Dale tumbos a la consola...

Un g¨¦nero tan manoseado como el de la inteligencia/habilidad en contadas ocasiones recibe propuestas realmente interesantes. Pocos han sido los juegos que un tiempo despu¨¦s de su edici¨®n hayan seguido significando un reto que nos obligue a estrujarnos el cerebro como desde el primer d¨ªa. Por no mencionar lo complicado que resulta que no acabemos aborreci¨¦ndolos a las dos semanas...

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De hecho, podemos enumerar con los dedos de la mano t¨ªtulos como Tetris y todos sus afluentes (l¨¦ase Tetris Attack, por ejemplo), Bust-a-Move, Puyo Puyo y, haciendo un poco la vista gorda, Wetrix o Aqua Aqua en el caso de PS2 y el inefable Mr Driller.

Pero claro, si Yamauchi se ufana en tener trabajando a un equipo de desarrollo aun novel en este mundillo, d¨ªa y noche, explorando nuevos conceptos, para plantearnos "el videojuego de acci¨®n m¨¢s sencillo del mundo", pues habr¨¢ que creerle.

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Los encargados de llevar a buen puerto esta dura, ardua y pesada misi¨®n ha sido Eighting, que ya se ha hecho con los credenciales de Nintendo gracias a un excelente trabajo que est¨¢ cosechando un ¨¦xito arrollador en Jap¨®n, pues en cuesti¨®n de un mes y medio ha colocado la nada desde?able cifra de m¨¢s de 150.000 copias por todo el pa¨ªs, y eso, trat¨¢ndose de un juego con esta orientaci¨®n, es todo un record.

A estos chicos se les ocurri¨® la idea cuando estuvieron divirti¨¦ndose en una feria con un tablero que funcionaba sobre la misma pauta que Kuru Kuru Kururin. El usuario deb¨ªa llevar a trav¨¦s de un mont¨®n de trampas y caminos cerrados una peque?a varita sin que tocara los bordillos. No en balde, en Eighting han a?adido, adem¨¢s, un pu?ado de novedades como m¨¢s mundos (por supuesto), enemigos, cantidades industriales de adversidades y lo que es m¨¢s importante, un control tan pragm¨¢tico que simplemente te invitar¨¢ a mover el stick con el D-Pad.

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De todos modos esta no es la primera vez que vemos algo similar en el sector del entretenimiento electr¨®nico. La glorificada PS One cont¨® entre sus filas con Irritating Stick, que en t¨¦rminos de jugabilidad hac¨ªa honor a su nombre. Los autores de semejante esperpento, Jaleco (Rival Turf), no han vuelto a probar esta mec¨¢nica nunca m¨¢s vistos los pobres resultados obtenidos, o incluso en nuestra querida Nintendo 64, con el desconcertante, y por otro lado adictivo, Fire Electric Pen (no, no lo busques que sali¨® solo en Jap¨®n...)

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Si bien es cierto que dejando de lado lo tremendamente f¨¢cil que resulta hacer toda esta ambientaci¨®n, sus autores han dise?ado una peque?a intro que har¨¢ las delicias de los que tengan ganas de re¨ªr un buen rato. Especialmente por el donaire de todos los personajes...

El resto del apartado queda constituido por una est¨¦tica orientada a un p¨²blico juvenil, muchos elementos m¨®viles en pantalla (los pistones son enormes) sin perder un solo cuadro por segundo, efectos resplandecientes cuando completas alguno de tus obst¨¢culos y un mapeado prerrenderizado al avanzar sin contemplaciones en el "Story".

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  m  ¨²  s  i  c  a

Sorprende. Uno puede esperar que las cancioncillas sean como siempre lo son en este tipo de juegos, simples melod¨ªas que se limitan a acompa?ar de una manera u otra la acci¨®n, pero en KurKuru Kururin los dise?adores del juego han querido ir un poco m¨¢s all¨¢ y han empleado un buen muestreo de instrumentos para la ocasi¨®n con algunas canciones que son realmente pegadizas. Hay partituras diferentes seg¨²n el "entorno" en que nos encontremos y la variedad es suficiente para que no nos cansemos en exceso.

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  s  o  n  i  d  o   f  x

Si hay algo que merezca ser resaltado, estas son las voces digitalizadas que desfilan en cada una de las escenas cinem¨¢ticas. Por lo dem¨¢s, oir¨¢s desde los altavoces de Game Boy Advance como saltan golpes por doquier, grititos y alguna que otra algarab¨ªa que solo un pato sabr¨ªa pronunciar. Un detalle que sin embargo nos ha llamado bastante la atenci¨®n es la posibilidad de utilizar los botones "R" y "L" para tocar el "claxon" de nuestro helic¨®ptero. Un sonido aleatorio llenar¨¢ tus o¨ªdos de un variado elenco de ejemplos. Un detalle bastante simp¨¢tico aunque algo in¨²til si lo analizamos fr¨ªamente claro... ;)

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

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Todo el tiempo que han requerido sus responsables a la hora de programar Kuru Kuru Kururin se ha basado en los bucles de movimiento y en la creaci¨®n de todos los escenarios. Porque aunque se trate de un funcionamiento excesivamente elemental, el haber hecho que todo se mueva con perfecta armon¨ªa, tengas el tiempo y espacio justo para desenvolverte en cada fase, y hasta haber ideado varios elementos m¨®viles que entorpezcan tus progresos sin que pierdan el rumbo, es en realidad una tarea completamente minimalista. Y de eso te dar¨¢s cuenta cuando est¨¦s encajonado en una situaci¨®n con la h¨¦lice dando vueltas y alertes que puedes pasar por un angosto pasadizo son chocar con nada, atravesar un muro de minas que se desliza por la pantalla, al tiempo que sigue rotando y que mediante a esta involuntaria acci¨®n se te permite la opci¨®n de sortear a m¨¢s de un enemigo. Todo esto, que parece tan complicado, podr¨¢s controlarlo con una sola mano.

De hecho, en un gran n¨²mero de niveles influye sobre la partida el factor "suerte". Tu destreza verdaderamente ser¨¢ el elemento b¨¢sico para que te desenvuelvas con mayor seguridad por agujeros en el que una pulsaci¨®n m¨¢s fuerte de lo normal haga mover el rotor en una direcci¨®n equivocada y frustrar todas tus buenas intenciones. Pero afortunadamente el juego no cae en este error.

Cambiando de tercio, el nodo principal gira en torno a una frivolidad que se usa como argumento. Una manada de descompuestos patos se ha extraviado, excepto uno de ellos, que precisamente va en tu busca para que con su ayuda, y la de tu "helic¨®ptero" explor¨¦is los cuatro puntos cardinales de la orbe para hallarlos a todos. Por ello, tienes a tu disposici¨®n un modo principal que se estructura en varias islas diferentes con el ¨¢nade de marras esper¨¢ndote al final. Lo m¨¢s significativo de este modo es la variedad de los gr¨¢ficos, mucho m¨¢s pronunciada que el resto de posibilidades, y el que hayan situado un recargador de energ¨ªa para cuando lo creas conveniente (similar a un Checkpoint) y unos cuantos items que cambiar¨¢n la tonalidad de la varita, la encoger¨¢n o bien la remangar¨¢n.

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Otra de las opciones m¨¢s interesantes reside en el modo de pr¨¢ctica, y entre cuyos ap¨¦ndices, tendr¨¢s a tu abasto un total de 50 mini-niveles en los que entrenar hasta que se te agoten las pilas. Lo ¨²nico que puede atraer en este aspecto es tu af¨¢n de superaci¨®n y las ganas de conseguir en cada una de las pruebas la puntuaci¨®n m¨¢xima, o lo que es lo mismo, terminarlas con ¨¦xito en menos tiempo del estipulado. Una cosa est¨¢ clara: si quieres afrontar con total garant¨ªas el cauce principal, esta es la mejor v¨ªa para hacerte con todos los controles y familiarizarte con los elementos con que tendr¨¢s que interactuar tarde o temprano.

Y claro, siendo un t¨ªtulo de Nintendo no pod¨ªa faltar el agraciado multiplayer. En este caso deber¨¦is lidiar mediante un total de hasta cuatro consolas en las fases del modo historia, aunque con una particularidad la mar de interesante: poder ver en todo momento como andan tus contrincantes.

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Lo ¨²nico que se le puede achacar a la jugabilidad es que si no tienes la paciencia suficiente acabar¨¢s olvid¨¢ndolo en el fondo de alg¨²n caj¨®n. Es un producto muy "especial", y eso, a la postre, puede que acabe siendo su principal handicap.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ¨®  n

Kuru Kuru Kururin es una de las apuestas m¨¢s originales con que cuenta actualmente el cat¨¢logo de Game Boy Advance. El principal problema es que a priori no tiene mucho mercado potencial que se sienta atra¨ªdo por una mec¨¢nica tan conceptual.

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De todas formas, desde MeriStation os recomendamos adquirirlo, siempre y cuando seas seguidor empedernido de las rarezas de este tipo, te gusten los puzzles y la acci¨®n directa sin demasiados pre¨¢mbulos y desees pasar montones de tardes delante de la consola dej¨¢ndote la materia gris sobre la pantalla de la m¨¢quina de bolsillo.

Es dif¨ªcil, largo y endemoniadamente adictivo, t¨¦cnicamente n sobresale, pero atesora en su interior el encanto suficiente como para hacerse un hueco en muchas videotecas. De veras...

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