Rainbow Six: Rogue Spear
- PlataformaGBA5.7
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorRed Storm Entertainment
- Lanzamiento01/03/2002
- TextoEspa?ol
Conspiraciones pol¨ªticas a tama?o reducido. Pero muy, muy reducido...
La fijaci¨®n del novelista Tom Clancy en las conspiraciones terroristas puede llegar a ser hasta enfermiza. Rogue Spear, como no pod¨ªa ser de otro modo, traslada este universo de traiciones pol¨ªticas a Game Boy Advance, pero el resultado es tan emocionante como una partida de mus.
La fijaci¨®n del novelista Tom Clancy en las conspiraciones terroristas puede llegar a ser hasta enfermiza. Rogue Spear, como no pod¨ªa ser de otro modo, traslada este universo de traiciones pol¨ªticas a Game Boy Advance, pero el resultado es tan emocionante como una partida de mus.
Portada de Rogue Spear |
Para bien o para mal, nos tenemos que contentar con Rogue Spear. Hace ya algunos meses tuvimos la oportunidad de analizar la precuela, esta vez de GBC, y desde entoncs hemos tenido que asistir a terapias de grupo para tratar de olvidarlo. Los movimientos de nuestros hombres eran tan desesperantemente lentos que caminar diez metros era como dejar correr a una hormiga alrededor de una manzana entera de tu pueblo/ciudad. Lo peor es que, en definitiva, se perd¨ªa aquella emoci¨®n de poder capitanear un equipo de ¨¦lite, caminando entre las sombras y afinando o¨ªdo y vista, por si, detr¨¢s de alguna esquina, se escond¨ªa nuestro verdugo. Anticiparse a sus movimientos, observar con detenimiento el escenario... vamos, algo que en una port¨¢til es dif¨ªcil de adaptar, y si encima se hace con tan poca gracia, pues ya os pod¨¦is hacer una idea del panorama.
La mejor llave es un explosivo |
La ventaja es que hoy hablamos de un juego para una consola mucho m¨¢s evolucionada, pero de bolsillo, al fin y al cabo. Lo que de momento ya os podemos ir avanzando es que t¨¦cnicamente la cosa ha cambiado. Y para bien. Pero, para los que no hayan nunca o¨ªdo hablar o no hayan tenido la oportunidad de jugar a alg¨²n t¨ªtulo de la serie, vamos a explicar qu¨¦ se debe hacer antes de empezar.
Una vez introducido el cartucho, el men¨² principal presenta cuatro modos de juego: individual, multiplayer, opciones y cr¨¦ditos. Los dos ¨²ltimos no merecen demasiadas l¨ªneas, puesto que, b¨¢sicamente, se trata de configurar el programa al gusto del usuario, mientras que el segundo es algo que los m¨¢s perseverantes -y pacientes- ver¨¢n una vez finalizado este t¨ªtulo -cosa que, por otra parte, merece un respeto. Vayamos al que nos interesa, el indiviual. Ya dentro, vemos que se puede guardar en cuatro archivos distintos. Bien, hermano, hermana, padres, abuelos, t¨ªos o amigos tambi¨¦n podr¨¢n decir la suya. Pasando esto de largo, llegamos al punto conflictivo: los niveles de dificultad. ?Vale la pena arriesgarse en el nivel m¨¢s bajo si una vez terminado nos damos cuenta de que nos hemos perdido la mitad de la aventura? No os preocup¨¦is por esto, la mayor diferencia que existe es que los enemigos atacan con m¨¢s frecuencia y acierto. Mientras que en recluta tardan lo suyo en apuntar y disparar, en ¨¦lite se acercan a t¨ª mucho antes de que hayas cruzado la esquina y ya te estar¨¢n masacrando sin que hayas tenido tiempo a alzar la mirada.
Tambi¨¦n deberemos infiltrarnos en un complejo militar |
Ahora llega la parte interesante. Antes de comenzar una misi¨®n podemos hacer una esp¨¦cie de criba sobre un total de 28 hombres que tenemos en nuestro cuerpo, y escoger, entre todos ellos, a tan s¨®lo cuatro. Para tomar esta decisi¨®n hay que tener en cuenta diversos factores. Empezando por los atributos, cada uno tiene unas estad¨ªsticas distintas en sigilo, punter¨ªa, salud y reflejos. Para ello viene bien saber que tipo de objetivo vamos a acometer. Por ejemplo, no es lo mismo tener a alguien con mucho sigilo en una misi¨®n en la que haya que entrar a las bravas, que uno con mucha salud cuando pr¨¢cticamente no tengamos que abatir enemigos. Adem¨¢s de esto, cada cual tiene sus armas y municiones. S. Arnavisca, el ¨²nico espa?ol que hay en el plantel, aporta una metralleta, una walter con silenciador y tres cargadores. El alem¨¢n D. Weber tiene en su poder un rifle de precisi¨®n, pero pocos cargadores, por lo que tendremos que moderar los disparos cuando le tengamos en nuestro poder. El italiano A. Maldini, por su parte, cuenta con un rifle de asalto, y una colecci¨®n envidiable de munici¨®n, as¨ª que su presencia siempre ser¨¢ grata entre nuestras filas.
Desfiladeros de nieve, lo mejor para esconderse |
Tampoco es cuesti¨®n de describir hasta los 28 tipos que podemos encontrarnos -algunos de ellos se las dan de listos y tienen nombre y rostro ocultado-, pero es un buen ejemplo de las cosas que hay que valorar. La pregunta, no obstante, es: ?y esto se nota una vez nos hemos puesto en materia? S¨ª, pero matizando. Cuando andamos corriendo de arriba a abajo en busca de los desaprensivos que debemos reducir, algunos actuar¨¢n de forma auut¨®noma y disparar¨¢n sin que le hayamos ordenado nada... ?un momento! ?ordenado? Je, resulta curioso que, precisamente, la principal virtud del original era gu¨ªar de forma individualizada a tu destacamento, y aqu¨ª, tambi¨¦n precisamente, no podemos. En fin, ?que le vamos a hacer?...
Las dem¨¢s opciones que nos hemos dejado por comentar, multiplayer y Lone Wolf -esta ¨²ltima se incluye en el individual y necesitamos pasarnos previamente el juego- las encontrar¨¦is m¨¢s detalladamente en el apartado de jugabilidad, puesto que su presencia la deber¨ªa enriquecer, por aquello de que alarga la vida del juego y tal...
g r ¨¢ f i c o s
Los jeeps pueden servirnos para escondernos |
Los sprites de los miembros del Rogue Spear son tan min¨²sculamente peque?os que deber¨¢s forzar la vista para poderlos ver. No, en serio, aunque tengan el tama?o de una pulga, esto se ha hecho para poder visualizar a todos los hombres sin que el scroll se los "coma". Es decir, que como tan s¨®lo tenemos a cuatro tipos en pantalla, movi¨¦ndose, Ubi Soft ha preferido mantenerlos todos en su posici¨®n, y eso les ha conducido a reducirlos tanto. Hay que tener en cuenta que los juegos originales eran en visi¨®n subjetiva, y eso facilitaba bastante las cosas. Con un r¨¢pido golpe de rat¨®n los ten¨ªas al alcance. Sin duda, es una decisi¨®n acertada, pero a nivel visual se resiente de mala manera.
Los movimientos no est¨¢n nada mal. Comparado con el t¨ªtulo de Game Boy Color, donde hab¨ªa cuatro cuadrados desplaz¨¢ndose, aqu¨ª hay una buena correlaci¨®n de entre cada acci¨®n. Los pasos, por ejemplo, que son lo que m¨¢s veremos, est¨¢n muy bien enlazados. Por supuesto, las dimensiones de los sprites privan al jugador de poder apreciar otros detalles, como cuando lanzamos el cargador e introducimos uno nuevo en el arma, o la rutina de los enemigos al morir, que en muchas ocasiones se convierte en un placer despu¨¦s de haber perdido cantidad de vida por su culpa.
Puedes apreciar el nivel de energ¨ªa de cada hombre en la parte izquierda |
Los escenarios son el punto fuerte. Desde la variedad de la que hace gala, puesto que atravesaremos museos de arte egipcio, campamentos militares, desfiladeros completamente nevados o silos nucleares, hasta la perfecta ambientaci¨®n de todos ellos, pasando por la cantidad de objetos que podemos llegar a encontrar, como camiones de carga, expositores, barracones, etc. Sin duda, un buen trabajo por parte de sus responsables, que han vertido todo su esfuerzo en trasladar la atm¨®sfera de los originales a la pantalla de esta consola.
Tambi¨¦n hay que hacer una rese?a al interfaz y a los men¨²s de opciones. En todo momento, tenemos presentes a los miembros escogidos en el grupo, con su retrato -y nivel de energ¨ªa- al lado de la pantalla; y los men¨²s, siempre con ese estilo tan caracter¨ªstico, est¨¢n perfectamente estructurados.
s o n i d o
L¨¢stima que no podamos montar en este cami¨®n |
Lo mejor de todo el juego. La m¨²sica de los men¨²s es apote¨®sica. Ya en la introducci¨®n, una tensa partitura nos invade y nos obliga a seguir adelante. La m¨¢s acertada, sin duda, la que tenemos en los ¨ªndices de opciones. Todo un prodigio de la t¨¦cnica y del buen gusto. Hac¨ªa tiempo que esper¨¢bamos poder escuchar algo similar en esta consola, tanto por la calidad con que ha sido reproducida como por su ritmo.
Los FX tambi¨¦n son dignos de benem¨¦rito. Disparos de diversa ¨ªndole -no es lo mismo el sonido seco de una walter que el silencio turbador del rifle de francotirador-, los pasos en varias superf¨ªcies, los gritos de la gente al fallecer... un amplio cat¨¢logo que debe ser disfrutado, como no, con un par de auriculares. Toda una experiencia.
j u g a b i l i d a d
Desde esta posici¨®n podemos usar el francotirador |
El argumento, como todo lo relacionado con Tom Clancy, narra las conspiraciones en la sombra que se llevan a cabo en el gobierno de los Estados Unidos. R¨²sia, evidentemente, tambi¨¦n toma un papel importante, y todo el argumento se confabula en Mosc¨². Intervienen, adem¨¢s, grupos de religiosos extremistas, que son los que realizan actos terroristas y que nuestro equipo debe neutralizar. A grandres rasgos, debemos evitar que cabezas nucleares caigan en malas manos, y para ello el general Clark nos ir¨¢ encomendando una serie de misiones que nos acercar¨¢n al epicentro de toda esta trama.
Vamos, que la variedad de objetivos es bastante amplia, ya sea rescatar rehenes, noquear a dichos terroristas, vigilar posiciones estrat¨¦gicas, eliminar intrusos, tomar bases, recuperar planos, etc. Para poder plasmar todo esto en el control, Ubi Soft ha sido bastante pragm¨¢tica, y ha usado la base del Rainbow Six de Game Boy Color. Aparecen todos nuestros hombres en pantalla, lo que vendr¨¢ bien para tenerlos controlados, y como no podemos indicarles que funci¨®n queremos que hagan, ellos se mover¨¢n, aunque siempre tras nuestra estela, de forma aut¨®noma, lo que muchas veces puede ayudar. Por ejemplo, a menudo solemos caminar a ciegas y no vemos que sobre nuestra posici¨®n hay un francotirador que nos est¨¢ apuntando a la cabeza. Puede que uno de nuestros hombres se haya percatado, y sin previo aviso arremeta contra ¨¦l y lo deje inservible en un par de tiros. Esto puede gustar a unos usuarios, que quieran jugar a Rogue Spear sin demasiadas complicaciones, pero molestar¨¢ a los que ya tengan experiencia en los hom¨®nimos para otras plataformas, puesto que resta parte del poder que se le otorgaba.
Las estancias se iluminan cuando entramos |
El sistema de control es muy sencillo. B¨¢sicamente debemos preocuparnos de movernos con la cruceta digital, disparar con el B y cargar con el A. Pulsando el start podemos ir a un men¨² donde se nos indica que objetivos hemos cumplido y cuales nos quedan por despachar. Como no es en 3D, y por tanto, no tenemos el punto de mira, aparece uno en cuanto tenemos a un enemigo lo suficientemente cerca. Dicho de otro modo, que podemos acercarnos a alguien y ponernos a disparar, entonces la m¨¢quina dirigir¨¢ autom¨¢ticamente las balas hacia ¨¦l sin necesidad de apuntar. Esto hace que la adaptaci¨®n al control sea totalmente intuitiva, y no tengamos que estar media hora pr¨¢cticando con los botones hasta poder moverse con m¨¢s o menos facilidad.
Rogue Spear nos hace viajar por todo el mundo |
El principal problema que presenta este Rogue Spear, es que las misiones acaban siendo todas exactamente lo mismo. Pueden estar pensadas de una forma u otra, pueden tener una presentaci¨®n m¨¢s atractiva o no, pero todo lo que tendremos que hacer es movernos por el escenario, matar a todo aquello que se mueva, recoger cuatro cosas, pulsar alg¨²n bot¨®n y santas pascuas. Esto se acent¨²a cuando vemos que las animaciones son extremadamente lentas, y algo que podr¨ªa solucionarse con agilidad acaba siendo un aut¨¦ntico muermo. Esto podr¨ªa responder a la necesidad de sus desarrolladores de inyectarle el estilo quedo del original. Con ellos nos referimos a que muchas veces d¨¢bamos un paso por cada 10 minutos de meditaci¨®n, y como aqu¨ª no est¨¢ tan lograda la ambientaci¨®n -algo l¨®gico trat¨¢ndose de una port¨¢til- se ha pretendido conseguir este efecto con personajes liliputienses y escenarios a su escala.
Nuestros cuatro hombres dentro del museo egipcio |
R6: Rogue Spear tiene un problema esencial. En PC o en plataformas superiores, uno de sus puntos fuertes era la tensa ambientaci¨®n y aquella posibilidad de ir a hurtadillas en un escenario, tratando de evitar ser descubierto por los terroristas/conspiradores/narcotraficantes que nos pon¨ªan en aprietos. En port¨¢til, esto, evidentemente, no puede hacerse. Para empezar, la visi¨®n en 2D ya es un obst¨¢culo, y encima eso le capa de muchas m¨¢s posibilidades. Pues bien, si ya a este nivel nos encontramos que pierde parte de su gracia, imaginaos en cuanto nos metemos de lleno en las misiones: todas ellas se limitan, en ¨²ltima instancia, en deambular por un decorado, matar y pulsar un bot¨®n. Pese a las 15 misiones que esconde, llegar¨¢ un momento en que nos dar¨¢ la impresi¨®n de haber hecho exactamente lo mismo unos instantes antes.
Para paliar estos errores, Red Storm ha incorporado un modo multijugador que har¨¢ las delicias de aquellos que tengan familiares o amigos dispuestos a pasar unas horas delante de la consola. Por tanto, m¨¢ximamente recomendable para este tipo de usuarios, y que sean, por supuesto, seguidores de este g¨¦nero y/o en su defecto, de las novelas de Clancy. Los que no, que se olviden, pues seguro que pasar¨¢n momentos de aut¨¦ntico suplicio a sus mandos.
l o p e o r
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejar¨¢ huella. S¨®lo recomendable en caso de sequ¨ªa de este g¨¦nero de juegos.