Ladrillo veloz

Con una velocidad punta de 64 Km./h. vuelven los personajes de Lego para intentar conquistar el podio de un g¨¦nero muy concreto: las carreras para ni?os. A la segunda va la vencida y en esta ocasi¨®n la compa?¨ªa danesa ha confiado en Atention to Detail en lugar de en High Voltage Software para que trasladen sus ladrillos a un entorno virtual. El resultado es mucho mejor que el t¨ªtulo anterior, puesto que hace uso de las librer¨ªas DirectX8a y ello le permite aprovechar toda la potencia de las aceleradoras 3D m¨¢s recientes, con efectos como el reflejo ambiental ¨® la iluminaci¨®n din¨¢mica.

En definitiva se consiguen los dos objetivos que tienen este tipo de juego. Primero ser un entretenimiento para el chaval en s¨ª mismo, por lo que se trata de un producto que tiene rentabilidad propia y expande los horizontes de negocio de la compa?¨ªa. Y en segundo lugar dar publicidad a la marca. Si el juego cae en manos de un chaval podemos apostar que si desea un juego de ladrillos de verdad para las Navidades el elegido ser¨¢ uno de Lego.

Pero centr¨¦monos en el juego que lo nuestro es el an¨¢lisis de software y no el estudio del marketing de cada compa?¨ªa. Una de las principales carencias del anterior Lego Racers eran los modos de juego. En esta ocasi¨®n, a los conocidos Arcade y Contrarreloj se le une un modo Aventura. El usuario elige un nombre y empieza su periplo en Sandy Bay con el sano objetivo de ganar la carrera en el planeta Xalax. Tirando un poco de los juegos de rol, lo primero es crearse el personaje con las partes de cuerpos y caras que ofrece el constructor. Hecho esto, llega el turno de montarse un coche o usar uno ya creado.

Para montar un nuevo coche se pone a disposici¨®n del usuario una completa caja de piezas Lego agrupadas en parabrisas, accesorios y los t¨ªpicos ladrillos de varios tama?os y colores. La construcci¨®n interactiva es algo compleja, pese a que permite ver en 3D y en tiempo real c¨®mo queda el veh¨ªculo. No hay m¨¢s que ver el modelo ?Armadillo' que yo me he montado para realizar este an¨¢lisis. Por lo tanto, aqu¨ª la ayuda de un mayor no estar¨¢ de m¨¢s pese a los consejos de Sparky, quien est¨¢ presente en todo el juego para echar un cable o dar una explicaci¨®n.

Con el coche, un cuerpo y un nombre se inicia la historia en el modo Aventura. Primero se deben vencer a los fanfarrones de turno, el poli, el bombero, el cartero y el polic¨ªa. Con ello se ganan los primeros ladrillos de oro, necesarios m¨¢s adelante para poder viajar a los otros cuatro mundos, a saber: Dino Island, Mars, Arctic y Xalax, donde se realizar¨¢ la famosa carrera de la que todos los personajes hablan. Y s¨ª, hablan porque entre carrera y carrera el usuario estar¨¢ en modo exploraci¨®n, pudiendo pasear por toda la isla de Sandy Bay contemplando el paisaje y hablando con los lugare?os. ?stos explican c¨®mo se juega y dan pistas sobre d¨®nde se esconden los ladrillos de oro extra.

Lo hacen en un idioma propio incomprensible pero que por suerte est¨¢ subtitulado en castellano. As¨ª que en Lego Racers 2 tenemos una mezcla de Donkey Kong 64 o Zelda, muy simplificado, con el legendario Mario Kart 64 que da un resultado bastante bueno. S¨®lo hay que echar en cara la falta de esp¨ªritu perfeccionista en algunos detalles gr¨¢ficos, como la ausencia de salpicaduras y estela al cruzar un r¨ªo o el clipping a veces exagerado entre los veh¨ªculos. Trat¨¢ndose de un t¨ªtulo destinado principalmente a ni?os, el tama?o, no excesivamente grande, de los escenarios tampoco es criticable.

Pese a este modo de exploraci¨®n, aqu¨ª lo que cuenta es ganar carreras. Si no se van ganando carreras, y ganar quiere decir quedar primero en este caso, no se obtienen ladrillos de oro y por lo tanto no se puede acceder a los distintos mundos. En cada competici¨®n participan veh¨ªculos propios del mundo en que nos encontremos, incluso el jugador deber¨¢ usar un coche distinto en cada mundo. Cuando las luces del sem¨¢foro cambian a verde empieza el todo vale. Los circuitos est¨¢n marcados en el terreno, pero s¨®lo unas puertas cada cincuenta metros obligan a seguir estrictamente el trazado.

Dispersos por el trayecto est¨¢n repartidas burbujas con ladrillos potenciadores. Como en Mario Kart o como en la saga Wipeout, de lo que se trata es de cogerlos y usarlos, en este caso, siempre para perjudicar a los dem¨¢s jugadores. Hay siete distintos y todos se pueden usar de una forma avanzada. Desde un disco que acaba con todo lo que pilla por delante, hasta un misil de seguimiento al que se le puede decir contra qui¨¦n debe ir aunque no se encuentre en pantalla, pasando por una tormenta, un hurac¨¢n o una explosi¨®n que hace saltar las piezas de los dem¨¢s coches por los aires. Es divertido ver c¨®mo los participantes no se resisten a competir aunque hayan perdido todas las piezas y siguen en pista corriendo a pie. La inteligencia artificial no es para tirar cohetes.

Mientras los coches est¨¢n en pista no hay problema, pero si se les consigue desviar del camino, especialmente antes de entrar en un t¨²nel, pueden tener graves problemas para volver a la competici¨®n. Excepto en Sandy Bay, cada mundo tiene su enemigo final contra quien ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil obtener la victoria, pues usan m¨¦todos poco ortodoxos para proclamarse vencedores, como verter aceite en el caso de Sam Sanister en Dino Island o la plantaci¨®n de estalactitas por parte de Berg en Arctic.

Otra forma de ganar ladrillos son los trabajos extra que se pueden hacer si se encuentran los v¨®rtices ocultos en cada mundo. Hay dos por mundo. En Sandy Bay el jugador debe hacer de taxista y llevar en un tiempo de tres minutos a tres personajes a su destino. Si lo consigue, gana un ladrillo de oro. As¨ª que, en esta ocasi¨®n, no va a ser por falta de opciones y posibilidades. En esto Lego ha aprendido.

No merece la pena redundar en los otros modos de juego, Arcade, Contrarreloj contra un coche fantasma y Partidas de Bonificaci¨®n, que permiten jugar como taxista o como cualquier otro trabajo en otro planeta si previamente se ha descubierto esta posibilidad en el modo aventura. Cabe la posibilidad de que se enfrenten dos jugadores en el mismo ordenador mediante la partida dividida. No s¨®lo haciendo carreras, sino que hay un modo batalla donde todo vale y pierde el primero que se quede sin ladrillos en el coche.

Estamos en un juego de Lego, por lo que los edificios, los veh¨ªculos, los personajes, las plantas, etc¨¦tera est¨¢n extra¨ªdos directamente de los existentes en sus populares cajas de ladrillos. Eso s¨ª, en el caso de los personajes se han tomado la licencia de hacerlos m¨¢s flexibles y sus expresiones, aunque simples, son muy correctas. En general gr¨¢ficamente Lego Racers 2 est¨¢ bastante trabajado. El poder ajustar el nivel de compresi¨®n de las texturas, la calidad de la imagen y la resoluci¨®n permite adaptarlo a casi cualquier m¨¢quina, igual o superior a los requisitos m¨ªnimos que exige la caja.

Lo cierto es que con todo al m¨¢ximo y a una resoluci¨®n de 1024x768 el juego va fluido en un equipo de ¨²ltima generaci¨®n y los efectos visuales no son pocos. Destellos producidos por el sol, superficies reflectantes, luces din¨¢micas, explosiones de todo tipo. Algo de Bump Mapping hubiese estado bien en la simulaci¨®n por textura que hace de los botones que permiten unir los ladrillos. No hay sombras din¨¢micas ni efectos producidos por el contacto con el agua. Es extra?o, porque s¨ª que hay efecto de part¨ªculas en forma de polvo del que levantan los coches a su paso.

El terreno es muy suave, no se aprecian los pol¨ªgonos ni las uniones entre texturas. La calidad geom¨¦trica y la curvatura del suelo que se pisa es realmente un trabajo bien hecho. Ascendiendo a los puntos m¨¢s altos de las islas es posible ver toda su superficie, indicativo de que el motor gr¨¢fico est¨¢ bastante trabajado.

La m¨²sica, pese a ser algo repetitiva no se hace pesada y entona melod¨ªas ¨¦tnicas cargadas de percusi¨®n y ritmo pegadizo. ?sta nos acompa?a desde los men¨²s hasta el desarrollo del juego y las carreras. Los efectos sonoros de los potenciadores est¨¢n tambi¨¦n en su lugar aunque denotan haber sido extra¨ªdos de alguna base de datos sonora, puesto que esas explosiones ya las hab¨ªamos o¨ªdo antes en otros juegos. A destacar las voces de los mu?ecos, ya que no est¨¢n dobladas al castellano pero el tono, velocidad e ininteligibilidad las hacen muy peculiares.

Gui¨®n

Rocket Racer cre¨ªa que nunca m¨¢s volver¨ªa a competir, pero un d¨ªa, mientras paseaba por Sandy Bay lleg¨® hasta ¨¦l un papel con el anuncio de las carreras de Xalax, un planeta donde viven los Ramas, aut¨¦nticos fan¨¢ticos de la velocidad. Compiti¨® y venci¨®. Desde entonces vive en Xalax. Ahora el usuario debe seguir sus pasos y llegar hasta Xalax para correr contra ¨¦l y convertirse en el Campe¨®n Gal¨¢ctico.

Jugabilidad

Debemos tener en cuenta que Lego Racers 2 est¨¢ pensado para los chavales, as¨ª que determinadas fuerzas f¨ªsicas se han trampeado para que, por ejemplo, los coches nunca caigan boca abajo. Esto permite que, con la ley de la gravedad tambi¨¦n algo modificada, el jugador puede pasear por todos los rincones de las islas. Si se caen al agua, no pasa nada, aparecen unos metros en el interior y santas pascuas.

Otro cantar son las carreras. Si se deja activado, el t¨ªtulo cuenta con un sistema que adapta la dificultad autom¨¢ticamente a los progresos del usuario. Si se conduce muy bien, el juego se pone realmente dif¨ªcil. Si la conducci¨®n con teclas es poco precisa e incluso complicada, el uso del joystick anal¨®gico facilita mucho la labor. Si adem¨¢s el joystick posee force feedback, el juego transmite bastante bien todas las sensaciones mediante golpes, vibraciones y dem¨¢s.

Estrategia y trucos

Como en la mayor¨ªa de juegos de conducci¨®n, lo mejor es conocerse los circuitos en los que se competir¨¢ y posteriormente intentar cometer el m¨ªnimo de errores. El llamado superimpulso, que se va acumulando durante el transcurso de la carrera, es preferible guardarlo para usarlo en los tramos de fuerte subida, en los que los coches pierden mucha potencia. Otra t¨¢ctica es intentar no hacerlo demasiado bien durante toda la carrera, manteni¨¦ndose durante las dos primeras vueltas entre los tres primeros pero sin destacar demasiado, para aplicarse al m¨¢ximo en la ¨²ltima vuelta. De esta forma parece que se enga?a un poco al sistema de dificultad autom¨¢tica.

Compar¨¢ndolo con...

En el mundo del PC s¨®lo me vienen a la cabeza dos t¨ªtulos que competir¨ªan con este Lego Racers 2. Uno es Wacky Racers, tambi¨¦n de carreras para chavales aunque con menos opciones y desde luego mucho menos inmersivo. South Park Rally ser¨ªa el otro t¨ªtulo a batir, pero personalmente creo que no tienen tampoco mucho que ver, as¨ª que Lego Racers 2 ocupa en PC el puesto que en Nintendo ocupar¨ªa Mario Kart, puesto que, excepto la propia Lego, nadie antes se hab¨ªa percatado de este vac¨ªo en el espectro de los videojuegos para ordenador.

Lo que est¨¢ bi¨¦n

Lo que no est¨¢ tan bi¨¦n

Enlaces

Manual

Libreto multiling¨¹e tama?o DVD de 64 p¨¢ginas de las que 15 pertenecen al castellano. Explica correctamente desde la historia a la instalaci¨®n pasando por la construcci¨®n de personajes y coches. Tambi¨¦n se detalla el uso de las teclas por defecto y las consecuencias de cada potenciador. Comenta el objetivo en cada planeta, los jefes finales y contiene capturas de pantalla para explicar todos los indicadores que se muestran. Correcto.

Requisitos del sistema

El m¨ªnimo es un Pentium II 266 o similar con 64 MB de RAM, una tarjeta 3D con 16 MB compatible con DirectX8a y un CD a 4x. Se recomienda un PII 350. Requiere 300 MB de disco duro pese que en la caja pone que requiere 200.

Nosotros lo hemos probado en un AMD XP a 1800 con 512 MB de RAM, GeForce 3 Ti200 y SB Audigy. No ha dado ning¨²n problema y ha funcionado de forma fluida en todo momento.