
Dark Arena
- PlataformaGBA6
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorMajesco Entertainment
- Lanzamiento21/02/2002
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
M¨¢s aliens que en Doom, pero con los colores de una fiesta rave
Dark Arena prentende echar a balazos a sus rivales. Para ello, Graphic State Games ha creado un nuevo motor gr¨¢fico que promete dar muchas alegr¨ªas a los usuarios de Game Boy Advance. El resultado, no obstante, decepciona.
Si obviamos que Dark Arena tiene una l¨ªnea argumental m¨¢s previsible que un telefilme, una paleta de colores desconcertante y unos enemigos que parecen maniqu¨ªs, entonces diremos que es un t¨ªtulo imprescindible. De no ser as¨ª, os recomendar¨ªamos pens¨¢roslo dos veces antes de comprarlo...

Majesco ten¨ªa muchas esperanzas puestas en Dark Arena. Doom puede que sea todo un cl¨¢sico, pero ya empieza a ser hora de inyectar sangre nueva al g¨¦nero. Si bien Ecks vs. Sever lo ha conseguido parcialmente, con Dark Arena se pretende abarcar un estilo mucho m¨¢s directo, m¨¢s cercano, en definitiva, al juego de ID Software. Y es que, pese a sus once a?os de edad, todav¨ªa sigue dominando las listas de ¨¦xitos, y ni siquiera t¨ªtulos que aparecen posteriormente son capaces de hacerle sombra. El juego que nos ocupa tiene algunos detalles que lo superan, de eso no cabe duda, pero en general nos encontramos ante algo tremendamente pomposo, en dos sentidos: hinchado y fr¨¢gil -le¨¢se el framerate.
El argumento ya muestra una cierta altivez por parte de Graphic State Games, los desarrolladores. Una organizaci¨®n pro armament¨ªstica ha estado experimentando durante los ¨²ltimos a?os con guerreros creados gen¨¦ticamente. Cuando ya han alcanzado la perfecci¨®n, y sus soldados simbi¨®ticos pueden valerse por si solos -siempre bajo las premisas de eliminar a todo lo que se interponga en su camino- un fallo de seguridad provoca su fuga. Arrasando con todo lo que encuentran a su paso, mueren por el camino infinidad de humanos y soldados que vigilaban los laboratorios. Encarnados en un mercenario de ¨¦lite, nos infiltramos en este complejo para erradicar a toda esta plaga, pero, como siempre, nuestro equipo desaperece y quedamos solos ante un peligro desconocido.

As¨ª, el juego empieza en una enorme sala en la que ya comenzamos a notar errores gr¨¢ficos importantes, sino visuales, si en lo que a dise?o se refiere. Por ejemplo las texturas de las paredes, y la forma de morir de los enemigos, pero esto es algo en lo que incidiremos m¨¢s adelante. En realidad, Dark Arena se nos plantea como un shooter corriente y moliente, en el que priman los disparos a tutipl¨¦n y los escenarios laber¨ªnticos.
Cabe destacar, desde el men¨² de entrada, que disponemos de un modo multijugador, la posibilidad de cambiar el contraste de la pantalla y activar/desactivar la banda sonora o los FX. Cuando jugamos, justo antes de entrar, podemos introducir la clave para proseguir la aventura desde donde la dejamos previamente. En definitiva, un t¨ªtulo muy presuntuoso pero que se desinfla poco a poco. Veamos las razones.
g r ¨¢ f i c o s

Comparado con Ecks vs. Sever o Doom, el motor gr¨¢fico de Dark Arena es el que se mueve con mayor flu¨ªdez... hasta que topamos con m¨¢s de tres enemigos a la vez, y entonces comienza un festival de trompicones. El efecto de escalado de la consola se muestra aqu¨ª con todo su esplendor, pero con una tasa de cuadros por segundo inestable que evidencia un estado aun prematuro del motor gr¨¢fico -y este es el mismo que usa otro juego de la misma empresa, Cruis'n Velocity, as¨ª que ya nos vamos preparando para sufrir de lo lindo.
Hay escasos elementos en pantalla con los que interactuar o que a?adan algo de distinci¨®n a lo que estamos viendo. En el juego de Crawfish, por ejemplo, nos encontr¨¢bamos con bidones de petr¨®leo, contenedores, cajas de madera, ordenadores, en fin, muchas cosas que pod¨ªan ser perforadas. En lo de Majesco hay paredes de colores cantones y tuber¨ªas gord¨ªsimas que no permiten interacci¨®n alguna. Podemos ir a ¨¢reas exteriores, muy parecidas a las de Doom, aunque con un acabado visiblemente mejor. Y es que hay que tener en cuenta que, de los tres shooters que hay para esta consola, Dark Arena es el m¨¢s pulido -al menos, a im¨¢gen est¨¢tica-, sobre todo los contornos, pero como hemos dicho se pierden muchos detalles por el camino.

Precisamente esto de los contornos bien acabados ha redundado en un movimiento de los rivales que roza lo absurdo. Les disparas quinientas veces y se desploman como lo har¨ªa un maniqu¨ª. Est¨¢ticos, sin inmutarse, caen verticalmente y desaparecen de la pantalla. Cuando caminan, parece que est¨¦n entumecidos de arriba a abajo, y sus pasos, precipitados y torpes, son para echarse a re¨ªr. Lo que m¨¢s se puede resaltar de cuando uno de ellos fallece -aunque no es consecuencia directa- es el genial efecto de luz que emite la pistola/bazuca/metralleta en la pared; una luz din¨¢mica estupenda.
A fuerza de avanzar poco a poco, vamos descubriendo que Dark Arena esconde algunos ases bajo la manga. Los niveles dejan de ser de una orientaci¨®n casi kitcsh -sin dejar de lado en ning¨²n momento unos colores propios de una discoteca rave- y se adentra en edificaciones m¨¢s complejas, con m¨¢s detalles y texturas que simulan circuiter¨ªas, corazas, etc. Los rivales tambi¨¦n van cambiando, y podemos toparnos con enormes mechs de lo m¨¢s potentes, as¨ª como alguna que otra secuencia prerrenderizada para enlazar las fases siguientes.

m ¨² s i c a
Con la m¨²sica han pecado sobremanera la intenci¨®n de hacer que nos suba la tensi¨®n desde el principio. El tema que se deja escuchar en la introducci¨®n trata de ponernos en situaci¨®n, pero resulta sumamente recargado. No es, desde luego, malo del todo, pero ese estilo rebuscado y pesado acaba por cansar. Durante el juego no hay apenas m¨²sica, y tampoco la echaremos de menos. Para rellenar estos vac¨ªos tenemos un excelente apartado en los FX...
s o n i d o f x
... Y es que, por una vez, nos quitamos el sombrero ante Dark Arena. Mientras que la m¨²sica puede convertirse en un completo suplicio tener que soportarla, los balas perforando la pared, los casquillos rebotando contra el suelo o los proyectiles que impactan contra la piel rival denotan una labor a conciencia en este apartado. Hay algunas voces digitalizadas que terminar por poner la guinda al que es, seguro, el mejor aspecto de todo el programa.

j u g a b i l i d a d
El control es b¨¢sicamente lo de siempre. Con los frontales B y A podemos disparar y accionar mecanismos respectivamente, mientras que con los triggers hacemos el strafe para caminar lateralmente y poder asomar la cabeza en las esquinas. L¨®gicamente, con la cruz nos movemos hacia adelante y hacia atr¨¢s, o giramos la visi¨®n a los lados que nosotros queramos. La respuesta a todo ello es r¨¢pida y eficaz, y aunque se ve mermada por la ya mencionada inconstante frecuencia de im¨¢genes por segundo, asistimos a un control de lo m¨¢s depurado. El problema m¨¢s gordo viene cuando tenemos que enfrentarnos a alg¨²n rival. Por alguna raz¨®n, sus movimientos est¨¢n sobreacelerados, y cuando se desplazan a todas direcciones son pr¨¢cticamente inalcanzables. Adem¨¢s de un resultado est¨¦tico p¨¦simo, resulta muy, muy d¨ªficil acertar a algunos blancos que revolotean por la pantalla de esta manera. Gastar¨¢s toneladas de munici¨®n, eso te lo advertimos desde ya.
Por lo dem¨¢s, Dark Arena no oculta demasiados secretos. Los puzzles son muy sencillos, de esos de encontrar el objeto X y llevaro al punto Y, no sin antes dejar un regadero de sangre a lo largo del camino, evitando caer v¨ªctima de los aliens que pueblan cada fase. A medida que progresamos, los niveles se van haciendo m¨¢s intrincados, y los enemigos que aparecen se vuelven m¨¢s duros, ya sea por su punter¨ªa, por su persistencia o por el nivel de salud. En total, hay 16 niveles de este estilo, y es un n¨²mero bastante aceptable si se tienen en cuenta los 12 del sublime Ecks vs. Sever, un juego que ya proporcionaba muchas horas de acci¨®n ininterrumpida. Para hacer frente a toda esta escoria mutante, tenemos a nuestro abasto un total de nueve armas poco originales, pero que sirven para salir un poco al paso: desde una pistola que parece de fogueo, hasta un lanzacohetes, pasando por una ametralladora con tambor giratorio.

En cuanto al modo multijugador, decir que se necesitan cuatro cartuchos para que funcione. Lo m¨¢s destacado es poder unir a tus amigos y enfrentaros, entre todos, en los niveles que hay disponibles en la aventura, usando todo el arsenal y con la posibilidad de escoger a todos los aliens que la UAO -la corporaci¨®n causante de todo el desaguisado de la trama- ha creado.
c o n c l u s i ¨® n

Dark Arena decepciona. Cabe decir que, el intento de reunir en un solo cartucho la potencia y energ¨ªa de Doom -y de paso darle aires de t¨ªtulo in¨¦dito-, no ha sido completamente en vano. Hay buenas intenciones, como el dise?o de algunas armas, un prometedor motor 3D que puede -y, de hecho, debe- ser optimizado, y, en consecuencia, unos resultados que dejan la puerta abierta a una secuela. Porque, despu¨¦s de todo, estamos ante un cartucho salvable, con detalles muy agradables y un desarrollo muy divertido, que puede gustar a los amantes del g¨¦nero -como siempre, delimitado a ellos.
Por ¨²ltimo, concluir que, si en una parte, el juego tampoco es como para lanzar cohetes, en otra, el precio de distribuci¨®n es m¨¢s sangrante que todos los balazos que hemos disparado con Dark Arena. Si est¨¢s dispuesto a pagar casi 60 Euros por ¨¦l, adelante.

- Otro shooter subjetivo que a?adir a la colecci¨®n
- El motor gr¨¢fico tiene sus momentos de fluidez
- Los efectos sonoros ponen los pelos de punta
- Si juegas solo, te r¨ªes cuando muere un enemigo...
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.