The Elder Scrolls III: Morrowind Primeras Impresiones (PC)

Cuando recib¨ª la beta de Morrowind, tuve que instalar r¨¢pidamente el juego para comprobar inmediatamente si todas las excelencias que se contaban sobre este juego de Bethesda eran verdad. La verdad es que siempre he preferido juegos monojugador con una buena historia y ambientaci¨®n que la libertad de los t¨ªtulos multijugador masivos.

As¨ª que cuando en Bethesda mostraron las primeras im¨¢genes de este proyecto y desvelaron los primeros detalles sobre este universo, Morrowind se qued¨® en mi mente como uno de los t¨ªtulos de compra obligada de mi lista, que completar¨ªan Thief 3 y Deus Ex 2.

Y tras entre 25 y 30 horas de juego, no puedo sino decir que todas mis esperanzas se han confirmado. Bethesda han creado un juego de rol que sorprender¨¢ a los aficionados al g¨¦nero, aunque quiz¨¢s lo tenga algo m¨¢s dif¨ªcil para llegar al gran p¨²blico. Sus desarrolladores han cuidado tanto los aspectos t¨¦cnicos (gr¨¢ficos, sonidos, m¨²sica y animaciones) como la jugabilidad, pero no adelantemos acontecimientos. Ante todo, debe quedar claro que este art¨ªculo se ha escrito sobre una versi¨®n beta del juego, aunque en estos momentos la versi¨®n definitiva del juego est¨¢ a la venta en EEUU, y a finales de mayo llegar¨¢ a Espa?a (desgraciadamente con textos y voces en ingl¨¦s).

Y como versi¨®n beta, hemos encontrado algunos fallos. Por ejemplo, con Windows ME las barras de desplazamiento no funcionaban, por lo que tuvimos que jugar con Windows XP. Solucionado este est¨²pido, pero decisivo fallo, que convert¨ªa a la beta en injugable, el juego nos devolv¨ªa muy de vez en cuando al escritorio. El documento l¨¦eme que acompa?aba la beta inclu¨ªa una lista de errores que Bethesda ya ten¨ªa localizados, con lo que es de esperar que la versi¨®n definitiva elimine todos estos problemas.

Un men¨² previo, que cada vez es m¨¢s frecuente en los juegos para PC, nos ofrece ejecutar el juego o cambiar los ficheros de datos. Esta opci¨®n, que no pudimos trastear en la beta porque su objetivo es lanzar escenarios creados con el editor que no inclu¨ªa la beta, tiene un gran potencial, ya que esperamos que los usuarios se lancen a crear nuevos escenarios como locos, y m¨¢s si el editor es tan sencillo y potente como aseguran desde Bethesda. El men¨² principal nos permite empezar una nueva partida o cargar una anterior, configurar las opciones de gr¨¢ficos, sonido y controles o salir. Nada fuera de lo com¨²n en este apartado, aunque siempre es de agradecer poder configurar las teclas a nuestro gusto.

Al empezar una nueva partida, veremos un v¨ªdeo introductorio que dar¨¢ paso a los gr¨¢ficos 3D generados por el motor gr¨¢fico. Nos gust¨® mucho nuestra llegada al juego, ya que a diferencia de otros juegos en los que primero creamos nuestro personaje en varias pantallas, Morrowind nos pone directamente en la piel de nuestro personaje y nos ofrece indicaciones para dar nuestros primeros pasos.

Despertamos en la bodega de un barco, y tenemos una breve conversaci¨®n con el otro prisionero encerrado en la bodega que nos pregunta nuestro nombre, pero no tarda en llegar un guardia que nos conduce a cubierta. Si hasta entonces los gr¨¢ficos no nos sorprenden, la salida al exterior es como una revelaci¨®n. El cielo tan detallado que parece que est¨¦ vivo, los reflejos sobre el agua del mar y el poblado de Seyda Neen nos dejan boquiabiertos.

Hacemos aqu¨ª un inciso para explicar c¨®mo controlamos a nuestro personaje. Lo movemos con las teclas ASDW o los cursores, y el rat¨®n nos sirve para mover el punto de vista. El tabulador nos permite alternar entre la vista en primera o tercera persona. El espacio es la tecla para realizar la acci¨®n por defecto, ya sea abrir una puerta, recoger un objeto o hablar con alguien, mientras que el bot¨®n izquierdo del rat¨®n sirve para usar el arma o lanzar hechizos.

Pero antes tenemos que escoger qu¨¦ queremos hacer. Por defecto estamos en el modo exploraci¨®n. Pulsando la tecla R situaremos las manos para lanzar un hechizo, o con la tecla F desenvainaremos nuestra arma. La tecla E sirve para saltar, la de may¨²sculas para correr y Control para avanzar sigilosamente. Finalmente la J activa el diario y la T nos permite descansar un tiempo determinado o hasta que estemos recuperados.

El bot¨®n derecho del rat¨®n detiene la acci¨®n y muestra en pantalla el inventario, las estad¨ªsticas del personaje, la lista de hechizos y el mapa, cada uno en su propia ventana que podemos mover y redimensionar a placer. En la ventana del inventario vemos a nuestro personaje y podemos equipar armas, vestidos o armaduras arrastr¨¢ndolos desde el inventario. Este inventario tiene unas pesta?as con las que podemos seleccionar todos los objetos, o subconjuntos (armas, magia, armaduras o varios).

La ventana de estad¨ªsticas nos informa de la raza, el nivel, los atributos y las habilidades de nuestro personaje, as¨ª como su pertenencia a gremios, mientras que en el mapa podemos alternar entre el mapa local o el del mundo. Los dos mapas se pueden desplazar, e incluyen marcados los puntos m¨¢s destacados como ciudades o, en una ciudad, las casas. La ventana de hechizos lista los hechizos que conocemos y los pergaminos que tenemos a nuestra disposici¨®n. Tenemos que destacar que en todas estas ventanas, y al pasar el rat¨®n sobre cada opci¨®n, aparecer¨¢ una ventana con informaci¨®n extra sobre ella. Por ejemplo, al pasar el rat¨®n sobre el nivel, veremos lo que nos falta para llegar al siguiente, o al pasarlo sobre un hechizo, veremos la escuela a la que pertenece y su efecto.

Con el bot¨®n derecho del rat¨®n volvemos a la acci¨®n. Siempre tendremos en pantalla el indicador de salud, magia y cansancio, el arma actual y el hechizo actual, y un peque?o mapa. La salud se pierde cuando nos alcanzan enemigos, y podemos recuperarla descansando, o con pociones o hechizos de curaci¨®n. Los puntos de magia se pierden lanzando hechizos o por efecto de hechizos lanzados por enemigos, y los podemos recuperar descansando o con pociones.

Finalmente los puntos de cansancio se consumen si corremos, saltamos o atacamos, y los podemos recuperar r¨¢pidamente con pociones o m¨¢s lentamente andando o deteni¨¦ndonos. Cuanto m¨¢s cansados estemos, por ejemplo, ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil lanzar un hechizo con ¨¦xito. Para cambiar el arma activa, tenemos que arrastrarla en el inventario sobre nuestro personaje, y para seleccionar el hechizo activo tenemos que marcarlo en la ventana de hechizos. De todas formas, hay una forma m¨¢s pr¨¢ctica de cara a los combates. Podemos asignar accesos r¨¢pidos a las teclas del 0 al 9. Pulsando F1 se abre el men¨² de acceso r¨¢pido, y s¨®lo tenemos que arrastrar el objeto o el hechizo que queremos usar sobre la posici¨®n deseada para configurar estas teclas.

Antes de continuar con el desarrollo del juego, comentaremos algunas otras ventanas m¨¢s. Una sencilla es la de un objeto contenedor, como puede ser un ba¨²l o el cad¨¢ver de un enemigo. Al pulsar la tecla espacio se nos abrir¨¢ nuestro inventario y una ventana similar con los objetos que se encuentra en el contenedor. Podremos pasar objetos de un sitio al otro, o usar la opci¨®n para coger todo lo del contenedor. Parecida es la ventana que nos aparece cuando negociamos en una tienda. Veremos nuestro inventario y todos los objetos de la tienda. Una vez hayamos marcado lo que queremos comprar y lo que queremos vender, podemos modificar el precio, subi¨¦ndolo o baj¨¢ndolo, antes de lanzar una oferta al tendero. ?l puede aceptarla o rechazarla, en funci¨®n de nuestra habilidad mercantil y de lo bien que le caigamos.

Existen m¨¢s ventanas que no comentaremos, como la que sirve para crear una poci¨®n a partir de ingredientes como setas o carne de rata, o la que sirve para crear hechizos a medida, a partir de efectos b¨¢sicos que podremos configurar en cuanto a potencia, ¨¢rea de efecto, alcance, etc. y combinar con otros. Pero no podemos olvidar la ventana de di¨¢logos. La mayor parte de esta ventana la ocupa la zona en la que hablan los personajes. A la derecha queda un indicador que resalta lo bien que le caemos al personaje, algunas opciones que dependen del personaje, y una lista de temas.

En las opciones siempre aparecer¨¢ la de persuadir al personaje: podemos intimidarle, chulearle o hacerle la pelota, y tambi¨¦n sobornarle con diferentes cantidades para intentar caerle mejor. Si a un personaje le caemos mejor nos contar¨¢ m¨¢s cosas y nos har¨¢ mejor precio si vende algo. El resto de opciones son comerciar con ¨¦l, recibir entrenamiento en alguna habilidad, comprar hechizos o crear nuevos hechizos. En cuanto a la lista de temas, algunos son comunes, como preguntar sobre la historia del personaje, pedir consejo, rumores o informaci¨®n sobre la ciudad en la que estamos, mientras que otros temas dependen del personaje. No hablaremos de lo mismo con un guardia que con historiador. En todos los casos, las respuestas del personaje pueden incluir palabras resaltadas que introducen nuevos temas.

El diario, tan importante en los juegos de rol, se ha dividido en Morrowind en dos partes. Una recopila nuestras acciones y encuentros m¨¢s importantes por orden cronol¨®gico, mientras que la otra es como una especie de enciclopedia ordenada alfab¨¦ticamente y que se ampl¨ªa a medida que hablamos con diferentes personajes, ya que de hecho se construye con citas de los personajes con los que discutimos.

En el diario de eventos quedan marcadas las palabras que tienen asociada una entrada en la enciclopedia, y podemos acceder a ella pulsando encima. En el diario echamos de menos una opci¨®n que nos muestre ¨²nicamente las b¨²squedas activas, ya que buscar en el diario puede ser algo pesado cuando supera la veintena de p¨¢ginas (y puede tener muchas m¨¢s).

Tras este largo par¨¦ntesis, un segundo guardia nos conduce al interior de la oficina del censo local, pero antes nos pregunta sobre nuestro sexo, raza y aspecto. Ya en el interior hablamos con un anciano. All¨ª elegiremos nuestra clase personaje, que podremos hacer de tres formas: escogiendo una de entre una lista de clases prefabricadas, respondiendo a una serie de preguntas que nos plantear¨¢n dilemas ¨¦ticos y morales, o fabricando una clase a medida.

En definitiva el objetivo de esta fase es determinar las habilidades principales, las secundarias y las adicionales. La lista de habilidades en Morrowind es larga, y cada habilidad tiene asociada un atributo. En ella encontramos las escuelas m¨¢gicas como alteraci¨®n, destrucci¨®n, misticismo o ilusi¨®n; habilidades con armas y armaduras, como el uso de hachas, espadas cortas, espadas largas, lanzas, armaduras ligeras o pesadas; habilidades f¨ªsicas como atletismo, que afecta a nuestra rapidez de movimientos, o acrobacia, que indica la altura que podemos alcanzar saltando y la altura desde la que nos podemos dejar caer sin sufrir da?os; y otras habilidades como la alquimia o el regateo.

Los creadores de Morrowind decidieron que las habilidades ten¨ªan que mejorarse us¨¢ndolas, mientras que las subidas de nivel por experiencia s¨®lo permiten aumentar los atributos, que tambi¨¦n influyen en las habilidades relacionadas. La idea parece buena, y en general lo es, pero se dan casos curiosos y hasta c¨®micos como con las habilidades de atletismo y acrobacia. Para mejorar la primera s¨®lo tenemos que desplazarnos corriendo, cosa que har¨¢n casi todos los jugadores para moverse m¨¢s r¨¢pido (aunque tendremos que mantener el cansancio a un nivel decente, porque podemos encontrar enemigos en cualquier lugar), mientras que para mejorar la habilidad acrob¨¢tica podemos desplazarnos a saltos. El colof¨®n del proceso de creaci¨®n del personaje ser¨¢ elegir una especie de signo astral, que nos proporcionar¨¢ alguna otra ventaja o incoveniente.

El ¨²ltimo personaje con el que hablaremos antes de que nos concedan la libertad por orden del propio emperador nos encomendar¨¢ nuestro primer objetivo, pero charlando con la gente o entrando en un gremio, como el de magos, ladrones o guerreros, conseguiremos nuevos objetivos que aumentar¨¢n nuestra experiencia. Adem¨¢s, los miembros de nuestro gremio tendr¨¢n una excelente predisposici¨®n a hablar con nosotros y nos ofrecer¨¢n precios especiales en sus mercanc¨ªas.

Estas misiones nos har¨¢n viajar de ciudad o ciudad, cosa que podremos hacer a pie, en barco, en una especie de insecto gigante o con el teletransporte que ofrece el gremio de magos. Los objetivos van desde obtener cierto objeto hasta matar a alguien, pasando por averiguar cierta informaci¨®n o encontrar a cierta persona. El mapeado del juego es enorme y nos podemos mover con total libertad, sobre tierra o nadando, con lo que podemos afirmar sin equivocarnos que terminar el juego comportar¨¢ muchas horas de dedicaci¨®n y disfrute.

Para terminar, hablemos de los aspectos t¨¦cnicos. La potencia del motor gr¨¢fico queda demostrada en las im¨¢genes que acompa?an este art¨ªculo. Los escenarios son muy variados, tanto por los cambios de paisaje como por la arquitectura caracter¨ªstica de cada gran ciudad. Si a?adimos los espectaculares efectos de los hechizos, el cambio entre d¨ªa y noche y efectos climatol¨®gicos como las tormentas de arena o la lluvia, el resultado es excelente. Los tiempos de carga son pr¨¢cticamente inapreciables. Si suceden en un cambio de zona en el exterior, dura menos de un segundo. En cambio, el paso entre un exterior y un interior o al rev¨¦s, tarda unos segundos m¨¢s, pero es m¨¢s que soportable.

Los sonidos ambiente acompa?an perfectamente los cambios de escenario. Escucharemos el bullicio de una ciudad, las aguas de un r¨ªo, el viento col¨¢ndose entre las rocas, los truenos que acompa?an una tormenta o el estruendo del viento en una tormenta de arena. Los personajes se dirigir¨¢n a nosotros en ingl¨¦s, con voces muy bien grabadas, pero cuando se abre la ventana de di¨¢logo, no escuchamos al personaje hablar y tendremos que leer el texto. Finalmente la m¨²sica se merece otra menci¨®n especial, y demuestra el talento de Jeremy Soule, un veterano y reconocido compositor de m¨²sica de juegos de ordenador, y en especial de juegos de rol.