F¨²tbol de muchos kilates

Electronic Arts vuelve a la carga con el correspondiente FIFA de este a?o. Cargado de novedades m¨¢s all¨¢ de la renovaci¨®n de las plantillas y el correspondiente lavado de cara, FIFA Football 2003 se presenta, a priori, como una atractiva oferta a los puristas de los juegos de f¨²tbol.

Electronic Arts o Konami. FIFA o Pro Evolution Soccer. Arcade o simulador. Diversi¨®n inmediata o lenta curva de aprendizaje que gratifican al jugador persistente con un dominio casi absoluto del juego. Hasta ahora los que quer¨ªan echar unas partidas al Deporte Rey en una consola ten¨ªan dos alternativas principales como mucho, y eso en el caso de que tuvieran  la consola de Sony. Con la llegada de GameCube y Xbox el panorama, ciertamente, no ha mejorado mucho. A excepci¨®n de apuestas tan dispares en su concepci¨®n como Red Card Soccer o Soccer Slam, t¨ªtulos destinados a los jugadores m¨¢s alternativos, la cosa siempre ha estado a dos bandas.

Es cierto que por parte de Konami tambien encontramos los ISS, juegos con una concepci¨®n m¨¢s similar al FIFA que el propio PES, pero, siendo objetivos, los seguidores de la vertiente de Major A son menos numerosos que los de la obra de KCET. En cualquier caso, las aficiones de las obras de la compa?¨ªa canadiense son enemigos irreconciliables de los de la serie de la casa japonesa. Cada bando defiende con u?as y dientes las virtudes y esconde los defectos de  la saga de sus amores. ?Qui¨¦n tiene la raz¨®n? Pues ninguno de los dos y ambos a la vez. Para gustos, colores, y si a uno prefiere un juego a otro, hablar de temas como la calidad de simulaci¨®n, la respuesta a los controles o el sistema de pases.

Alguno podr¨ªa pensar que no tiene sentido hablar de Pro Evolution Soccer cuando en Xbox la creaci¨®n de KCET no ha aparecido, pero si queremos valorar en su justa medida a este FIFA 2003 hay que hacerlo, adem¨¢s de valorando sus m¨¦ritos propios y la evoluci¨®n que ha sufrido desde la edici¨®n del a?o pasado, hay que compararlo con el mejor juego del mercado, por lo menos en t¨¦rminos de simulaci¨®n. Y ese, a falta de entrar en consideraci¨®n con el juego que nos ocupa, no es otro que PES 2.

Eso no significa que los FIFA, tradicionalmente, no superen en diversos aspectos como en ambientaci¨®n, fidelidad con la realidad en temas como representaci¨®n de estadios, licencias de camisetas, nombres de jugadores y, sobre todo, una de las se?as de identidad de la serie: unos comentarios de aut¨¦ntico lujo realizados por los incombustibles Manolo Lama y Paco Gonz¨¢lez.

Con respecto de la edici¨®n de este a?o los de EA Sports han declarado que, a la hora de crear el juego, decidieron anteponer las mejoras en el control que seguir con la progresi¨®n gr¨¢fica en la que m¨¢s de un jug¨®n considera que se hab¨ªa estancado la evoluci¨®n de la serie. Sin m¨¢s pre¨¢mbulos, conozcamos qu¨¦ es lo que se encontrar¨¢n cualquiera que se haga con este FIFA Football 2003, sin duda uno de los juegos deportivos m¨¢s esperados de este ¨²ltimo trimestre de este a?o.

La semejanza f¨ªsica de los jugadores m¨¢s famosos no es que sean evidentes, sino que sus hom¨®nimos electr¨®nicos mostrar¨¢n en sus rostros texturas fotorealistas que har¨¢n directo el reconocimiento visual de cada uno de ellos. Por desgracia, y como es comprensible, no todos los deportistas han sido tratados con el mismo patr¨®n, y cracks mundiales como Saviola o Riquelme, por poner dos ejemplos, limitan su parecido a su color de pelo, estatura... y poco m¨¢s. El agravio comparativo es evidente, pero es que representar a todos y cada uno de los jugadores de todos los equipos de las 16 ligas del mundo incluidas en FIFA 2003 ser¨ªa un proyecto que a priori se nos presenta como inviable, tanto a nivel econ¨®mico como temporal.

Los estadios est¨¢n perfectamente realizados, y son casi r¨¦plicas exactas de sus hom¨®nimos reales. A nivel arquitect¨®nico la verdad es que cualquier aficionado podr¨¢ reconocer a primer golpe de vista multitud de detalles de los principales estadios del mundo. San Siro, Nou Camp, Anfield Road, los mejores campos de f¨²tbol del mundo se han representado llenos hasta la bandera plasmando el ambiente de los partidos de las grandes ocasiones.

Tras cada jugada de ataque especialmente rese?able se activar¨¢ una repetici¨®n mediante la cu¨¢l podremos admirar con detenimiento y desde otro ¨¢ngulo la acci¨®n que acaba de suceder. Adem¨¢s, al finalizar cada una de las partes se vislumbrar¨¢n todas las repeticiones - o por lo menos las m¨¢s destacadas - que han tenido lugar durante el tiempo de juego.

El tratamiento de las fuentes de luz y de las sombras din¨¢micas ha sido tratado de una forma correcta pero no es para tirar cohetes. Una sombra seguir¨¢ a cada jugador cuando el cuerpo de ¨¦ste se interponga entre el foco de luz y el terreno de juego, pero en el caso de que el deportista se coloque en una zona del campo en la que haya una sombra, su cuerpo no se ver¨¢ afectado por el cambio de luz y lo seguiremos percibiendo con el mismo gr¨¢fico.

Las canciones incluidas no sonar¨¢n, como es l¨®gico, durante los encuentros, sino que s¨®lo aparecer¨¢n en los men¨²s. La lista completa de canciones es la siguiente:

Quiz¨¢ lo ¨²nico reprobable ser¨ªa la forma de narrar los goles, de una forma nada euf¨®rica, lo que contrasta con los gritos enardecidos de los aficionados que pueblan las grader¨ªas de los estadios. Es en esos momentos cuando la dupla de comentaristas que tan buenos momentos nos han hecho pasar se tambalear¨¢ en su trono de m¨¢xima perfecci¨®n en la locuci¨®n de un juego deportivo. Un "Gooooooooooooooooooooooolllllllllllllllllllll" del estilo de los argentinos, o del mism¨ªsimo Jon Kabira, ser¨ªa el broche de horo para unos comentarios que, hoy por hoy, se nos antojan insuperables.

Pero las voces de los buenos de Gonz¨¢lez y Lama no ser¨¢n las ¨²nicas voces que los altavoces de nuestro monitor o de nuestro equipo de sonido - el recibimiento atronador de los aficionados cuando los combinados saltan al terreno de juego es una experiencia digna de vivirse en Dolby Digital 5.1 - reproduzcan durante los partidos. Y es que la infatigable hinchada que ocupar¨¢ hasta el ¨²ltimo asiento de los estadios en los que se lleven a cabo los partidos se dejar¨¢ o¨ªr mediante gritos como "Vamos, vamos", "P¨¢sala, p¨¢sala" o, simplemente, animando a su combinado con gritos de apoyo. Intachables.

El cacareado aumento del componente de simulaci¨®n se traduce, principalmente, en una considerable mejora del trato del movimiento del bal¨®n. Ahora el esf¨¦rico se ha implementado de una forma f¨ªsicamente muy realista, contempl¨¢ndose rebotes, disparos a puerta y pases mucho m¨¢s anal¨®gicos - a la vez que complicados de llevar a buen puerto - que el resto de t¨ªtulos que integran la saga deportiva de Electronic Arts. Las barras de potencia para controlar la fuerza del pase y de los chutes ser¨¢n fundamentales para poder desplegar nuestro juego con garant¨ªa.

En cuanto a los pases decir que, gracias al buen hacer de los programadores de EA Sports, jugar al primer toque es una experiencia tan nueva como gratificante. Dejar descolocada a una defensa en bloque gracias a las r¨¢pidas combinaciones entre nuestros jugadores en punta es una experiencia muy divertida. Eso s¨ª, chutar a puerta es otro cantar, porque aunque la direcci¨®n en la que queremos enviar el esf¨¦rico ser¨¢ vital a la hora de conseguir marcar, la altura a la cu¨¢l vaya la bimba ser¨¢ casi anecd¨®tica. Quiz¨¢ es por ello que intentar sorprender a un portero desde fuera del area ser¨¢ harto dif¨ªcil.

No podemos dejar de comentar lo lento que resulta el navegar por los men¨²s de juego. Quiz¨¢ por su recargado dise?o, parece que la consola tiene que estar leyendo del lector continuamente para saber cu¨¢l es la siguiente pantalla de opciones a mostrar. En cualquier caso, una vez que os acostumbr¨¦is ¨¦sto no tendr¨¢ mayor importancia.

Aparte del comportamiento de los jugadores, el cu¨¢l mejora a medida que aumentamos el nivel de dificultad, la Inteligencia Artificial ha permitido a los programadores de la compa?¨ªa canadiense en incluir un sistema din¨¢mico de evaluaci¨®n del nivel de juego. Si FIFA 2003 advierte que el nivel de dificultad en el que nos encontramos no se adec¨²a con nuestra capacidad de juego la acci¨®n se detendr¨¢ y se nos aconsejar¨¢ un nivel m¨¢s acorde con nuestras habilidades.

El control Freestyle es la evoluci¨®n de los movimientos especiales que en anteriores entregas se pod¨ªan realizar pulsando tan s¨®lo un bot¨®n. Ahora no son movimientos ¨²nicos, sino que las grandes figuras del deporte del balonpi¨¦ contar¨¢n con movimientos ¨²nicos con los que encarar con garant¨ªas los uno contra uno. Entre ellos encontramos fintas, regates secos, autopases y otras muchas jugadas ciertamente vistosas.

El comportamiento de los porteros se ha mejorado en el sentido de que se ha intentado que los cancerberos act¨²en de una forma m¨¢s realista. Incluso se ha implementado el tan deseado penalty provocado por el guardameta, por lo que los uno contra uno de los delanteros contra los porteros cobrar¨¢n ahora una nueva dimensi¨®n en los FIFA. Un gran acierto.

Las estad¨ªsticas sobre goles marcados, encajados, partidos ganados, perdidos, empatados, etc. se unir¨¢n a detalles tan t¨ªpicamente fiferos como el nombramiento del mejor jugador del partido al deportista con la actuaci¨®n m¨¢s destacada - casi siempre el ariete que ha conseguido perforar un mayor n¨²mero de veces la porter¨ªa contraria -, comentarios sobre el n¨²mero de goles que lleva marcados un delantero en concreto, etc. Una cobertura de la informaci¨®n que rivaliza en cantidad y calidad con la de un partido real que se retransmita por cualquier televisi¨®n.

En cuanto a los modos de juego, encontramos muchas y variadas posibilidades. Desde los t¨ªpicos partidos de exhibici¨®n para echar una partidita r¨¢pida hasta un n¨²mero interminable de torneos que podremos participar ya sea con clubes o con selecciones mundiales. Por supuesto, podremos jugar en cualquiera de las ligas del mundo con nuestro equipo preferido, y tambi¨¦n enfrascarnos en un Club Championship, una especie de liga internacional en la que participan equipos profesionales de todas partes del mundo. Como pod¨¦is ver, las posibilidades de juego son tan variadas como numerosas. Y si a todo ello a?ad¨ªs la posibilidad de que participen hasta 4 jugadores humanos simult¨¢neamente, la diversi¨®n llega a extremos peligrosos.

l  o    m  e  j  o  r

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