Un Diablo de adicci¨®n

Diablo II, ha significado tanto para los que est¨¢n a favor de la segunda parte como para los que no, un elevad¨ªsimo progreso frente a su predecesor. Es cierto que su lanzamiento estuvo lleno de problemas t¨¦cnicos que tardaron alg¨²n tiempo en solucionarse, pero si lo comparamos con otros productos, tendremos que pensar que todos los buenos juegos han acabado con un buen pu?ado de parches para solucionar sus carencias. V¨¦ase Half-Life, Unreal Tournament o Quake III,.... Ahora bien, Diablo II no ha seguido el mismo camino ni las mismas valoraciones que los juegos anteriormente comentados, creando verdaderos detractores de este tipo de juego repletos de monoton¨ªa. La raz¨®n es sencilla, Diablo II es uno de los mejores juegos de toda la historia, los conceptos introducidos no romper¨¢n moldes a causa del ¨¦xito cosechado en su primera parte, pero hay que saber ver que todo lo que se limitaba a hacer Diablo, ha sido elevado a un grado superior con su segunda parte.

Todo lo que comparemos con su antecesor veremos que ha sido superado, n¨²mero de jugadores multijugador, sistema en principio antieditores, m¨¢s objetos m¨¢gicos, nuevas incorporaciones, ingenioso sistema de habilidades m¨¢gicas por personaje, cinco personajes iniciales, m¨¢s animaciones por personaje..... etc.. Ahora bien, pensemos que Diablo es Diablo, y que nos enfrentamos a un juego donde los principales alicientes del mismo son el bot¨®n izquierdo del rat¨®n, la m¨¢s que gigantesca combinaci¨®n de objetos m¨¢gicos, una interfaz clara y r¨¢pida de acceso y unas chispas de rol para competir con nosotros mismos hasta a qu¨¦ potencia podemos elevar a nuestro personaje. No hay que valorar si es o no un juego bueno malo, m¨¢s bien hay que mirar si realmente se merece ser una segunda parte , bajo los criterios expuestos y sabiendo que no debe perder las elevadas dosis de adicci¨®n que debe tener el producto para no acabar en monoton¨ªa.

Descripci¨®n general:
El problema es saber que debemos pedir a una expansi¨®n de Diablo para justificarla, no podemos pedir un producto reformado respecto a Diablo II, pero quiz¨¢s la clave de ¨¦xito parta como ha hecho Blizzard por recoger en Lord of Destruction cada uno de los problemas / carencias comunes a los cientos de jugadores que han jugado con Diablo II, y que en parte se sintieron defraudados en alg¨²n aspecto. No hay que olvidar por otro lado que las continuas demoras en la publicaci¨®n del t¨ªtulo hicieron pensar a muchos usuarios que realmente se pod¨ªa haber hecho mucho m¨¢s. Pero: ?Qu¨¦ se hab¨ªa dejado Blizzard en el tintero con Diablo II?.
Una de las peores propagandas que aparecieron poco despu¨¦s de la comercializaci¨®n de Diablo II, fueron los continuos problemas de conexi¨®n y velocidad experimentados por los usuarios de medio mundo, los supuestos potentes y gratuitos servidores que albergar¨ªan la variante multijugador del juego. Servidores que se repart¨ªan por diferentes zonas del mundo y que emulaban a la pol¨ªtica empleada por otros juegos de concepci¨®n ?persistente' (v¨¦ase Ultima Online, Everquest....), que tan buenos frutos a nivel log¨ªstico-calidad estaba produciendo.

Lord of Destruction, sabe de entrada solucionar los problemas de conexi¨®n o al menos podemos pensar que con la expansi¨®n Blizzard ha decidido reestructurar de forma acertada el software y la infraestructura de comunicaci¨®n de los mismos. Con la expansi¨®n no s¨®lo se ha mejorado esta parte, sino que adem¨¢s a cuidado aspectos que desesperaban a muchos. As¨ª por ejemplo, los problemas que pueda tener de conexi¨®n el creador de una partida no afectar¨¢n m¨¢s a los dem¨¢s jugadores. Antes si el creador sal¨ªa de la partida todos le acompa?aban, en realidad habr¨ªa que pensar que ahora las partidas no tienen propietario alguno sino que creamos unas pol¨ªticas para limitar el perfil del h¨¦roe que se conecta.

Diablo II marcaba una sonada diferencia frente a su antecesor por contar con una incre¨ªble cantidad de objetos m¨¢gicos con innumerables valores / habilidades incrustados en los mismos, hasta el punto que es dif¨ªcil que el juego generar¨¢ dos objetos m¨¢gicos id¨¦nticos, exceptuando claro los ?sets' y los objetos ¨²nicos. Pues bien, la adicci¨®n de coleccionar y guardar esos peque?os tesoros que nos ofrec¨ªa el juego, y que al final han definido la clave del ¨¦xito del mismo, se vio enormemente frenada por el reducido espacio que pose¨ªamos para guardarlos, y m¨¢s si hab¨ªamos jugado a la primera parte donde ten¨ªamos todo el terrero de juego para guardarlos.

As¨ª con Diablo II un objeto como el Cubo Her¨¢ldico, pas¨® de ser un objeto dise?ado para realizar combinaciones muy mal renumeradas, a convertirse en un objeto puramente de almac¨¦n que nos proporcionaba m¨¢s casillas donde colocar nuestros selectos objetos. Blizzard ir¨®nicamente hab¨ªa convertido el ¨¦xito de una idea, en una quebradero de cabeza para todos los jugadores seg¨²n avanz¨¢bamos en el juego. Lord of Destruction corrige ese inconveniente , de esta manera, no s¨®lo duplica literalmente nuestro ba¨²l en el pueblo sino que con la introducci¨®n de poder guardar en nuestro inventario un arma adicional en cada brazo, nos proporciona la tranquilidad para guardar todo lo que podamos cargar. Este arma adicional, tiene otra utilidad si valoramos que puede cambiarse entre una y otra a golpe de tecla, en el estilo de sencillez y velocidad que caracteriza la interfaz del juego, permiti¨¦ndonos adaptarnos a la clase de enemigo con que nos enfrentamos,.

Todos los aspectos que Lord of Destruction potencia, son los que han hecho triunfar a la serie de juegos ?Diablo', as¨ª la introducci¨®n de m¨¢s objetos m¨¢gicos y nuevas reliquias que se activan llev¨¢ndolos encima, dan una nueva visi¨®n de estrategia al juego. No es nada f¨¢cil decidir entre tener un mayor espacio en el inventario para cargar objetos, o por el contrario, mejorar todav¨ªa m¨¢s nuestras caracter¨ªsticas y habilidades. Adem¨¢s, la inclusi¨®n de 16 teclas de acceso r¨¢pido frente a las 8 de su antecesor siguen manteniendo alto el list¨®n en cuanto a interfaz de juego.

Volviendo al archifamoso Cubo Her¨¢ldico introducido en Diablo II, que nos permit¨ªa depositando una combinaci¨®n de objetos, producir un nuevo objeto en principio con caracter¨ªsticas superiores a los introducidos, o que recogiera parte del poder de los mismos. Realmente la brillante idea se qued¨® s¨®lo en brillante, Blizzard no supo aprovechar el potencial y la adicci¨®n que produc¨ªan la b¨²squeda de los ingredientes para dichas combinaciones, porque simplemente estas no resultaban a la larga rentables o eran demasiado laboriosas. En Lord of Destruction, el Cubo Her¨¢ldico es un objeto imprescindible si se quiere llegar a ser un poderoso h¨¦roe en el juego, hay decenas de combinaciones nuevas, incluso f¨®rmulas sencillas que proporcionan gratificantes resultados, eso s¨ª, algunos ingredientes requieren bastantes horas de juego para ser encontrados debido en parte a la escasa probabilidad de aparici¨®n que tienen.

Todas estas nuevas combinaciones, parten de un mismo centro, las runas. Lord of Destruction incluye 33 runas diferentes, para ir aumentando posteriormente con nuevos parches. De esta forma la adicci¨®n del juego sigue garantiz¨¢ndose, al probar una y otra vez nuevas combinaciones con nuevas piedras. Por cierto, estas combinaciones tambi¨¦n se ir¨¢n a?adiendo con parches, lo que genera una cadena de adicci¨®n que esta causando furor entre los jugadores del juego. Estas runas ocupan s¨®lo un espacio al igual que anillos y amuletos, pero realmente son muy f¨¢ciles de pasar desapercibidas en medio de la partida, a pesar de tratarse de piedras m¨¢gicas, el juego nos la muestra como objetos in propiedades (color blanco) y tienen un sonido org¨¢nico al soltarlas un monstruo, de esta forma ni color ni sonido nos da indicio de su aparici¨®n.

Sigamos, dichas runas poseen un nombre propio compuesto de dos a cuatro letras cuya simbolog¨ªa es todo un secreto, salvo por la referencia que se encuentran dibujadas en parte del manual del juego, y que muchas juntas forman palabras en lat¨ªn que luego se ajustan a sus propiedades. A la hora de encontrar un objeto incrustado, que ahora permite incrustar estas runas, el orden de la misma y el n¨²mero de la misma genera una palabra con la suma de todos los nombres de las runas que pasar¨¢ a ser el nombre de nuestro objeto con unas caracter¨ªsticas realmente espectaculares. Seguro que llegados a este punto, m¨¢s de uno que haya jugado a Diablo II, tendr¨¢ cierto gusanillo por buscar dichas runas, de hecho el 90% de la comunidad busca estas runas que han salido hasta en subastas en Ebay (las m¨¢s raras), generando una verdadera fiebre de nuevo sobre la comunidad de jugadores.

En cuanto a los h¨¦roes, Lord of Destruction a?ade dos nuevos personajes, el Druida y la Asesina, no han sido ninguna sorpresa porque Blizzard introdujo con Diablo II parte del c¨®digo de los mismos en el programa, limit¨¢ndose Lord of Destruction a activarlos y ajustarlos posteriormente, para que no descompensar¨¢n con el resto de personajes que hab¨ªan sido modificados para nivelar el juego gracias a una serie de parches.

Las nuevas ramas de habilidades del Druida pasan por cambiar de forma, llamada a animales y el saber de la naturaleza. El Druida nos permite adquirir caracter¨ªsticas f¨ªsicas de lobo y oso, junto con los ataques f¨ªsicos de los mismos, el segundo genera invocaciones al estilo del Nigromante pero con lobos, osos y cuervos. Finalmente la tercera rama de habilidades lanza torbellinos y similares al estilo de la hechicera.

La Asesina es fiel a su nombre dominando todo tipo de t¨¦cnicas de artes marciales en sus habilidades, junto al manejo de las cualidades ps¨ªquicas y trampas. Es un personaje realmente poderoso aunque quiz¨¢s algo inc¨®modo de jugar al incorporar un nuevo concepto sus habilidades, se trata de la carga. Existen tres niveles de carga en las habilidades de artes marciales, que aparecer¨¢n seg¨²n agredamos a los enemigos, podemos combinar todas las habilidades de carga que queramos, para finalmente liberar toda esas bonificaciones en un golpe final de arte marcial. Si bien es cierto que es un buen experimento, tambi¨¦n es verdad que es un poco engorroso y uno se acaba decantando por el desarrollo de las habilidades ps¨ªquicas o de trampas, estas ¨²ltimas resultan fundamentales en niveles repletos de enemigos.

Pero hab¨ªa m¨¢s personajes en Diablo II, se trataba de los diferentes mercenarios que pod¨ªamos contratar y que nos segu¨ªan a todas partes. En el primer nivel de dificultad resultaban realmente ¨²tiles para distraer al enemigo, pero se mostraban inoperativos o indefensos en los niveles de infierno y pesadilla, o cuando combat¨ªamos en las ¨²ltimas misiones del juego. Lord of Destruction, compensa esta debilidad y simpleza de los mercenarios, dot¨¢ndoles de sus propias habilidades y permitiendo por nuestra parte poder variar el equipamiento que llevaban para su aventura. Claro est¨¢, que adem¨¢s de estos aspectos los mercenarios ahora ganan experiencia, permitiendo que si les cogemos cari?o, podamos llev¨¢rnoslo a lo largo de las misiones. En resumen, ahora sirven para algo m¨¢s que para entretener a los secuaces de Diablo.

Lord of Destruction contiene un nuevo cap¨ªtulo con seis nuevas misiones, y respectivas recompensas en la misma l¨ªnea que su antecesor, incorporando un nuevo pueblo con sus respectivos habitantes, esta vez situado en plena monta?a sitiada por las tropas de Baal. Con el nuevo cap¨ªtulo tambi¨¦n se han introducido nuevas escenas cinem¨¢ticas para contemplar la historia que nos introduc¨ªa Diablo II. Por supuesto al igual que ocurre con todas las expansiones, tendremos la posibilidad de importar a cualquier personaje que se haya acabado el juego para poder realizar de forma inmediata el nuevo cap¨ªtulo.
Audio/V¨ªdeo:
Lord of Destruction incluye como plato fuerte, la posibilidad de jugar a 800x600 y realmente ha sido llevado en parte con cierto ¨¦xito. Por un lado se elimina la pixelaci¨®n que se produc¨ªa sobretodo en monitores de 19" y 21" , por otro, se ha conseguido aumentar la visi¨®n de juego permitiendo apreciar con mayor precisi¨®n d¨®nde se encuentra nuestro h¨¦roe. El resto del ¨¦xito que le falta, est¨¢ condicionado al redise?o del sistema gr¨¢fico del juego para aceptar la nueva resoluci¨®n, en lugar de dise?ar uno de nuevo que permitiera aumentar la definici¨®n con la que vemos al h¨¦roe y al equipamiento que lleva. Realmente se produce la sensaci¨®n de que lo ¨²nico que ha sucedido es que lo vemos todo m¨¢s peque?o.
La m¨²sica del juego sigue en la excelente l¨ªnea de toda la serie, nada m¨¢s arrancar el juego nos vemos deleitados por toda una melod¨ªa que nos empieza a advertir del lugar en qu¨¦ nos vamos a aventurar. No es raro pues, que Blizzard decidiera publicar tambi¨¦n por separado la banda original del juego; en parte porque es una verdadera composici¨®n externa al juego y por otra porque nos cuenta con elegancia lo que nos espera si nos aventuramos a cazar a Diablo. El sonido del juego no se queda a expensas de la m¨²sica, cumple perfectamente su funci¨®n como lo hac¨ªa con Diablo II, todas las nuevas criaturas tienen nuevos sonidos, y los nuevas habilidades de las dos incorporaciones tambi¨¦n disponen de sus propios registros.
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Gui¨®n:
No nos enga?emos, a pesar de ser todo un ¨¦xito de juego, Lord of Destruction no tiene gui¨®n. Si bien es cierto que existen misiones que cumplir, estas son siempre de desarrollo lineal permiti¨¦ndonos elegir orden, y sin variaci¨®n alguna en cuanto a su resoluci¨®n. Ahora bien, en realidad el gui¨®n del juego no es la trama, sino el continuo ?click' de nuestro rat¨®n, y los cientos de enemigos que derrotamos a lo largo del juego, es eso en verdad lo que nos mueve a avanzar un nivel m¨¢s all¨¢ en el mapa. Es la espera de saber si puedo encontrarme algo mejor de lo que llevo encima y son esas caracter¨ªsticas que necesito subir las que rigen el ritmo de nuestra partida. Si no lo vemos as¨ª, o simplemente no nos divierte, veremos que el peso de la carencia de un gui¨®n nos dibuja una creciente monoton¨ªa que acabar¨¢ por hacernos perder toda la adicci¨®n una vez que acabemos con Baal.?
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Jugabilidad:
A trav¨¦s de todas las correcciones realizadas con la instalaci¨®n de Lord of Destruction, Blizzard ha elevado a Diablo II a un nivel de jugabilidad envidiable por cualquier juego que quiera tener ¨¦xito en el mercado siguiendo sus pasos. Puede que Lord of Destruction, Diablo II en definitiva, tenga muchos detractores, pero nadie duda que la facilidad de sus ?clicks' , junto a una extraordinaria interfaz de juego reproducida e imitada por numerosos t¨ªtulos, permite manejar absolutamente todo a golpe de rat¨®n o tecla, sobrellevando el problema de tener que facilitar al jugador, la cada vez mayor cantidad de opciones que tiene que manejar.
Si dec¨ªa anteriormente que Diablo II no posee gui¨®n, es todo lo contrario en jugabilidad, es la forma que tiene este t¨ªtulo para compensar esa balanza. Con la expansi¨®n se ha conseguido que no haga falta pr¨¢ctica o experiencia alguna para llegar a ser una gran jugador de Lord of Destruction. M¨¢s bien es necesaria cierta dosis de suerte y habilidad para saber encaminar a nuestro personaje por el camino correcto.

Lord of Destruction tiene m¨¢s objetos poderosos y mayores ayudas al h¨¦roe pero es con todo, m¨¢s dif¨ªcil que Diablo II. Se ha aumentado la dificultad en los niveles pesadilla e infierno de forma considerable y terrible para la barra de vida de nuestros enemigos. Pero a cambio se ha mejorado la relaci¨®n recompensa/dificultad, corrigiendo los problemas de jugabilidad que ofrec¨ªan los d¨¦biles enemigos, y las escasas recompensas que acababan ofreciendo.
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Estrategia y trucos:
Lord of Destruction mantiene la misma estrategia y t¨¢ctica que Diablo II, todo lo que hab¨¦is aprendido con este os servir¨¢ para su expansi¨®n. La pincelada de rol que tiene el juego sirve para resolverlo sin mucha complicaci¨®n si tenemos la suficiente paciencia y sabemos el valor que tiene una retirada a tiempo. Todo parte por saber avanzar al paso adecuado en funci¨®n del nivel que tenemos y la calidad de los objetos m¨¢gicos que poseemos. Si seg¨²n vamos avanzando en las misiones del juego, encontramos que nuestra barra de vida baja con cierta facilidad, tendremos que volver a repetir misiones ya completadas para permitirnos subir nuestras habilidades o encontrar ese objeto que desequilibre la balanza.
Por encima del nivel del personaje siempre es m¨¢s importante la calidad de los objetos que poseemos. De forma sencilla, se podr¨ªa decir que el nivel del personaje s¨®lo es importante en l¨ªneas generales por el aumento de vida que representa para aguantar los cada vez m¨¢s fuertes envites del enemigo, y para tener la posibilidad de acceder a objetos m¨¢gicos que por su potencia nos exigen un determinado nivel para utilizarlos.

Para acabar con ¨¦xito los niveles con dificultad infierno, dado, precisamente al aumento de dificultad que se experimenta con Lord of Destruction; se hace fundamental la sabia utilizaci¨®n de las runas, la combinaci¨®n de estas con los objetos excepcionales incorporados tambi¨¦n con la expansi¨®n que nos permitir¨¢ conseguir con menos riesgo nuestras victorias.

A pesar de todos estos consejos, Lord of Destruction demuestra por encima de todo que la cooperaci¨®n en equipo es la forma fundamental de acabar con las huestes de enemigos.

Estos trucos o consejos son los que hab¨ªa disponibles el 24/07/01 Si no encuentras lo que buscas, pasa por la secci¨®n de TRUCOS.
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Compar¨¢ndolo con...Diablo II:
Ya lo he comentado, Lord of Destruction es en realidad como deber¨ªa haber sido Diablo II, probablemente por problemas de comercializaci¨®n del juego todas estas mejoras no fueron publicadas en su momento. S¨®lo as¨ª se puede explicar que dentro del c¨®digo general se encuentren definidas las habilidades y caracter¨ªsticas de los dos personajes incorporados. Lo que s¨ª es cierto, es que Blizzard ha aprovechado esta posterior comercializaci¨®n para arreglar el juego al gusto de los usuarios de Diablo II, justificando as¨ª el nuevo desembolso, a trav¨¦s de las mejoras y las ampliaciones del juego sin perder un solo punto de jugabilidad y adicci¨®n.
Pero no nos enga?emos a los que Diablo II no les supo convencer, ya sea por su sencillez, por ser m¨¢s de lo mismo, por la monoton¨ªa que se puede llegar a ver en el juego o simplemente porque no es el tipo de juego que busquen, no lo har¨¢ ahora. B¨¢sicamente porque Lord of Destruction no permitir¨¢ cambiar ninguna de estas opiniones, pero es que no es su prop¨®sito. La expansi¨®n est¨¢ dise?ada desde el principio para a?adir lo que se qued¨® en el tintero y para corregir todo aquello que ha hecho que muchos jugadores piensen que Diablo II ofrec¨ªa en muchos aspectos un retroceso frente a Diablo. Es como todo buen juego, pura dinamita para aquellos que les guste encender esa clase de mecha.
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El continuo sonido del rat¨®n a cada segundo de juego, que demuestra hasta que punto puede enganchar un juego por su sencillez y jugabilidad. Los nuevos objetos m¨¢gicos en especial las runas dan un enfoque nuevo al juego, y han despertado la confraternidad entre jugadores de medio mundo para encontrar la f¨®rmula perfecta.
Las mejoras en los servidores de Blizzard se hace palpable en especial en el modo cerrado del juego, la idea de que la desconexi¨®n del creador de una partida no cuelgue la misma es todo un detalle.

Los dos nuevos personajes del juego y la nueva misi¨®n multiplica las diferentes combinaciones para formar equipo entre todos los jugadores del mundo.
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Enlaces o Links:
P¨¢gina de Lord of Destruction en Blizzard

P¨¢gina de Blizzard

An¨¢lisis de Diablo II
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Manual:
Es id¨¦ntico en desarrollo y calidad a Diablo II, solamente que en esta ocasi¨®n se limita explicar las modificaciones introducidas en el juego, y a destripar una por una el ¨¢rbol de habilidades de los dos nuevos personajes. Es correcto, breve, preciso.??
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Equipo necesario:
Windows 2000, ME, XP, 95, 98 or NT 4.0 Service Pack 5
Pentium 233 o equivalente
64 MB RAM
800MB de espacio disponible adicional a la instalaci¨®n de Diablo II
CD-ROM x4
Tarjeta de video compatible DirectX