Ron Gilbert, una mente prodigiosa

Considerado por muchos como el mejor programador de la historia, este genio de las aventuras gr¨¢ficas, de aspecto afable y car¨¢cter extrovertido, ha dejado una profunda huella de genialidad y talento innato en el dif¨ªcil mundo de los videojuegos. Tras muchos a?os de ¨¦xitos y victorias a bordo de la nave del imperio de Lucas, Ron abandon¨® la compa?¨ªa de la gran L movido por sorprendentes circunstancias que luego desvelaremos. Desde entonces, su fugaz y casi desconocido periplo por distintas compa?¨ªas de software l¨²dico ha sido, cuanto menos, decepcionante. En la actualidad, y dedicado completamente al desarrollo y dise?o de software infantil, el bueno de Gilbert seguro que sabe que a¨²n tiene miles de seguidores que lo admiran e idolatran incondicionalmente a pesar de todo. La huella del mago Ron es imborrable, y el inexorable paso del tiempo s¨®lo hace que engrandecer a¨²n m¨¢s la dimensi¨®n de su inmortal obra. Los que crecimos desenvainando el sable con Guybrush o nos perdimos en la mansi¨®n de Fred lo echamos mucho de menos. ?Vuelve ya, Ron! 

Basic, Commodores y cintas de Lucas

Ron Gilbert fue un inquieto y apasionado estudiante de inform¨¢tica que creci¨® bajo la   influencia del  Commodore64 y del complejo y m¨ªtico BASIC. Corr¨ªa el 1980 y Ron, que por entonces cursaba sus estudios de ciencias de la computaci¨®n, se empez¨® a interesar por el tedioso lenguaje de programaci¨®n en Basic que utilizaba su flamante y reci¨¦n comprado ordenador. Fue descubriendo poco a poco todo lo que aquel inexplorado y cansino lenguaje era capaz de ofrecer en cuanto a la creaci¨®n de videojuegos; juegos gr¨¢ficamente impactantes, realizados seguramente con algo m¨¢s que simples l¨ªneas y algunos colores de compromiso. Pero tras su supuesta potencia y versatilidad, Ron sab¨ªa que aquel era un lenguaje de compilaci¨®n demasiado complicado, lento y engorroso para desarrollar hasta el arcade m¨¢s simple y cl¨¢sico. As¨ª que dedic¨® gran parte de su tiempo libre en crear un nuevo lenguaje mucho m¨¢s pr¨¢ctico y directo, que permitiera crear gr¨¢ficos complejos, mover sprites por la pantalla con una facilidad pasmosa y que ofreciera un mayor rendimiento en numerosas tareas y rutinas de programaci¨®n. Ron bautiz¨® al nuevo lenguaje como Graphics Basic, abriendo de esta manera un nuevo y hasta entonces desconocido horizonte en el panorama del m¨ªtico Commodore 64.

Orgulloso de su revolucionario lenguaje, y a pesar de haberlo realizado por simple y apasionada diversi¨®n,  Gilbert no dud¨® en darlo a conocer cuanto antes y lo envi¨® r¨¢pidamente a varias compa?¨ªas de software. Fue finalmente una compa?¨ªa llamada Human Engineered Software (HESware) la que adquiri¨® los derechos del Graphics Basic tras comprobar in situ las casi infinitas posibilidades del lenguaje made in Ron. En HESware se quedaron maravillados con la forma de trabajar del americano y, aprovechando que acababa de finalizar sus estudios universitarios,  le ofrecieron un apetecible puesto de trabajo en la empresa. All¨ª estuvo durante seis largos e interminables meses de su vida, desarrollando sencillos arcades de bajo presupuesto para su infatigable Commodore 64. Pero, desgraciadamente, nunca ninguno de ellos vio la luz. HESware quebr¨® y todos los proyectos y desarrollos del equipo de Ron quedaron paralizados y disueltos en la oscuridad del olvido. Seis meses de esperanzas, ilusiones y   sacrificios que se esfumaron en un solo e inolvidable d¨ªa maldito.

Ron se qued¨® sin trabajo tras la inesperada debacle de HESware. Pero esta negativa circunstancia fue, parad¨®jicamente, el inicio de una ¨¦poca de ¨¦xitos y  satisfacciones personales dif¨ªciles de imaginar. Gracias a un amigo de la desaparecida HESware, Ron contact¨® con un miembro de Lucasfilm Games e inmediatamente pas¨® a formar parte de la divisi¨®n de software l¨²dico del todopoderoso imperio de George Lucas. Su llegada a la flamante compa?¨ªa supuso un refuerzo de lujo y una inyecci¨®n moral para un departamento de desarrollo hasta entonces poco conocido y de dudoso ¨¦xito comercial. Gilbert, gracias a sus conocimientos de Graphics Basic, se dedic¨® a convertir a C64 los primeros juegos de Lucasfilm para Atari 800, en una faena de simple y rutinaria transformaci¨®n de c¨®digo que empeque?ec¨ªa y anulaba su genial talento creativo. Harto de 'convertir' lo ya creado, Ron quiso crear... Y cre¨®.

Gary Winnick, SCUMM y el camino hacia la Mansi¨®n de Fred

Ya estamos en el 1985 y Ron, impulsado por su inquieto esp¨ªritu creador, mantuvo numerosas charlas con Gary Winnick, uno de los artistas de Lucasfilm, proponi¨¦ndole el desarrollo de una aventura gr¨¢fica de grandes dimensiones para C64. Su propuesta de trabajo lleg¨® hasta el management de Lucasfilm, y la viabilidad del proyecto se discuti¨® durante largas reuniones llenas de dudas, desconfianza y cierto temor al fracaso.  Finalmente, y no sin cierta incerteza, la c¨²pula directiva de la compa?¨ªa dio luz verde al gran, extra?o e innovador proyecto presentado por el reci¨¦n llegado Gilbert y su c¨®mplice Winnick. Hablaban de una gran mansi¨®n victoriana, de extra?os personajes y siniestros mecanismos que se hallaban  en su interior, de cient¨ªficos chiflados y hasta de extra?as criaturas con forma de tent¨¢culo.

Se estaba empezando a gestar, lentamente, uno de los t¨ªtulos que marcar¨ªa la vida y el devenir de toda una generaci¨®n de jugadores y que sentar¨ªa las bases de un g¨¦nero al que hasta entonces nadie hab¨ªa prestado atenci¨®n. Ron Gilbert imagin¨® Maniac Mansion y el mundo, poco a poco,  fue cayendo a sus pies. En su mente palpitaba la idea de un juego que introdujera al jugador por completo en la retorcida trama y que lo absorbiera en su densa y compleja atm¨®sfera, transform¨¢ndolo en  protagonista de un gui¨®n de lujo. Pero su concepci¨®n de lo que deb¨ªa ser el juego implicaba la utilizaci¨®n en su desarrollo de herramientas de programaci¨®n mucho m¨¢s intuitivas y flexibles de las que por entonces dispon¨ªan en Lucasfilm. Necesitaba un nuevo lenguaje de script que se adaptara a sus demandas de dise?o y que permitiese crear un interfaz de juego pr¨¢ctico, ameno y vistoso. As¨ª que paralelamente al desarrollo de Maniac Mansion, Ron se pas¨® meses dise?ando un revolucionario lenguaje de script que fuera capaz de recoger todo lo necesario para el desarrollo de una aventura gr¨¢fica moderna; una herramienta que combinara c¨®modamente todas las partes y vertientes del dise?o de una aventura como los gr¨¢ficos, sonido, mensajes de texto e interfaz.

Finalmente, y satisfecho con su  creaci¨®n,  bautiz¨® a este nuevo lenguaje como Script Creation Utility for Maniac Mansion (SCUMM) en honor a su ¨®pera prima aventurera. El interfaz del SCUMM es de sobra conocidos por todos; una serie de verbos de acci¨®n (14) en la parte inferior de nuestro monitor que nos permit¨ªan construir frases completas al  combinarse con los objetos o personajes de la pantalla que se?al¨¢bamos con el cursor. De esta manera, el rat¨®n y su preciso y diminuto cursor tomaron una importancia vital y decisiva en el control de las acciones; con una sola mano y un par de dedos ya ¨¦ramos capaces de dominar el amplio abanico de posibilidades y acciones que nos ofrec¨ªa la aventura. El SCUMM se nos presentaba como un sistema f¨¢cil, intuitivo y que, a pesar de esquematizar las acciones levemente, dotaba al manejo del juego de una gran accesibilidad y confort. Los objetos interesantes o susceptibles de ser utilizados se iluminaban m¨¢gicamente al colocar nuestra cruz ratonil encima de ellos, y la posibilidad de combinarlos entre s¨ª dentro de nuestro inventario abr¨ªa una puerta a la improvisaci¨®n y a la pura y enrevesada inventiva.

El objetivo de Gilbert se hab¨ªa cumplido: el jugador se preocupar¨ªa exclusivamente por sumergirse en la hilarante trama del juego, degustando lentamente sus m¨²ltiples enigmas y desaf¨ªos, y olvid¨¢ndose por completo de los potenciales  problemas de control de cualquier aventura anterior a su SCUMM. Ron no quer¨ªa que el verdadero aventurero luchara y se peleara m¨¢s con ¨¦l, dise?ador del juego, que con las distintas situaciones que le plantear¨ªa el devenir de la aventura. Sin teclado. Nada de escribir largas e insufribles l¨ªneas de texto. Todo controlado con el cursor de pantalla. La sencillez y la efectividad elevadas a su m¨¢xima expresi¨®n de talento. La revoluci¨®n de Gilbert y su SCUMM ya hab¨ªa llegado y el incontestable ¨¦xito de Maniac Mansion fue su gran valedor. ?Pero, de d¨®nde le surgi¨® la idea a Ron para crear aquella entra?able mansi¨®n de locos?

Jugabilidad, 'puzzles del rev¨¦s' y mucho HUMOR

La pasi¨®n de Ron por el g¨¦nero de la aventura se remonta a sus ya lejanos a?os universitarios. Alternaba sus estudios inform¨¢ticos con las partidas a aventuras cl¨¢sicas de escenas que tan de moda estaban en aquella ¨¦poca. Tambi¨¦n jug¨® experimentalmente a algunos t¨ªtulos de Infocom como Zork, una aventura de texto pura y dura, cuyo frustrante interfaz y sus cargantes l¨ªneas de interminable lectura hac¨ªan que su no poco cuidado dise?o estuviera en clara oposici¨®n con el concepto de juego de Ron: un juego que uniera al jugador con su trama y personajes sin que un absurdo y pesado sistema de control se entrometiera e imposibilitara dicha uni¨®n. Ron sab¨ªa que en todas las aventuras de texto aparecidas hasta entonces, los jugadores se pasaban m¨¢s de la mitad del tiempo intentando adivinar qu¨¦ nombre o qu¨¦ verbo podr¨ªa ser el adecuado para resolver una situaci¨®n determinada. Y eso iba en contra de la jugabilidad y de la diversi¨®n. Ron era partidario de que la realizaci¨®n t¨¦cnica de la aventura estuviera siempre al servicio de la sencillez y de la sobriedad, y que ¨¦sta no estuviera dise?ada en detrimento del fluido y ameno desarrollo del argumento.

En el desarrollo de Maniac Mansion junto con su colega Winnick, Ron aprendi¨® muchas cosas que despu¨¦s aplicar¨ªa inteligentemente a sus futuras aventuras y juegos. Para empezar, descubri¨® que hab¨ªa muchas formas posibles de construir y dise?ar un buen puzzle. Se dio cuenta de que en la mayor¨ªa de aventuras a las que hab¨ªa jugado aparec¨ªan con m¨¢s frecuencia de la deseada lo que pronto  bautiz¨® con el nombre de 'backwards puzzles', es decir, 'puzzles del rev¨¦s'. Estos puzzles sin sentido se produc¨ªan cuando el jugador hallaba antes la soluci¨®n a un problema determinado que el origen del problema en s¨ª. Por ejemplo, si el personaje encontraba primero una llave antes de descubrir la puerta cerrada que la necesitaba... -?d¨®nde diablos est¨¢ el puzzle?,- se preguntaba Ron. Se trataba de encontrar primero el problema y despu¨¦s dar con la soluci¨®n adecuada. Ron experiment¨® en sus propias carnes el desaz¨®n que produc¨ªan estos  fatales puzzles sin sentido y los evit¨® y elimin¨® por completo en Maniac Mansion y en sus juegos posteriores. El concepto de gameplay estaba por encima de todo...

Seg¨²n Gilbert, el error que cometen muchos programadores actuales de aventuras gr¨¢ficas es el ignorar sistem¨¢ticamente la enorme jugabilidad y profundidad de los contenidos que se crearon durante los a?os 80. Por aquel entonces, los dise?adores de juegos no ten¨ªan los medios suficientes para camuflar un flojo apartado jugable bajo la imponente sombra de unos gr¨¢ficos de v¨¦rtigo. Ten¨ªan que basarse ¨²nicamente en el gameplay como ¨²nica garant¨ªa de ¨¦xito ya que, l¨®gicamente, no dispon¨ªan del arrollador despliegue tecnol¨®gico del que gozamos en la actualidad. "Ahora, -comentaba Ron- a los dise?adores parece que s¨®lo les preocupa que la c¨¢mara sea totalmente en 3D y que el n¨²mero de pol¨ªgonos mostrados en pantalla sea apabullante." Por eso Ron cre¨ªa que se olvidaban de lo realmente importante: construir una historia grande y s¨®lida que tuviera inter¨¦s por s¨ª misma, y que no se apoyara en el aspecto tecnol¨®gico para subsanar sus carencias narrativas. Unos buenos gr¨¢ficos, una buena banda sonora, y unos FX sobrios s¨®lo han de servir para conseguir el clima deseado, la ambientaci¨®n adecuada que el desarrollo de la trama necesita para poder tomar vida ante nuestros ojos.

Aparte de la enorme jugabilidad y diversi¨®n que derrochan, las aventuras de Ron se caracterizan por un ligero, genial y siempre extravagante toque de humor que las hace inimitables y ¨²nicas. Se trata de un humor inteligente, sutil, de situaciones absurdas y di¨¢logos delirantes, que consiguen la complicidad inmediata del jugador. Ron creaba personajes pintorescos y los introduc¨ªa, sutilmente, en un complejo y c¨®mico micro-mundo con personalidad propia. Sus historias son siempre ins¨®litas, enrevesadas, con abundantes giros en la narraci¨®n, y repletas de absurdos y desternillantes puzzles que desquiciar¨¢n a m¨¢s de uno mientras r¨ªe y r¨ªe sin parar. Para Ron, el concepto de puzzle estaba siempre ligado irremediablemente al del humor y la genialidad. No comprend¨ªa como  algunos pod¨ªan dise?ar aventuras con mundos d¨®nde todo fuese r¨ªgido, monocorde, aburridamente serio y formal,  d¨®nde la ¨²nica soluci¨®n v¨¢lida a un puzzle determinado s¨®lo pudiera ser la puramente l¨®gica y coherente, en detrimento de la genialidad y la inventiva disparatada. No conceb¨ªa, en definitiva, una aventura sin HUMOR.

Para reforzar este concepto, Ron pon¨ªa siempre el ejemplo del l¨¢piz y Los ?ngeles. "Imaginaos que estoy en Los ?ngeles y que no puedo solucionar un puzzle porque necesito un l¨¢piz que estaba en Nueva York y que por error no cog¨ª. ?Veis? Es absurdo pensar que no hay l¨¢pices en LA, pero en muchos juegos de aventuras as¨ª es como el mundo parece ser. ?Por qu¨¦ ha de ser necesariamente un l¨¢piz? ?No ser¨ªa m¨¢s divertido fabricar un artilugio in¨¦dito que hiciese exactamente las mismas funciones que ¨¦l?", conclu¨ªa Gilbert. Ron tampoco comprend¨ªa el porqu¨¦ en algunas aventuras el protagonista pod¨ªa morir y morir una vez tras otra por no utilizar o accionar algo r¨¢pidamente y en el momento adecuado, algo t¨ªpico, por ejemplo, de las aventuras de Sierra. En las aventuras de Ron, y por extensi¨®n en todas las de Lucas, la muerte no existe simplemente porque no es necesaria, "s¨®lo trae disgustos y frustraciones...". 

Como no pod¨ªa ser de otra forma, la particular y superlativa concepci¨®n del humor de Ron tuvo una descarada influencia en las posteriores aventuras de LucasArts (antes Lucasfilm Games) y fueron muchos los afortunados herederos de este particular y refrescante humor 'Made in Ron'. Dise?adores emblem¨¢ticos como David Fox (Zak McKracken and the Alien Mindbenders), Brian Moriarty (Loom y Sam & Max), Tim Schafer ( Day of the Tentacle, Full Throttle y Grim Fandango),  Hal Barwood ( Indiana Jones and the Fate of Atlantis), o el propio Winnick  son claros y magn¨ªficos herederos del gran mago Gilbert y del mortal efecto de la man¨ªaca mansi¨®n g¨®tica del Dr. Fred...

Zak, una Mansi¨®n, Indy, y el camino hacia Monkey Island

Hay que se?alar que paralelamente al desarrollo de Maniac Mansi¨®n, LucasArts estaba dise?ando otra ambiciosa aventura de 'nueva generaci¨®n' basada en el famoso y flexible sistema SCUMM y tibiamente ba?ada por la esencia Gilbertiana. Aric Wilmunder fue el encargado de dirigir este  rocambolesco proyecto que lamentablemente nunca vio la luz en Espa?a. Estamos hablando de Zak McKracken and the Alien Mindbenders (1988), una extravagante aventura gr¨¢fica que nos pon¨ªa en la piel de un curioso reportero, Zak McKracken, con el fin de investigar  a una horripilante ardilla de dos cabezas que ten¨ªa atemorizados a todos los aldeanos de Mont Rainier. Pero mientras Zak se las ve¨ªa con el deforme roedor mutante, unos estramb¨®ticos extraterrestres adoradores de Elvis 'The King' Presley amenazaban a los humanos con utilizar su prodigiosa m¨¢quina 'idiotizadora' para ridiculizarlos y transformarlos en indefensos cerebros de chorlito. Los gr¨¢ficos, el interfaz y el sonido, aunque con algunas  sutiles diferencias, eran pr¨¢cticamente id¨¦nticos a los del Maniac, y sus puzzles  eran igual de estrafalarios, descabellados, e insuperablemente absurdos. Ron Gilbert colabor¨® estrechamente con Aric en el dise?o de esta  aventura de 'nueva generaci¨®n' que confirmaba la asombrosa versatilidad y potencia del glorioso 'SCUMM system'.

Maniac Mansi¨®n fue publicada en 1987 y tuvo un ¨¦xito sin precedentes. La primera versi¨®n que sali¨® a la venta fue para el incombustible Commodore 64, pero la versi¨®n para compatibles, rodeada de una enorme y descomunal expectaci¨®n,  tard¨® un largo e inacabable a?o en llegar a las estanter¨ªas. El ¨¦xito fue tal que hasta Jaleco se atrevi¨® a convertir el juego para la 8 bits de Nintendo.  Ron Gilbert se sac¨® de la manga un alocado y disparatado gui¨®n que nos llevaba hasta las entra?as de una destartalada mansi¨®n g¨®tica de las de anta?o. A poco que nos esforcemos en ello, todos recordamos el desternillante argumento: La novia de Dave, un estudiante ejemplar, es secuestrada por el Doctor Fred, un cient¨ªfico loco que aprovechaba su tiempo libre para inventar todo tipo de trastos in¨²tiles en su extra?a y l¨²gubre mansi¨®n. Al parecer, la ca¨ªda de un meteorito radiactivo en las cercan¨ªas de la casa hab¨ªa alterado y transformado al pintoresco profesor, nublando su mente y empuj¨¢ndolo a realizar todo tipo de experimentos qu¨ªmicos y biol¨®gicos con impredecibles efectos. Ron Gilbert llen¨® intencionadamente aquella siniestra mansi¨®n de tent¨¢culos saltarines, Ed i Ednas, plantas carn¨ªvoras Lechuck, piscinas, celdas, infinitas puertas, y mecanismos de autodestrucci¨®n masiva, convirtiendo nuestra larga estancia en la casita en poco m¨¢s que un calvario para nuestros aguerridos y valerosos h¨¦roes estudiantiles.

Una de las novedades que introdujo Ron en el juego fue la posibilidad de elegir a dos de entre seis posibles personajes para que acompa?asen a Dave, el protagonista, en su rocambolesca aventura. Cada uno ten¨ªa sus gustos, personalidades, aficiones y habilidades propias que lo diferenciaban determinantemente de los dem¨¢s. De este modo, el primer gran dilema al que nos enfrent¨¢bamos antes de iniciar la aventura era el de escoger adecuadamente un equipo de rescate medianamente competente, capaz de salir airoso de las situaciones m¨¢s dispares. Y todo lo dem¨¢s ya lo sabemos: gr¨¢ficos EGA resultones y llenos de colorido, sonidos naciendo por sorpresa del speaker interno, SCUMM y m¨¢s SCUMM, puzzles demenciales, ambientaci¨®n sobresaliente y...una endiablada dificultad que no te dejaba despegarte de la pantalla del monitor del PC durante d¨ªas y d¨ªas. Ron lo consigui¨® sobradamente. Maniac Mansi¨®n fue mucho m¨¢s de lo esperado por cualquiera. Hab¨ªa nacido un mito, y como tal, Maniac Mansi¨®n ya ha pasado holgadamente a la legendaria historia de las aventuras y perdurar¨¢ para siempre en la memoria colectiva de toda una generaci¨®n de jugadores que crecieron, vivieron, y se emocionaron con sus peripecias en la t¨¦trica mansi¨®n que Gilbert construy¨® magistralmente al lado de sus casas, de su pueblo, de su coraz¨®n...

Maniac Mansi¨®n fue (y es) un sentimiento, una esencia, un nost¨¢lgico olor a diskettes de 5,25, un continuado de prodigiosos recuerdos y momentos inolvidables que nunca desparecer¨¢n de nuestro pensamiento. O¨ªmos "?MANIAAAAC!", y toda una lluvia de im¨¢genes y situaciones se pasean por nuestra mente, haci¨¦ndonos creer por momentos que tal vez, en alg¨²n instante de nuestra larga vida, estuvimos realmente en el interior de aquella desconcertante mansi¨®n de la colina... y volamos, de la mano de Ron, hacia un universo paralelo de realidades tangibles y evocadoras subidos en nuestro flamante SCUMM reci¨¦n estrenado...

En LucasArts, sin embargo, no ten¨ªan pensado darle mucho tiempo de descanso al genio reci¨¦n descubierto. As¨ª que, ahora ya con total confianza hacia su trabajo, los directivos de Lucas le asignaron un nuevo y ambicioso proyecto a Ron: trasladar al PC toda la acci¨®n y esencia de la ¨²ltima pel¨ªcula protagonizada por el arque¨®logo m¨¢s famoso y aventurero de todos los tiempos. "Indiana Jones y la ¨²ltima cruzada" fue un reto muy importante para Ron y su equipo. El desarrollo y dise?o de la primera aventura gr¨¢fica de Indy, basada por supuesto en el SCUMM, present¨® numerosos obst¨¢culos y algunos claroscuros para Gilbert y sus co-dise?adores Noah Falstein y David Fox. Por primera vez en su vida, Ron estuvo sujeto a unas directrices estrictas durante el dise?o y elaboraci¨®n de un juego. Tanto a ¨¦l como a  Noah les hubiera gustado introducir muchos m¨¢s elementos en la aventura, pero la rigidez de la licencia cinematogr¨¢fica estrangulaba el talento y la creatividad de los prestigiosos artistas de Lucas. Indy deb¨ªa de ser Indy, con su personalidad y su estilo de actuar y reaccionar ante el peligro, y el gui¨®n de la aventura ten¨ªa que poder calzarse perfectamente con el de la pel¨ªcula de Spielberg. Ron acept¨® el desaf¨ªo, una aut¨¦ntica misi¨®n de comandos, y en siete intensos y duros meses de alegr¨ªas, diversi¨®n, y mucho trabajo, 'El Mago' volvi¨® a dar muestras de su enorme talento y program¨®, en un tiempo record de siete meses, otro de los grandes juegos de PC de la historia.

La aventura se public¨® en el 1990 en su versi¨®n de 16 colores, y Ron se atrevi¨® a romper las normas de las aventuras cl¨¢sicas introduciendo en el desarrollo de su Indy cortas fases de combate y laberintos donde primaba completamente la acci¨®n y la habilidad con el teclado. Esta novedad fue alabada por unos y criticada fogosamente por los m¨¢s cl¨¢sicos. Pero lo que no discutir¨¢ ning¨²n aficionado al g¨¦nero es que Indiana Jones y la ¨²ltima cruzada fue una aventura gr¨¢fica sensacional, impecablemente dise?ada, llena de enigmas, humor a lo Indy y sorpresas continuas, que encumbr¨® a LucasArts y a Gilbert hasta el olimpo de los Dioses del divertimento inform¨¢tico. Pero lo mejor, sin duda, estaba por llegar. Antes de recibir el  encargo de desarrollar La Ultima Cruzada junto a Falstein y Fox, Ron Gilbert estuvo trabajando en un an¨®nimo proyecto aventurero que tuvo que dejar de lado para centrarse por completo en la aventura de Indy.

Una vez finalizada la extraordinaria aventura del Dr. Jones, Ron consigui¨® retomar aquel proyecto olvidado y pudo dedicarse enteramente a convertirlo en una ambiciosa realidad. Despu¨¦s de la experiencia acumulada con Zak McKracken, Maniac Mansi¨®n e Indiana, Ron se dedic¨® a aplicar con maestr¨ªa en su nueva aventura todo aquello que hab¨ªa aprendido durante todos los a?os a bordo de la nave de Lucas. Encontr¨® el camino hacia el dise?o del juego perfecto, y con la ayuda de Schafer y Grossman lo supo plasmar inapelablemente en la programaci¨®n del mismo. Fue pr¨¢cticamente como su proyecto de fin de carrera, su obra maestra incuestionable que marcar¨ªa, de nuevo, un antes y  un despu¨¦s en el g¨¦nero de la aventura gr¨¢fica. Ron se destap¨®, puso en la coctelera tesoros ocultos, Caribes profundos, magia vud¨², monos, aprendices de pirata,  y lo mezcl¨® todo con verdes barriles de ese Grog que mata por dentro. Lo agit¨®, lo removi¨® suavemente con aut¨¦ntico SCUMM, y nos hizo part¨ªcipes de un secreto que se escond¨ªa en lo m¨¢s rec¨®ndito de la Isla de los Monos. Nos habl¨® de un valeroso aprendiz de pirata, de impronunciable nombre y de afilado ingenio, que lleg¨® a la isla de M¨ºl¨¦e con el objetivo de convertirse en el m¨¢s temible y legendario bucanero de los mares del Caribe. Atenci¨®n, silencio... Escuchemos a Ron atentamente, dejemos volar la imaginaci¨®n, y cojamos el sinuoso sendero que nos llevar¨¢ m¨¢gicamente hacia las entra?as de... ???MONKEY ISLAND!, en la pr¨®xima entrega del especial de Ron.