Vientos de guerra

Seguro que muchos recuerdan esos no tan lejanos tiempos cuando un juego llamado Command & Conquer cogi¨® por sorpresa a todo un inocente mundo que no ten¨ªa ni idea de que era un RTS (es m¨¢s, seguramente el termino no estar¨ªa ni acu?ado por aquel entonces). Dune hab¨ªa sido el precedente, pero su impacto era casi minoritario, y la estrategia se centraba en los turnos, que parec¨ªa lo natural dado la naturaleza del g¨¦nero.

Pero lleg¨® Westwood con su C&C, y el mundo se rindi¨® a sus pies. El juego era de estrategia, pero en tiempo real, con lo que el jugador manejaba una ingente cantidad de variopintas unidades, con lo que hab¨ªa que combinar estrategia con velocidad. De repente, un g¨¦nero que para muchos era inaccesible por su dificultad, o su escasa velocidad, como la estrategia, vio como cientos de miles de nuevos usuarios se subscrib¨ªan al nuevo fen¨®meno: el RTS, iniciando una ¨¦poca destacada por decenas y decenas de juegos que buscaban emular ese "pelotazo".

De ellos, un modesto juego de una desconocida compa?¨ªa llamada Blizzard, Warcraft, pas¨® como uno m¨¢s, aunque solo hasta la segunda parte donde naci¨® un rival digno de Command&Conquer/Red Alert, que a la postre acabar¨ªa superando claramente, por lo menos en el aspecto comercial, pero eso es otra historia.

Westwood intent¨® sacar m¨¢s leche de lo que la vaca ten¨ªa. El primer C&C era una buena mezcla de estrategia/arcade, muy r¨¢pido, poco estrat¨¦gico, dotado de un aspecto gr¨¢fico interesante (?quien no recuerda esas escenas cinem¨¢ticas, que eran lo m¨¢s de lo m¨¢s en la ¨¦poca?) y un dise?o de misiones y unidades muy bueno. La gente empez¨® a disfrutar y a sacarle el gusto a aplastar a las unidades de infanter¨ªa con sus veh¨ªculos, a infiltrarse en bases enemigas, o a desenfrenadas batallas en campo abierto.

Pero la excesiva frecuencia con la que aparecieron secuelas, que cada vez innovaban menos y que ya hab¨ªa demasiados RTS que hac¨ªan lo mismo o mejor. La puntilla para la saga, fue ver como Red Alert 2, la gran esperanza de Westwood, se hac¨ªa a?icos al no entender la evoluci¨®n tecnol¨®gica del g¨¦nero. Con un engine a base de Voxels, cuando los jugadores ya hab¨ªan experimentado cosas como Homeworld, con un Warcraft III en desarrollo y en 3D. Nadie duda de que no fuera un buen juego, pero estaba desfasado a todas luces y no vendi¨® bien.

Westwood, ya comprada por EA, no ha sobrevivido a que se transfiriera su mayor licencia a EA Pacific, responsables del t¨ªtulo que hoy nos ocupa. Intent¨® remontar el vuelo con C&C: Renegade, un proyecto ambicioso: llevar el FPS al mundo de C&C, que al final ha resultado en el fiasco que ha acabado definitivamente, con un estudio tan tradicional y que fue considerado como uno de los m¨¢s potentes e influyentes en su d¨ªa. Las cosas cambian.

Pero dejando atr¨¢s el pasado, Command & Conquer: Generals es el futuro, o m¨¢s bien el presente, aunque dado sus especificaciones t¨¦cnicas "reales" uno podr¨ªa encontrarse ante la duda razonable si este juego est¨¢ pensado para jugar ahora o a finales de a?o. Sea como sea, Generals es exactamente lo que se podr¨ªa esperar de esta saga en 3D, poniendo el juego a la vanguardia tecnol¨®gica en cuanto a RTS, aunque sigue apostando por una f¨®rmula ya superada tal y como se va a intentar explicar durante este an¨¢lisis.

El contexto del juego se sit¨²a unos 20 a?os en el futuro, en un mundo donde Estados Unidos y China son las dos potencias mundiales y tienen como enemigo com¨²n el terrorismo integrista, englobado bajo las siglas de la GLA (Global Liberation Army), una mega-organizaci¨®n terrorista isl¨¢mica. Estos son los tres bandos que protagonizan Generals, cada uno con unidades y caracter¨ªsticas muy diferenciadas, que hace que el estilo de juego cambie radicalmente si se juega en uno o en otro bando. Nada de Tiberio, ni de N.O.D, ni viajes en el tiempo, ni m¨¢quinas para controlar la mente o el tiempo, y mucho menos nada de un super malvado con alg¨²n plan infalible para conquistar el mundo, todo es mucho m¨¢s realista, a veces hasta dolorosamente realista.

En este punto hay que hacer un inciso, que no afecta a la jugabilidad del t¨ªtulo, pero s¨ª a la percepci¨®n que se pueda tener de ¨¦l. Y es que dado el ambiente que rodea a la actualidad internacional, a m¨¢s de uno le saldr¨¢ un sarpullido cuando vea el juego. Para empezar no empieza nada bien con la frase de cabecera "Los l¨ªderes de hoy en d¨ªa muestran su grandeza con palabras como Tormenta de SCUDs...", frase poco afortunada como pocas hoy en d¨ªa.

Pero la cosa va a m¨¢s, y la ristra de detalles de ese tipo se alarga hasta el infinito. La primera misi¨®n de Estados Unidos es ni m¨¢s ni menos que en Bagdad, en la que los terroristas no dudan en lanzar una tormenta de SCUDs sobre la poblaci¨®n para evitar nuestro avance (lo que provoca la muerte t¨®xica de sus habitantes). En el pr¨®logo de la campa?a China, se puede ver como los terroristas arrasan Beijing con una bomba nuclear, asesinando a miles de civiles, mientras que m¨¢s adelante se pueden ver cosas como la aniquilaci¨®n de poblados enteros por la destrucci¨®n de una ¨²nica presa.

Por supuesto, tampoco es que esto vaya a escandalizar a nadie, aunque la primera misi¨®n de USA tiene su guasa (de todos modos no se puede culpar a EA Pacific por incluirla, ya que los juegos no se hacen en un d¨ªa, y seguramente ya estaba completa antes de que todo lo que est¨¢ pasando sucediese). Lo que empieza a molestar a la vista es el bando del GLA.

Tal y como est¨¢n las cosas, asociar el ser ¨¢rabe con el terrorismo de una manera tan brutal como se hace aqu¨ª resulta tan hiriente que cuesta pensar que s¨®lo es un juego. EA Pacific ha incorporado demasiados elementos que lejos de ser una fantas¨ªa de un juego, son una triste realidad. Como si de una pel¨ªcula de indios y vaqueros se tratase, GLA son los "malos" sin lugar a ambig¨¹edades, sin honor y reflejando toda la crueldad posible.

Entre las unidades de esta fuerza se cuenta con veh¨ªculos llenos de productos t¨®xicos con los que matar por envenenamiento, camiones repletos de explosivos, se pueden equipar unidades para que lancen Antrax a diestro y siniestro, turbas furiosas de civiles para que se abalancen sobre los infieles , misiones como la de asesinar a los habitantes de una ciudad en un plazo de tiempo, y lo peor de todo, hombres bomba, que no s¨®lo se pueden lanzar para inmolarse frente a los enemigos, sino que adem¨¢s pueden conducir coches para obtener un efecto m¨¢s devastador con la explosi¨®n. Por supuesto, todo envuelto de forma muy clara para que se vea bien que son ¨¢rabes, con sus turbantes, sus ciudades repletas de minaretes, sus construcciones... (hubiese sido de agradecer un poco m¨¢s de ambig¨¹edad a la hora de crear esta facci¨®n, visti¨¦ndola m¨¢s como una organizaci¨®n terrorista heterog¨¦nea, que no un grupo integrista isl¨¢mico)

Personalmente, este redactor piensa que los juegos, juegos son, pero hay ciertos l¨ªmites que no se deber¨ªan sobrepasar. La violencia en un t¨ªtulo s¨®lo tiene sentido cuando es divertida y cuando no se toma en serio a s¨ª misma. Cuando en un juego se puede descuartizar en pedacitos a alguien, aparecen toneladas de sangre, o se puede atropellar a 100 personas en unos pocos minutos, resulta tan exagerado y tan irreal que s¨®lo los m¨¢s sensibles pueden sentirse heridos. Pero invocar tan claramente im¨¢genes que se pueden ver perfectamente en las noticias del mediod¨ªa y que despiertan la sensibilidad de todo el mundo, no es una buena idea. Resulta muy extra?o que una compa?¨ªa tan pol¨ªticamente correcta en sus juegos y que siempre ha estado en primera l¨ªnea a la hora de cuidar la sensibilidad de sus usuarios como EA, haya permitido lanzar un juego con este tipo de contenido tan a la ligera.

Audio y v¨ªdeo

El engine 3D desarrollado para este t¨ªtulo es de lo mejor que se puede encontrar hoy en d¨ªa en el g¨¦nero, t¨¦cnicamente superior al de Warcraft III (lo que no implica que sea m¨¢s agradable de ver, ya que el nivel art¨ªstico en la obra de Blizzard es muy alto). El n¨²mero de objetos en pantalla puede llegar a ser muy alto, combinando unidades, proyectiles y efectos sin que parezca que se resienta y con una calidad muy alta en todos los apartados (buenas texturas, impresionantes efectos de humo y sombras, un modelado detallado de los veh¨ªculos, mec¨¢nica de part¨ªculas genialmente plasmada, explosiones realistas, topolog¨ªa del terreno bien recreada... son s¨®lo algunos ejemplos).

A la buena impresi¨®n de lo que son los gr¨¢ficos en batalla, hay que unir el hecho de muchos escenarios est¨¢n dise?ados con un gusto exquisito por el detalle. Destacando las ciudades, que impresionan por el n¨²mero de edificios y estructuras, as¨ª como por los peque?os detalles que siempre son de agradecer (parques, edificios emblem¨¢ticos, vegetaci¨®n) que se pueden encontrar, lo que hace de las batallas urbanas algo mucho m¨¢s interesante de lo que normalmente es en otros juegos.

En general destaca por lo pulido y detallado que es todo, tambi¨¦n por la ambientaci¨®n, pues por ejemplo, los edificios enmarcados en el estilo ¨¢rabe est¨¢n realizados con una gran belleza y cuidado, con sus minaretes y dem¨¢s elementos arquitect¨®nicos propios. La arquitectura est¨¢ muy trabajada y el resultado final son escenarios bastante impresionantes, ya sean peque?os pueblos en medio del desierto o grandes urbes como Hong Kong.

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La animaci¨®n, aunque pudiera parecer que dado que se basa mucho en veh¨ªculos no es tan necesaria, s¨ª que est¨¢ presente, tanto en los movimientos humanos (que aunque no gozan de una gran movilidad, lo que hay est¨¢ bien hecho, destacando los saltos que pegan cuando explota algo a su alrededor, o como cojean cuando est¨¢n heridos), como en los movimientos que hacen los veh¨ªculos, que adem¨¢s de circular, est¨¢n dotados de sus correspondientes partes m¨®viles (como por ejemplo, las lanzaderas para misiles, las metralletas montadas o las torretas de disparo).

Por supuesto, esto tiene un precio. Command & Conquer: Conquer exige un equipo de prestaciones muy altas. De hecho, el recomendado es como sigue: Pentium IV o Athlon 1.8 GHz, 256 MB RAM, Nvidia GeForce3 o tarjeta equivalente o superior. Claro que el equipo recomendado sirve para poder acceder a todas las opciones del juego (incluyendo el modo multijugador), lo que no significa que se le pueda sacar todo el jugo. Acceder al m¨¢ximo detalle a una buena resoluci¨®n (1024x768 por ejemplo) cuesta algo m¨¢s que ese equipo recomendado para que vaya fluido.

Siendo el equipo de prueba un Athlon 2 GHz, con 1024 RAM y una Radeon 9700 PRO (que no es un equipo standard ni mucho menos), con FASA x4 y filtraci¨®n anisotr¨®pica x16, al m¨¢ximo detalle y a una resoluci¨®n de 1024x768, Generals es un juego gr¨¢ficamente impresionante, pero va bastante justo (por ejemplo, al intentar cambiar a 1600x1200 ya no iba del todo fino). De hecho, el que subscribe  recomienda encarecidamente que el equipo tenga bastante RAM, unas 512, y una buena tarjeta gr¨¢fica para poder sacarle todo el brillo, especialmente si se quiere jugar multiplayer, dado que el exigente engine har¨¢ sufrir a cualquier ordenador que no posea suficiente memoria temporal.

Gui¨®n

En Generals se han olvidado de escenas rodadas con actores reales y de una gran trama que lo envuelva todo, se basa en el conflicto futuro que mantienen tanto USA como China con la GLA. Se le ha dado varios scripts, usando el propio engine del juego, para relatar situaciones, como la destrucci¨®n de una ciudad, o el comienzo de una batalla, que aunque son algo sosas y carentes de personalidad, dan un buen ambiente al juego (e incluso se permite algunos momentos muy interesantes, como cuando se libera una presa e la campa?a china, liberando un r¨ªo que avanza salvaje e imparable sobre unas tropas del GLA, siendo estas arrasadas sin remedio).

Jugabilidad

Como se ha comentado antes, Generals apuesta por una f¨®rmula de juego que ya est¨¢ superada, pues el t¨ªtulo intenta, de forma acertada, traer consigo esa espectacularidad salvaje de batallas masivas tan caracter¨ªstica de C&C, dejando un poco m¨¢s de lado los aspectos estrat¨¦gicos. Despu¨¦s de jugar a cosas como Homeworld, Shogun o, en su justa medida, Warcraft III, a uno le pudiera parecer que volver a la vieja f¨®rmula de fabricar mir¨ªadas de unidades y lanzarlas a campo abierto supone un paso atr¨¢s.

La verdad es que no est¨¢ nada mal que C&C apueste por esa f¨®rmula, hace unos a?os era cansino que todos los juegos se basaran en la f¨®rmula "recoge recursos antes que nadie/construye m¨¢s unidades que nadie/ataca antes que nadie", pero ahora, con la mayor¨ªa de los creadores de este g¨¦nero preocupados precisamente por evitar las estrategias masivas, este hecho supone un soplo de aire fresco y un toque distintivo, especialmente cuando se desarrolla tan bien como aqu¨ª.

Desde el punto de vista de la estrategia, Generals aburrir¨¢ a cualquiera que busque sesudas t¨¢cticas, su acci¨®n r¨¢pida y desenfrenada da lugar a poca reacci¨®n una vez entrado en batalla (aunque una buena planificaci¨®n y colocaci¨®n previa, s¨ª resulta fundamental), pero en cambio, si gustar¨¢ a los amantes de calentarse la cabeza, ya que si bien el modo normal es bastante sencillo, el modo m¨¢ximo de dificultad, Brutal, es un ejemplo magn¨ªfico de como aportar un verdadero reto a los m¨¢s expertos (aunque se deba m¨¢s a las trampas de la CPU que a una prodigiosa IA).

Ya entrando en la IA, es bastante correcta, en el sentido de que no comete disparates, aunque no es que vaya a dejar sorprendido a nadie. Tiene algunos fallos dignos de menci¨®n, como, en ocasiones, obsesionarse con una unidad en concreto y olvidar a todo lo dem¨¢s. Durante las bastantes horas de juego, se ha podido comprobar bastantes ejemplos de este hecho, lo que permit¨ªa cosas tan divertidas como ver como un solo soldado enemigo daba vueltas por todo el escenario persiguiendo a un avi¨®n, o ver como los tanques estaban tan concentrados en las torretas de defensa que no reparaban en otra cosa. Fundamentalmente, la dificultad a?adida se basa en que la CPU no necesita recursos y puede llegar a construir un n¨²mero de unidades irreal, adem¨¢s de poder atacar sin problemas por varios flancos (algo mucho m¨¢s complicado para un humano por la velocidad del juego).

Y aunque todo se base en potencia bruta m¨¢s que en otra cosa, resulta muy de agradecer los detalles y buenas ideas que acompa?an el juego. Especialmente el tema de la experiencia, tanto de las unidades (todas tienen nivel de experiencia), como en el propio jugador, que a medida que la vaya acumulando podr¨¢ acceder a nuevas acciones, como lanzar ataques a¨¦reos, misiles, curar unidades a distancia y toda una serie de "poderes" que aumentan la riqueza del juego. Volviendo al tema de la experiencia en las unidades, resulta interesante ver como se han esforzado para que ¨¦sta se haga patente. Una unidad experimentada es mucho m¨¢s mort¨ªfera y supone realmente una diferencia, por lo que es una buena idea intentar no soltar a tus tropas hacia una muerte cierta. Destaca adem¨¢s cosas tan interesantes como el hecho de que si un avi¨®n cae, el piloto puede saltar con el paraca¨ªdas, lo que permite salvarlo y hacer que se monte en otro veh¨ªculo, sumando su experiencia para mejorar las condiciones del mismo.

Detalles como el poder hacer que tus tropas de infanter¨ªa ocupen edificios, hecho que les evita ser aplastados por los veh¨ªculos en las estrechas calles y que los combates urbanos supongan una diferencia con respecto a luchar en campo abierto

Cada una de las tres facciones a elegir tiene unidades propias y ¨²nicas, lo que hace que merezca la pena jugar en los tres bandos para descubrir sus posibilidades. El ejercito chino basa su estrategia en la superioridad num¨¦rica, por lo que es capaz de construir r¨¢pido un gran n¨²mero de unidades baratas con el fin de avasallar a los rivales. Entre sus unidades destacan los tanques Drag¨®n, que escupen Napalm y pueden armar aut¨¦nticas escabechinas entre las unidades de infanter¨ªa, aunque son poco resistentes a la artiller¨ªa pesada. Su super arma es ni m¨¢s ni menos que una bomba nuclear, seguramente la mejor y m¨¢s destructiva arma del juego.

En el GLA, dentro de lo ya comentado anteriormente, hay que reconocer que es donde se ha puesto un mayor trabajo y donde existen m¨¢s nuevas y mejores ideas. Sus hombres bombas pueden minar el ej¨¦rcito rival en momentos si uno se descuida (especialmente si van montados en coches), su nula humanidad les permite usar litros y litros de productos t¨®xicos y Antrax que contaminan zonas durante un rato, y sus lanzaderas m¨®viles de misiles, bien colocadas en la retaguardia, pueden llegar a ser devastadoras, especialmente a la hora de destruir bases enemigos.

Uno de sus rasgos m¨¢s distintivos es que algunas de sus unidades pueden tomar restos de los enemigos para mejorar sus prestaciones. Adem¨¢s tiene unidades bastante curiosas como turbas furiosas, que se une a la incorporaci¨®n de los "t¨²neles" que es una brillante variaci¨®n del b¨²nquer, s¨®lo que en vez de guardar unidades, permite comunicar diferentes puntos del mapa (b¨¢sicamente, funciona de modo que si se tienen 5 t¨²neles por el mapa, y se meten unidades en uno de ellos, se puede hacer que salgan por cualquiera de los 4 restantes). Su super arma es la "Tormenta de SCUDs" una lanzadera m¨²ltiple de misiles de largo alcance cargadas con explosivos, productos t¨®xicos y Antrax que puede convertir una base entera en fosfatina.

Los americanos basan todo en tecnolog¨ªa punta, precisa y cara, son por antonomasia "los buenos" por lo que nada de productos t¨®xicos o crueles, todas sus armas son respetuosas con la naturaleza y no dejan huella. Sus unidades de infanter¨ªa no son gran cosa (a excepci¨®n del Sniper), pero su poder a¨¦reo es insuperable, sus tanques se cuentan entre los m¨¢s poderosos y sus defensas en forma de misiles Patriot es seguramente la m¨¢s poderosa del juego. Su super arma es un ca?¨®n de part¨ªculas.

En este punto hay que lamentar uno de los peores defectos del juego, el poco equilibrio que hay entre las facciones. Est¨¢ claro que se ha puesto mucho trabajo en crear la gran variedad de unidades que compone cada bando, pero se deber¨ªa haber hecho m¨¢s hincapi¨¦ en diversificar un poco las fuerzas, lo que hubiera dado lugar a un juego m¨¢s equilibrado. El hecho de que las batallas mar¨ªtimas brillen por su ausencia, y que el poder a¨¦reo est¨¦ tan decantando por el lado estadounidense, hace que una partida se pueda desequilibrar f¨¢cilmente.

Se entiende que se haya intentado buscar un equilibrio entre las tres fuerzas, pero la forma de hacerlo no es la adecuada. El poder estadounidense es claramente excesivo, sus bombarderos Aurora son demasiado destructivos, y la combinaci¨®n de bombarderos Aurora, helic¨®pteros Apache y tanques Paladin es una de las cosas m¨¢s abusivas que se han visto en un RTS en mucho tiempo. Bien es cierto que para "compensar", su super arma, el ca?¨®n de part¨ªculas, es una broma comparada con la de los otros dos (es un rayo de energ¨ªa que ocupa poca superficie y s¨®lo da para destruir un edificio como mucho), pero las super armas tardan cinco minutos en recargarse, tiempo m¨¢s que suficiente para destruir una base si se cuenta con la combinaci¨®n mencionada en suficientes cantidades.

Estrategia y trucos

Es vital invertir, antes de nada, en recolectores de recursos para obtener mucho dinero en poco tiempo, al igual que construir varios constructores para mantener un ritmo alto de construcci¨®n en la base, especialmente importante a la hora de crear defensas, que deber¨¢n ser bastantes ya que no son especialmente resistentes.

Las unidades de infanter¨ªa est¨¢n perdidas como no se metan en estructuras, es buena idea colocarlas en edificios colindantes para usarlos como punto de apoyo en defensa. Un edifico repleto de unidades, con varios lazamisiles pueden obrar maravillas en tus defensas.

No dudes en utilizar tus habilidades de general, tardan su tiempo en recargar (aunque algunas son permanentes), pero ofrecen funciones que pueden decantar una batalla. Cada vez que se suba de nivel, se podr¨¢ acceder a una nueva entre varias, as¨ª que elegir sabiamente cual se adapta mejor a lo que quieres de tu estrategia es fundamental.

Comparandolo con...

Lo que est¨¢ bien

Lo que no est¨¢ tan bien

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