un torneo virtual entre todos marcando los turnos, derrotas y victorias de cada uno en funci¨®n de los combates disputados.

Killer Instinct Gold tambi¨¦n dispone de diferentes niveles de dificultad, a cada cual m¨¢s escabroso, y que adem¨¢s nos permitir¨¢n desbloquear una larga lista de opciones especiales aplicables al juego capaces de alterar su velocidad, inutilizar los movimientos de defensa, facilitar los Combo Breakers (opci¨®n que m¨¢s de uno mantendr¨¢ siempre activada) o jugar constantemente con una c¨¢mara a¨¦rea, entre otras muchas.

c  o  n  c  l  u  s  i  ¨®  n  :

Killer Instinct Gold carga con la responsabilidad de mantener en alto el orgullo de una saga que hasta ahora se ha paseado con ¨¦xito por salones recreativos, Super Nintendo e incluso Game Boy. Es el ilustre encargado de inaugurar el g¨¦nero de lucha en Nintendo 64 y por si esto fuera poco, tambi¨¦n sirve de carta de presentaci¨®n para una compa?¨ªa tan emblem¨¢tica como Rare dentro del cat¨¢logo de la 64 bits.

Tal vez todas estas cosas supongan demasiada presi¨®n para un juego que en el que quiz¨¢s habr¨ªa depositadas muchas esperanzas o expectativas demasiado ambiciosas por parte de algunos jugadores. Pero lo cierto es que Killer Instinct Gold, a pesar de estar a la altura de su antecesor en varios aspectos, puede verse muy afectado por la calidad demostrada por otros t¨ªtulos primerizos en la nueva plataforma de Nintendo, y principalmente por su indiscutible aire retro, que podr¨¢ ser apreciado con entusiasmo u odiado descaradamente.

Quienes buscasen principalmente algo innovador respecto a la primera parte no encontrar¨¢n muchas diferencias apreciables (aunque haberlas, las hay), y quienes estuviesen esperando un cambio de aspecto radical m¨¢s enfocado a los juegos de lucha 3D convencionales decididamente pueden olvidarse de este juego.

El ¨²ltimo cap¨ªtulo de Killer Instinct recupera parte de la antigua magia de las 2D y trata de mostrar un aspecto atrayente para diversos tipos de p¨²blico. Por desgracia, la estrategia escogida por Rare para unir la moda de las tres dimensiones con el clasicismo de los combates laterales podr¨ªa quedarse a medio camino de sus prop¨®sitos para muchos, mostrando unos resultados muy irregulares en ciertas ocasiones. La idea no era precisamente mala, pero algunos echar¨¢n en falta algo m¨¢s de espectacularidad teniendo en cuenta que es un juego de Nintendo 64 y encima programado por Rare, compa?¨ªa que suele cuidar al m¨ªnimo detalle el apartado t¨¦cnico de sus juegos.

T¨ªtulo id¨®neo para nost¨¢lgicos, amantes de la recreativa o fans declarados de la saga Killer Instinct, Killer Instinct Gold no tendr¨ªa por qu¨¦ defraudar necesariamente a nadie. Pero su disposici¨®n en contra de la marea t¨¦cnica predominante podr¨ªa jugarle una mala pasada dentro de un mercado que se inclina cada vez m¨¢s hacia los adelantos gr¨¢ficos m¨¢s lujosos, en perjuicio de la calidad, la originalidad o sencillamente el encanto particular de los juegos.

l  o     m  e  j  o  r  :

l  o     p  e  o  r  :