Dale gas a tu Game Boy

Supercross Freestyle se estructura en 3 modos de juego que aparte del que da nombre al juego, los dem¨¢s son un simple remake de tantos otros que ya hay circulando entre las estanter¨ªas de cualquier tienda.
El primero, Freestyle, nos reta a controlar las m¨¢s de 15 piruetas distintas que la desarrolladora francesa ha condensado en el juego. Para eso, antes de ensalzarnos a la carrera, nos mostrar¨¢n una pantalla con los movimientos que hemos de hacer y con que orden. Despu¨¦s, con la visi¨®n horizontal, tendremos que pulsar el "combo" al tiempo que volamos por los aires. Si por alg¨²n casual no logras encarrilarlo, tu ego virtual acabar¨¢ por los suelos.
Bajando un poco en el men¨² principal, nos encontramos con el Supercross, la opci¨®n en la que Infogrames ha intentado emular las competiciones in-door, y en la que se logra un mayor esp¨ªritu de superaci¨®n en el jugador. De ello se encarga un sistema de puntuaci¨®n, resultados y posiciones de cada piloto al azar (no ganar¨¢ siempre el mismo corredor) y la cantidad de 24 trazados por los que hacer aut¨¦nticas virguer¨ªas sobre la moto.
Por ¨²ltimo, en el arcade viajaremos por los cuatro puntos cardinales en busca de sensaciones fren¨¦ticas a lomos de Hondas, kawasakis, Suzukis o KTMs.

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Lo primero que llama la atenci¨®n es la incre¨ªble sensaci¨®n de velocidad. Ver el recorrido desliz¨¢ndose bajo la moto, sin repetir continuamente la misma imagen que tanto caracteriza los juegos de carreras para la port¨¢til nintendera, ya es digno de elogio. ?dem los escenarios, aunque en la opci¨®n de Supercross la mayor¨ªa de los decorados est¨¢n ambientados en circuitos cerrados y con grader¨ªas de fondo, se a?aden peque?os cambios en las banderas del pa¨ªs, la posici¨®n de los focos, o dise?o del aforo. En cuanto al modo definido por el tiempo, la cosa ya tiene otro color; el p¨²blico desaparece dejando paso a monta?as, ¨¢rboles y ciudades, adapt¨¢ndose un poco m¨¢s a la opini¨®n general y no limitando el cartucho a los fan¨¢ticos del motociclismo salvaje.

El aspecto m¨¢s flojo del sistema. Si bien es cierto que en un producto con estas cualidades nunca ha gozado de melod¨ªas de ¨®rdago, el intento es bueno. Se limita a acompa?ar los pasos del jugador cuando est¨¢ configurando su personalidad y que tipo de carrera har¨¢, y como mucho aparece en las indicaciones que te hace la m¨¢quina para que efect¨²es un salto exitosamente.
Un total de dos partituras de reproducci¨®n agradable, pero que pasan totalmente desapercibidas.

El control de las motocicletas tiene su toque de resistencia que a?ade un poco de dificultad al nivel en general. Se trata de prever las curvas antes de encararlas e ir menos apurado en las m¨¢s cerradas, que por cierto, ya es dif¨ªcil acabar chocando con alguna de las m¨²ltiples vallas publicitarias que hay repartidas, pero que el simple hecho de la respuesta dura hace que te invada la sensaci¨®n de inseguridad que debe ser pilotar a gran velocidad.
A?¨¢dele a esto contrincantes que por suerte no te paran el paso continuamente, y que en todo momento est¨¢s a tiempo de recuperar tu plaza p¨¦rdida en un momento de embriaguez euf¨®rica.

El mejor juego basado en el deporte de las dos ruedas que ha conocido Game Boy junto al alarde de piloto que hizo Acclaim a principios de verano. Un juego que gustar¨¢ a los amantes de esta modalidad, y que no dejar¨¢ indiferentes a cualquier jugador empedernido, en serio, es cuesti¨®n de dejarse llevar por ¨¦l y disfrutar todo el tiempo que tu destreza te permita, porque tardar¨¢s en hallar todos los entresijos que esconde, todos los desniveles de que dispone cada alcurnia y el poder comprobar como se manejan los diferentes modelos de veh¨ªculos que tienes a tu disposici¨®n. Como m¨ªnimo, deber¨ªas probarlo, no te decepcionar¨¢.