Jurassic Park 3: Park Builder
- PlataformaGBA7.2
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorKCEA (Konami Honolulu-America)
- Lanzamiento09/10/2001
- TextoIngl¨¦s
Una cura contra la extinci¨®n
Cuando todav¨ªa no nos hemos repuesto del batacazo de DNA Factor, los dinosaurios de Konami y Dreamworks atacan de nuevo con un juego de estrategia al m¨¢s puro estilo Theme Park...
En alg¨²n momento u otro de la pel¨ªcula Jurassic Park seguro que has envidiado la mastod¨®ntica labor gen¨¦tica, ingeniera y arquitect¨®nica que supone crear una isla repleta de dinosaurios. Una obra digna de la mente humana m¨¢s avanzada y pretenciosa. Pero apostamos a que tambi¨¦n has lamentado que algo tan perfectamente estructurado se quedara en agua de borrajas por culpa de un seboso homo sapiens sapiens adicto a las chocolatinas con cacahuetes y caramelos.
S¨ª, Jurassic Park 3: Park Builder nos hace retroceder un lustro -por lo menos a nivel emocional-, directamente a la primera parte de esta trilog¨ªa venida a menos de Steven Spielberg, y en menor medida, de Joe Johnson. En aquellos tiempos admir¨¢bamos, m¨¢s que las escenas de acci¨®n y los sentimentalismos propios de este director, como algo tan insignificante como un humano hab¨ªa sido capaz de plantar cara a Dios y hacer resurgir de las cenizas a una esp¨¦cie extinta. Est¨¢bamos at¨®nitos por como hab¨ªa podido crear la mayor fortaleza animal haciendo frente a la propia Madre Naturaleza. Un pobre corderito cara a cara contra un feroz lobo. Sintetizando: como Park Builder contra el resto del cat¨¢logo de GBA. Pura carnaza.
La idea, como en aquellos maravillosos t¨ªtulos de Maxis de la serie SIM, consiste en llegar a un territorio v¨ªrgen y montar a nuestro antojo un parque tem¨¢tico con las criaturas del jur¨¢sico como principal reclamo. Para ello, arrancamos la partida con una serie de opciones que, a causa de la falta de capital, no pueden incluirse entre nuestros proyectos de corto plazo. As¨ª, empezamos situando la oficina, los restaurantes y dem¨¢s servicios p¨²blicos, para posteriormente instalar una red de iluminaci¨®n y vallas electrificadas y, posteriormente, a los dinosaurios -previamente 'resucitados'-, que tendremos que cuidar con mucho mimo. El objetivo, evidentemente, es atraer al m¨¢ximo n¨²mero posible de clientela potencial sin ofrecer violencia gratuita -no como en aquella pel¨ªcula de los Monty Phyton llamada Criaturas Feroces- y con una infraestructura perfectamente organizada para evitar futuras e hipot¨¦ticas cat¨¢strofes.
En general, este Park Builder no ofrece nada nuevo bajo el sol, y aunque la intenci¨®n de la filial hawaiana de Konami haya sido plantar cara al otro simulador de esta consola, el endeble I am an air Controller Traffic -solo editado en Jap¨®n-, lo cierto es que le ha rebasado en todos los aspectos. Veamos el porqu¨¦...
g r ¨¢ f i c o s
Muy poco que contar al respecto. Los escenarios est¨¢n formados por colores b¨¢sicos que simulan el relieve, y cuando nuestro parque tem¨¢tico comienza a funcionar, aparece la clientela corriendo de arriba a abajo, vemos bares por todos lados y algunos dinosaurios luciendo el palmito. Sinceramente, Konami ha hecho un trabajo muy, muy justito, se ha limitado a plasmar en pantalla unos gr¨¢ficos casi esquem¨¢ticos y se ha olvidado de que la GBA est¨¢ capacitada para esto y mucho m¨¢s. Si quieres pruebas fehacientes de ello, solo hace falta introducir el cartucho y presenciar entre risas y burlas una de las formas de contextualizar a un juego m¨¢s rid¨ªculas de los ¨²ltimos tiempos; reptiles de cart¨®n, movimientos inexistentes y una paleta que har¨ªa sonrojar a la Game Boy monocroma. Podr¨ªas cerrar los ojos y casi te dar¨ªa lo mismo.
De todos modos, es de agradecer el buen gusto, la definici¨®n y el esquema que ha seguido la subsidiaria de las islas del pac¨ªfico de Konami a la hora de dise?ar el interfaz, b¨¢sico para que un jugador fluya como el agua por los men¨²s sin estancarse en ning¨²n momento. Es bastante f¨¢cil, y eso, a la postre, puede que imane a m¨¢s de uno y que haga las delicias de los adeptos a este tipo de cartuchos.
m ¨² s i c a
?Un simulador con m¨²sica? raras veces se ha dado el caso de que un juego de este tipo contiene una Banda Sonora digna de admiraci¨®n. JP3: PB se resume en una partitura general que ameniza nuestros 'surfeos' por los men¨²s, cosa que desde luego no est¨¢ nada mal. La calidad de reproducci¨®n es algo pobre, pero cumple perfectamente su cometido.
s o n i d o f x
Mientras que en DNA Factor, un t¨ªtulo de acci¨®n y plataformas, estos cobraban mucho protagonismo, en lo nuevo de KCEA, los FX pasan a un segund¨ªsimo plano. Y es que los escasos dinos que rugen en Park Builder parece que lo hagan sin querer despertar a nadie...
j u g a b i l i d a d
Tenemos que reconocer que es bastante dif¨ªcil realizar con ¨¦xito un juego de esta ¨ªndole. Game Boy Advance no es precisamente la consola m¨¢s indicada para llevar a cabo un proyecto en el que el jugador tenga que acodarse sobre una mesa y pensar en todo momento cual puede ser el siguiente movimiento de su campa?a para obtener el mayor grado de beneficios posibles. Eso es algo que se da bastante bien a los usuarios de PC, pero ni siquiera las consolas de sobremesa gozan de un cat¨¢logo lo suficientemente amplio como para presumir de este aspecto. Y GBA est¨¢ lastrada por su caracter port¨¢til, as¨ª que consideramos todo un m¨¦rito que le hayamos dedicado tanto tiempo a Park Builder.
De todos modos tiene bastantes errores. A la postre, puede que acabe cayendo en la desidia. Siempre hay las mismas opciones y ni siquiera han incluido algunos detalles que puedan hacernos mantener el inter¨¦s por este Jurassic Park III. Por ejemplo, en Sim City 2000/3000 las construcciones evolucionaban y nos obligaba a esperar cuantiosos a?os hasta que lleg¨¢bamos a un futuro esperanzador en que los rascacielos ten¨ªan incluso parques bot¨¢nicos en sus azoteas. Aunque Park Builder no es exactamente lo mismo, llega un momento en que uno no sabe que m¨¢s hacer. Ha edificado una infinidad de servicios, tiene un capital que har¨ªa palidecer a cualquier multinacional y encima los tickets de entrada est¨¢n a un precio irrisorio. As¨ª que, la ¨²nica salida que nos queda es jugar con el nefasto DNA Factor para recuperar todos los reptiles y a?adirlos al banco que tenemos montado en el parque. Son solo ocho -que se suman a los 140 iniciales-, pero sin duda servir¨¢ para alargar sensiblemente la durabilidad del t¨ªtulo que nos ocupa.
Lo que si juega en su favor es la intuitividad del manejo. Los men¨²s son bastante parcos y de f¨¢cil acceso. A la escasa media hora de juego te acostumbrar¨¢s a los controles y sabr¨¢s en todo momento donde se hallan todas las acciones que puedes realizar, como viajar a rec¨®nditas partes del mundo para encontrar restos paleontol¨®gicos y revivir a una especie extinta hace millones de a?os, o la sempiterna posibilidad de colocar establecimientos de merchandising que hagan que tu reserva de pecunias aumente considerablemente. Desde luego detalles no le faltan, a pesar de ser un cartucho de 32 Megas tan grande como tu pulgar.
c o n c l u s i ¨® n
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.