
Pato Donald: Cuac Attack
- PlataformaN647
- G¨¦neroPlataformas
- DesarrolladorDisney Interactive Studios
- Lanzamiento12/12/2000
- TextoEspa?ol
?Tiro al pato!
Donald viene cabread¨ªsimo; su amada ha sido secuestrada por Marlock y el pedante de Narciso se le ha avanzado en su b¨²squeda. ?Ech¨¢le una mano antes de que acabemos todos malparados!
Posiblemente Donald sea el personaje m¨¢s agradable de la factor¨ªa Disney. Mickey es extremadamente insulso, Goofy no da pie con bola, y Pluto es un holgaz¨¢n que apenas se difiere de su pelmazo amo.
Por contra, el ¨¢nade m¨¢s refunfu?¨®n de la hist¨®ria tiene motivos por los que protestar, saca su mal genio contra miembros de su fam¨ªlia cuando intentan pararle los pies, y tiene tres sobrinos muy encantadores... Ubi sabe elegir.

Esta vez, el pato con traje de marinero ha visto desde una retransimisi¨®n en directo como su amada Daisy, mientras acosaba furtivamente la guarida de Marlock, era secuestrada ante la multitudinaria audiencia de su programa. Entre farfulladas varias procedentes de su pico, el primo Narciso, elegante ser donde los haya, ha emprendido la b¨²squeda de la f¨¦mina ante la at¨®nita mirada de Donald. Por supuesto deberemos recorrernos los 4 puntos cardinales del Universo con la ayuda del cient¨ªfico Ungenio, que nos prestar¨¢ consejos acerca de que funciones acarrear en cada nivel, y alg¨²n que otro ¨ªtem desperdigado por todas las fases.
Lamentablemente, Quack Attack est¨¢ coh¨ªbido por las mismas reglas que se marcan al principio; recoger la pieza para abrir la puerta del enemigo final, encontrar los ositos de peluche de Juanito, Jorgito y Jaimito y superar el tiempo de nuestro primo realizado en cada mundo. En realidad, Ubi Soft a?ade un par de elementos como la evasi¨®n de todo tipo de fauna, o la contienda con el "Final Boss" de turno.
Sobre el papel, el planteamiento ya denota las claras intenciones de limitarnos a hacer reiteradamente los mismos pasos, que al cabo de poco tiempo acabar¨¢s hastiando. Ni siquiera el cambio constante de la perspectiva con claras reminiscencias a Yoshi's Story o Crash Bandicoot, consiguen salpimentar tan pobre impresi¨®n.

Se le adhiere una personificaci¨®n de los personajes poco labrada, donde ¨²nicamente los cambios de humor de Donald demuestran que la mascota de Disney sigue en plenitud f¨ªsica. De todas formas, cuando anunciaron a bombo y a platillo las diversas facetas del ¨¢nade esperabamos con ansias verlo desarrollar funciones exclusivas (similar a lo que lleva alardeando Rare con su Conker), aspecto que desgraciadamente, ense?a pocas variantes.
Por ejemplo, al recoger una copa helada durante su periplo, nuestro vacil¨®n animal correr¨¢ como un desesperado abatiendo a todo lo que se le plante en cara, acci¨®n que al volverse feroz, ¨²nicamente le difiere por la espesa nube de ira que cubre sus palmadas al aire. Los dos estados m¨¢s corrientes son la felicidad y la f¨²ria, mostr¨¢ndose al caminar, y en la que ense?a un semblante mucho m¨¢s alegre en el primero de los humores.
Quack Attack utiliza varios ¨ªtems para desmantelar llaves que ser¨¢n de utilidad para el futuro; como muestra, el libro del mago Merlock vulve opacos los juguetes de tus sobrinos, las estrellas a?aden cr¨¦ditos a tu contador, y de vez en cuando veremos tostadoras ancladas cerca de una l¨ªnea que hacen las veces de "checkpoint"..

? g? r? ¨¢? f? i? c? o? s
?
Su la utilizaci¨®n del motor gr¨¢fico de Rayman 2 es un buen proleg¨®meno, a t¨¦rminos pr¨¢cticos el resultado ha sido decepcionante. No entendemos como puede llegar a ralentizarse tanto en alta resoluci¨®n, si no llega ni por asomo a la cantidad de elementos en pantalla que aguantaba la desmembrada mascota de Ubi, y por supuesto, no est¨¢ formado por mundos enteramente en 3D. Pese a la aceptable cantidad de cuadros por segundo a la que corre cuando bajamos la nitidez de la pantalla, no termina por colmar todas las expectativas puestas en ¨¦l.
Compar¨¢ndolo a sus mentores, las aventuras del dinosaurio de Mario se mueve infinitamente mejor, pese a contar con escenarios m¨¢s desgalichados, suceso que por ende, Crash Bandicoot tambi¨¦n sale beneficiado.
Tanto Donald como el resto de los enemigos que pululan por todo el cartucho tienen un cariz plano, exento de alardes que puedan hacer enorgullecer a los grafistas, y que para colmo, cuenta con poca variedad de oponentes, por lo que el n¨²mero no justifica esta p¨¦sima impresi¨®n.

Suerte que la mayor¨ªa de los mundos derrocha destellos de calidad y el paso de los fondos si gratifican el paup¨¦rrimo resultado de la velocidad. Rocas, efectos de luz trasluci¨¦ndose por las hojas de los ¨¢rboles, transparencias acu¨¢ticas, emanaci¨®n de aire... todo un elenco de ingredientes con la finalidad de engolosinar nuestra impresi¨®n respecto al apartado visual.
m ¨² s i c a
Tan solo siete melod¨ªas en todo el juego; La misma repiti¨¦ndose en las fases de un mundo, la del laboratorio, enemigo final, y cr¨¦ditos.
Mientras que algunas nos hacen olvidar que estamos pave¨¢ndonos a 15 frames por segundo, ciertas partituras llegar¨¢n a desesperarte por la escasa presencia que imponen, y por el desacorde total respecto al fondo. Asimismo, el frondoso Monte Pato es flanqueado por un tema tremendamente aburrido, a la par que la Mansi¨®n M¨¢gica cuenta con una de las melod¨ªas m¨¢s pegadizas que han pasado por Nintendo 64.

s o n i d o f x
Los pisotones constantes de Donald, golpes contra los inventos de Ungenio, voces digitalizadas (imapagable el doblaje del cabeza de cartel) y de vez en cuando el alarido de un rival al ser derribado por el nuestra irascible mano. A veces quedamos desamparados de ello por la acumulaci¨®n de elementos en pantalla y el proseguir de la m¨²sica, aspecto que nos obliga a disminuir un par de enteros a la nota final.
j u g a b i l i d a d
El control del plumado animal permite mucho margen de error, am¨¦n de la posibilidad de realizar un doble salto y hasta alargar el resultado de otro. L¨¢stima que no pueda aferrarse a los bordes de cada plataforma, lo que te obliga a calcular con algo m¨¢s de precisi¨®n el momento a efectuar tu brinco.
Tampoco es que el bajo paso de cuadros por segundo mermen en exceso la maniobrabilidad, aunque es recomendable jugarlo a baja resoluci¨®n, seguro que te ahorras como m¨ªnimo un par de vidas.

Lo peor de todo (y causante de la baja nota general), es que el cartucho est¨¢ pensado para gente inexperta, o eso se sonsaca tras la poca variaci¨®n de misiones, lo repetitivo que llega a ser, y que el concepto de la exploraci¨®n se disuelve en un mar de dudas. Nos apena que tengamos que exprimir un nivel hasta tres veces realizando continuamente objetivos calcados, percatarnos de situaciones facs¨ªmiles, y enemigos que no traen m¨¢s problemas que un simple pu?etazo en el est¨®mago.

Nos encantar¨ªa haber visto m¨¢s items, elementos, mundos, rivales, trajes (de los que aun desconocemos si tienen alguna utilidad estipulada) y un largu¨ªsimo etc¨¦tera que suponemos se habr¨¢ quedado en el tintero de la desarrolladora gala.
El juego tampoco es que vaya a durar demasiado. Si le dedicas un poco de tiempo podr¨¢s acabarte una localizaci¨®n en un d¨ªa (si no quieres explotarlo todo de golpe), desembocando su vida en menos de una semana, y que vista la poca previsi¨®n de Ubi, no cuenta con la siempre dilatadora modalidad del multijugador.

c o n c l u s i ¨® n
El intento de combinar al buen hacer de dos grandes del g¨¦nero no ha terminado de cuajar en un conjunto que desaprovecha por completo la licencia y el potencial del engine de Rayman 2. Ciertamente nos ha decepcionado ingratamente el desarrollo tan lineal, y la poca dedicaci¨®n que ha mostrado Ubi en crear una historia m¨¢s s¨®lida, completa, y por supuesto, acorde a los tiempos que corren. Si la versi¨®n port¨¢til era una sorpresa, ha quedado rebajada por un juego, que poco agradar¨¢ a los m¨¢s experimentados, y que seguramente encantar¨¢ a los peque?os de la casa, en especial por la presencia del magnifico Donald...

Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.