Diversi¨®n terminal

Ya est¨¢ entre todos nosotros Quantum Redshift, el juego de las competiciones de velocidad del futuro para Xbox. Nos ha costado horrores despegarnos de ¨¦l por su endiablada adicci¨®n, pero por fin ten¨¦is aqu¨ª el an¨¢lisis que estabais esperando...

Quantum Redshift, al contrario que otros muchos juegos para Xbox, ha llegado sin demasiada publicidad. Quiz¨¢ su concepci¨®n, que algunos podr¨ªan llegar a considerar como tradicional, le ha privado de la expectaci¨®n que otros t¨ªtulos como Blinx The Time Sweeper s¨ª que han tra¨ªdo bajo el brazo. ?Quiere eso decir que la obra de Curly Monsters es inferior al resto? En absoluto.

?Quiere decir ¨¦sto que no habr¨¢ que frenar? En absoluto. En los 16 trazados que podremos recorrer con otros tantos pilotos y sus correspondientes - y futuristas - medios de locomoci¨®n tendremos que aprender a controlar con soltura la ingente cantidad de potencia que los engines de los veh¨ªculos presentes en este juego son capaces de generar. Y es que entrar a 1500 kil¨®metros por hora a una curva, por muy abierta que sea ¨¦sta, es algo que no creemos que pueda hacer ni Alex Barros con su apurada de frenada in extremis. Bueno, a lo mejor ¨¦l s¨ª que podr¨ªa, pero nosotros m¨¢s bien no...

Es por ello que la sensaci¨®n de controlar a la perfecci¨®n nuestra nave no nos abandonar¨¢ en ning¨²n momento.  Pero no por ello pensar¨¦is que no pod¨¦is mejorar vuestra conducci¨®n, pues trazar una curva a la m¨¢xima velocidad o aprovechar el tiempo-turbo que se nos otorgar¨¢ cada vez que pasemos por la l¨ªnea de meta ser¨¢n dos disciplinas en las que tan s¨®lo con unas cu¨¢ntas horas de pr¨¢ctica podremos acabar dominando.

Los tiempos de carga no son especialmente largos y se producen siempre antes de que comience una carrera. Es quiz¨¢ la periodicidad, m¨¢s que su duraci¨®n, lo que convierte a la carga de nuevos datos en una tediosa tarea a la que nuestra Xbox deber¨¢ enfrentarse continuamente. Adem¨¢s, hay que considerar el agravante de la escasa duraci¨®n de las carreras, pues en menos de 5 minutos ya habr¨¦is finalizado cualquier envite. Por fortuna, si no consegu¨ªs alzaros con la victoria en el primer intento  y volv¨¦is a tentar vuestra suerte compitiendo de nuevo en la misma carrera, la carga no se producir¨¢ de nuevo. Algo es algo.

Para plasmar las rivalidades que sienten todos los personajes con sus N¨¦mesis o enemigos jurados - que no son otros que los personajes secretos que podremos desbloquear - se han incluido unas secuencias intermedias que servir¨¢n de pr¨®logo para cada envite. En ellas podremos presenciar una breve conversa entre ambos pilotos en la que dejaran latente su gran rivalidad. Estas escenas est¨¢n realizadas con el mismo motor gr¨¢fico que las carreras en s¨ª, lo que se deja notar sobre todo en las animaciones de los personajes, las cuales son de inferior calidad que las que presentan sus propios veh¨ªculos.

La mayor¨ªa de los niveles contienen elementos cuya funci¨®n trasciende de ser objetos gr¨¢ficos p¨²ramente decorativos: loopings, rampas y otros accesorios arquitect¨®nicos que los pilotos podr¨¢n usar para ganar cierta ventaja momentanea ante sus oponentes. Los decorados tambi¨¦n constar¨¢n de carteles publicitarios, r¨®tulos de ne¨®n y dem¨¢s ornamentos con los que los grafistas de Quantum Redshift han convertido cada uno de los circuitos en lugares ambientados a la perfecci¨®n. Menci¨®n especial a las construcciones que aparecen en el de Egipto: fara¨®nicamente sublimes.

Adem¨¢s de la gran velocidad y de la consistencia del motor gr¨¢fico, otro de los mayores aciertos a nivel visual de este Quantum Redshift es, sin duda, el gran tama?o de las pistas. Y con ¨¦sto no nos referimos a su longitud, que tambi¨¦n podr¨ªamos, sino m¨¢s bien a lo ancho de algunos tramos de los circuitos, ancho que podremos aprovechar para adelantar a nuestros rivales escogiendo rutas alternativas. Y es que el concepto de atajo cobra una nueva dimensi¨®n en Quantum Redshift.  Eso s¨ª, tened cuidado y no os desvi¨¦is m¨¢s de la cuenta, porque sino vuestra nave se materializar¨¢ de nuevo en medio de la pista y perder¨¦is unos valiosos segundos que podr¨ªan ser vitales para alzaros con la victoria final.

En cuanto a la representaci¨®n gr¨¢fica de las armas, escudos y dem¨¢s no encontramos nada especialmente rese?able. Es m¨¢s, en los primeros niveles de potencia del arsenal de nuestra nave el rayo que saldr¨¢ a trav¨¦s de los ca?ones ser¨¢ poco m¨¢s que un haz de luz que presentar¨¢ m¨¢s similitudes con el foco de un coche que con el de los l¨¢sers de las naves de Star Wars, Star Trek, Star Gate y dem¨¢s sagas espaciales.

Concluyendo, el apartado gr¨¢fico de Quantum Redshift es tan correcto como se le podr¨ªa exigir a un juego de Xbox, aunque se echan de menos algunas florituras, sobre todo en cuanto a interactividad de los escenarios y sistema de part¨ªculas. En cualquier caso, hay que felicitar a los de Curly Monsters por el gran trabajo realizado a nivel visual. Notable.

Para dotar de algo de profundidad a las competiciones se han incluido historias mediante las cuales se narra la rivalidad entre cada pareja de pilotos. As¨ª, no habr¨¢ personaje que se escape de odiar a alguien tan terriblemente como para encontrar en esa rivalidad la fuerza y el arrojo necesario como para convertirse en el campe¨®n de la competici¨®n de Quantum Redshift. Ver perder a un archirival o N¨¦mesis les proporciona casi una mayor satisfacci¨®n que conseguir la victoria en s¨ª...

La plantilla de personajes, integrada por 8 en un principio, se compone de pilotos con caracter¨ªsticas ¨²nicas. ?sto se refleja en sus estilos de conducci¨®n, pues cada uno de los personajes presenta unas habilidades de pilotaje diferentes. Unos tendr¨¢n una mayor velocidad punta, otros ser¨¢n capaces de girar m¨¢s que el resto y tambi¨¦n habr¨¢ los que presenten un poder de ataque superior a la media. Para encontrar al caracter que m¨¢s se amolde a vuestro estilo de juego tendr¨¦is que probarlos a todos, as¨ª que ya sab¨¦is lo que toca...

Cada personaje, a su vez, cuenta con un escenario propio, el cu¨¢l est¨¢ dise?ado para explotar al m¨¢ximo las posibilidades de la nave de la cu¨¢l sea el piloto. As¨ª, los participantes m¨¢s r¨¢pidos tendr¨¢n circuitos compuestos por largas rectas. En cambio, aquellos que puedan girar con extrema facilidad apadrinar¨¢n pistas en las que las enrevesadas curvas sean una constante.

El control es tan f¨¢cil e intuitivo que no tardaremos en encontrarnos atrapados en su sencilla mec¨¢nica. De lo que se trata es de alcanzar la victoria, por lo que quedar segundo o tercero no nos reportar¨¢ nada m¨¢s que un pu?ado de dinero que deberemos invertir en nuestro veh¨ªculo para mejorar sus prestaciones y poder aspirar a quedar los primeros en nuestro pr¨®ximo intento. Y es que ¨²nicamente podremos correr en la siguiente pista en el momento que hayamos conseguido ganar en la que nos encontremos. Los segundones no tienen su sitio en la ¨¦lite de Quantum Redshift.

Tambi¨¦n deberemos prestar atenci¨®n a los chivatos de los que est¨¢n equipados los veh¨ªculos. Cuando el indicador de que nos han disparado salte tendremos que activar r¨¢pidamente nuestros escudos sino queremos que el ataque de nuestro adversario impacte contra nuestra nave. Adem¨¢s, si vemos que un punto de mira encuadra a un veh¨ªculo contrario, ser¨¢ el momento de disparar el arma que hayamos recargado gracias a los power ups que se encuentran diseminados por los escenarios.

Utilizando las armas que vayamos adquiriendo gracias al dinero conseguido ganando carreras, nuestro poder de ataque se ir¨¢ haciendo m¨¢s y m¨¢s grande, hasta que llegar¨¢ un punto en el que nuestros ca?ones podr¨¢n llegar a acabar con cuantos enemigos se nos pongan a tiro. Eso s¨ª, a m¨¢s poder de ataque mayor necesidad de recoger los power ups necesarios para recargar las armas de nuestra nave, por lo menos si quer¨¦is disparar con toda vuestra artiller¨ªa.

El principal defecto de este t¨ªtulo es, sin duda, su nada equilibrada curva de dificultad. Mientras que en el modo Amateur alzarse con la victoria en cada circuito ser¨¢ una tarea m¨¢s o menos asequible, en el siguiente nivel de dificultad las cosas ya no pintar¨¢n tan bien para vosotros, pues al incremento de velocidad a la que podremos desplazarnos habr¨¢ que a?adir una mayor agresividad exhibida por nuestros contrarios. ?sta mayor belicosidad de los rivales se traducir¨¢ en que, y a diferencia del anterior nivel de dificultad, ahora no todas las naves tendr¨¢n garantizado el acabar las carreras, pues la posibilidad de ser borrados del mapa ser¨¢ una constante. Y en el ¨²ltimo modo, el Redshift, las cosas ya se tornan poco menos que imposibles...

En cuanto a posibilidades de juego encontramos el Tournament Mode, un modo historia con todas las de la ley, Time Attack, con fantasma activable incorporado y el siempre ¨²til modo Quick Race, en el que podremos seleccionar cualquier circuito de los que ya hayamos desbloqueado. Los amantes de los piques con los amigos tambi¨¦n pueden estar tranquilos, porque hasta 4 personas pueden participar simult¨¢neamente en el Multiplayer Mode. La diversi¨®n, como veis, est¨¢ asegurada en Quantum Redshift, un t¨ªtulo que viene a demostrar que el buen hacer siempre es de mejor recibo que un juego que nos vendan como n¨²mero uno y que se desinfle tan pronto como nos pongamos a sus mandos.

l  o    m  e  j  o  r

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