Warcraft 3: Primeras Impresiones (PC)

Primer contacto Warcraft III Beta online

Tras alg¨²n que otro soborno, hemos podido entrar en la beta que Blizzard inici¨® la pasada semana sobre el esperad¨ªsimo Warcraft III, beta que en un principio s¨®lo est¨¢ abierta a usuarios norteamericanos y canadienses. Con 400 megas menos de disco duro tras la instalaci¨®n en el Athlon XP 1800+ con GeForce 3, nos hemos dispuesto a meternos de cabeza en esta secuela del cl¨¢sico de la estrategia en tiempo real para contaros cuales han sido nuestras primeras impresiones.

Esta prueba beta permite ¨²nicamente jugar en partidas para varios usuarios a trav¨¦s del servidor Battle.net de Blizzard. Esto impide acceder a las campa?as para un solo jugador. Incluso dentro de Battle.net no est¨¢n todas las opciones disponibles. S¨®lo nos permite acceder a partidas est¨¢ndar organizadas por los servidores autom¨¢ticamente o bien crear partidas privadas con ciertas modificaciones basadas en uno de los cinco mapas que acompa?an a esta beta. Pero a pesar de las restricciones, hemos podido probar a fondo todas las razas, ejercer todos los oficios, construir y evolucionar todas las estructuras y lanzar todos los hechizos que el juego permite. El motor gr¨¢fico es pr¨¢cticamente el definitivo que aparecer¨¢ en la versi¨®n final, as¨ª que las impresiones que hemos obtenido se parecen mucho a las que transmitir¨¢ el producto final.

Lo cierto es que estamos encantados. El juego transmite una delicadeza en los acabados que s¨®lo Blizzard puede rubricar. B¨¢sicamente da la sensaci¨®n de estar jugando a Warcraft II en 3D y con todas las novedades que nos hubiese gustado incluir en ¨¦l. Decir que se parece a Warcraft II no es peyorativo, sino todo un elogio. ?C¨®mo mejorar el ajedrez?: con tableros y fichas realizados con materiales nobles. Eso es lo que parece que le sucede a Warcraft III, transmite lo mejor de su precuela, lo presenta mucho m¨¢s bonito y le a?ade algunos detalles, pero no demasiados para que no se pierda la esencia.

El espect¨¢culo visual y sonoro empieza desde que se muestra el men¨² de selecci¨®n. Realizado ¨ªntegramente en 3D, con movimiento, m¨²sica, efectos sonoros y paneles transparentes donde se muestra la informaci¨®n. Los paneles de selecci¨®n aparecen y desaparecen como si fueran puertas y porticones de un castillo medieval tirados por cadenas y su correspondiente sonido. Delicioso. El estar hecho en 3D permite utilizar todas las resoluciones y profundidades de color que nuestra tarjeta sea capaz de reproducir. En nuestro caso jugamos a 1024x768 a 32 bits de color.

La creaci¨®n de la cuenta en Battle.net es realmente sencillo, basta dar un nombre y una contrase?a. Realizada el alta, se accede a las salas de chat donde se puede hablar directamente con responsables de Blizzard en la sala de soporte de Warcraft III o bien acceder a las partidas. Tras entrar en una partida, basta con seleccionar la raza y el mapa para que el servidor nos empareje con otro usuario que haya hecho la misma selecci¨®n de forma autom¨¢tica, observamos que hay betatesters que han alcanzado bastante experiencia y nos barren del mapa en pocos minutos. Inicialmente nos sorprende, pero tras crear una partida privada en la que no dejamos acceder a nadie m¨¢s, nos percatamos que a pesar de no tener manual es muy f¨¢cil aprender a jugar a Warcraft III, pues no s¨®lo se parece al II sino que pr¨¢cticamente se juega igual.

Es en estas partidas en solitario donde hemos podido expandir a una de las razas, en este caso los humanos, en todo su abanico de posibilidades. Pero antes de entrar en detalles, hablemos un poco del apartado gr¨¢fico y del interfaz de usuario. Como ya es sabido por los anteriores avances publicados en Meristation, el juego es ¨ªntegramente en 3D y se ha descartado el sistema de c¨¢mara libre que se propuso inicialmente. El terreno, las criaturas, construcciones, animaciones, ¨¢rboles, etc¨¦tera... son perfeccionistas est¨¦ticamente hasta la enfermedad. No podemos rotar libremente la c¨¢mara, pero s¨ª que podemos subirla y bajarla, desde la posici¨®n casi cenital hasta obtener algo muy parecido a un primer plano frontal, dibujando un arco en la trayectoria. Es en este primer plano donde se pueden observar los detalles como las animaciones continuas que tienen todas las criaturas incluso cuando est¨¢n esperando a que se les de alguna orden. Una mano nos servir¨¢ de puntero para realizar las selecciones del men¨² informativo que aparece abajo. En ¨¦ste, el mapa, los detalles del objeto seleccionado y las ordenes posibles son los elementos b¨¢sicos. El mapa se puede filtrar para mostrar el terreno, las edificaciones, etc.. adem¨¢s de usarlo como acceso r¨¢pido para ir a un punto o enviar a una unidad al otro extremo. Al dejar el puntero unos segundos sobre las ¨®rdenes disponibles de la unidad seleccionada, aparece un men¨² contextual en cuyo t¨ªtulo se destaca en color amarillo una letra. Esa letra es la que deberemos usar en el teclado para realizar esa acci¨®n. Familiar ?eh?.

Cada raza tiene una banda sonora distinta, siendo la de los no muertos estremecedora, mientras que la de los humanos es la m¨¢s pomposa. Las unidades y los hechizos no s¨®lo beben del primer Warcraft II del que hereda directamente dos razas, los humanos y los orcos, sino que otro m¨ªtico de Blizzard, como es Diablo, deja su huella en cuanto a dise?o de unidades y f¨®rmulas m¨¢gicas. Los habituales al juego de ?rol' demon¨ªaco notar¨¢n como esa inspiraci¨®n es casi descarada. Especialmente vistoso nos ha parecido la transici¨®n de d¨ªa y noche. El aullar de un lobo anuncia el anochecer y el cantar de un gallo avisa que est¨¢ a punto de salir el sol. De noche la visibilidad se ve mermada y los monstruos, que as¨ª han acordado en llamar a las distintas criaturas que pueblan el mapa protegiendo las minas de oro o agrupados como mercenarios, duermen, momento en que son m¨¢s vulnerables. El amanecer es especialmente bonito, pues el colorido del mapa se exagera y las sombras aparecen alargadas, todo ello muy buc¨®lico. No nos equivoquemos, la noche y el d¨ªa no est¨¢n ah¨ª para hacer bonito. Son un elemento muy importante de cara a la estrategia pues hay razas como los elfos oscuros que tienen habilidades especiales para aprovechar la manta nocturna en sus ataques.

Otro aspecto gr¨¢fico que se hace notar es la variedad orogr¨¢fica. Hay distintos niveles, en forma de planicies, mont¨ªculos, peque?os precipicios, distintas profundidades acu¨¢ticas y todos ellos infligen cambios en el comportamiento de nuestras tropas, desde limitaci¨®n visual hasta impedir completamente el paso. La c¨¢mara se amolda perfectamente al terreno y sube y baja seg¨²n por donde se pase.

En plena fiebre constructiva de nuevo se comprueba que el t¨ªtulo respeta las reglas anteriores en cuanto a recolecci¨®n de oro y madera, construcci¨®n de estructuras y evoluci¨®n de las mismas. Las novedades hay que buscarlas en el llamado mantenimiento. Esta caracter¨ªstica a tener en cuenta afecta directamente a los recursos producidos. El mantenimiento reduce la cantidad de oro y madera recaptados dependiendo del uso de la comida. A mayor porcentaje de uso de la comida, menos oro y madera se consigue, con lo que obtener m¨¢s unidades se complica. Cada jugador deber¨¢ buscar el punto de equilibrio para sacar el m¨¢ximo provecho de los recursos. Algunos preferir¨¢n mantenerse en un mantenimiento bajo y pasar a un mantenimiento alto s¨®lo antes de atacar.

La gesti¨®n de unidades incluye un elemento distintivo respecto a Warcraft II con el uso de subgrupos dentro de los grupos creados mediante control + n¨²mero. Pulsando el tabulador o pinchando sobre la ventana de detalles del grupo en el men¨² inferior de la pantalla del juego se seleccionan unidades id¨¦nticas dentro del mismo grupo. Esto permite utilizar habilidades de unas unidades sobre otras dentro de esa ventana sin actuar sobre las unidades reales sobre el mapa. Por poner un ejemplo, si queremos curar a una unidad del grupo, pinchamos sobre el mago en el panel de informaci¨®n del grupo seleccionado, seleccionamos la habilidad de curar y luego pinchamos sobre la unidad que queremos curar dentro del mismo panel.

M¨¢s novedades, en este caso estrat¨¦gicas, son los edificios neutrales. ?stos no pueden ser destruidos por ning¨²n jugador, sin embargo, los h¨¦roes de cada raza pueden hacer uso de ellos. Cuando nuestro h¨¦roe se acerca a un campo de mercenarios, por poner un ejemplo, tras acabar con los guardianes, le aparece una flecha sobre la cabeza que indica que puede hacer uso de las facilidades de ese edificio. Por ejemplo puede reclutar ogros y otras criaturas que pueden ser determinantes en la lucha. Por lo tanto, los edificios neutrales ser¨¢n a menudo posiciones estrat¨¦gicas a defender.

Por ¨²ltimo y para dejar cosas para el an¨¢lisis, hablaremos de los h¨¦roes, tres por cada raza y aut¨¦nticas estrellas del juego. Su comportamiento es muy parecido a lo que ser¨ªa un personaje de rol. Gana experiencia, tiene puntos que se reparten entre sus habilidades, recoge objetos, seis en total, que le permiten lanzar hechizos, anillos que le sirven de protecci¨®n, botellines de man¨¢ para recuperarse r¨¢pidamente y un sinf¨ªn de cosas m¨¢s espec¨ªficas de cada uno de ellos. La experiencia la ganan en la batalla, en todas aquellas en las que participe m¨¢s o menos de cerca. Los objetos los sueltan determinados enemigos tras ser vencidos y aparecen sobre el terreno en forma de cofres del tesoro. Los h¨¦roes, como he dicho, son la joya de la corona y hay que cuidarles sobremanera. El primer h¨¦roe est¨¢ siempre disponible y es gratis. Los otros dos cuestan oro. A pesar de ser poderosos, tambi¨¦n mueren en la batalla y s¨®lo pueden ser recuperados mediante la construcci¨®n de un altar que se encuentra en las ¨²ltimas fases del desarrollo de las tecnolog¨ªas. Adem¨¢s es un proceso caro en tiempo, recursos y ¨¦ste pierde todas los objetos que haya conseguido.