Louvre: La Maldici車n Final
- PlataformaPC6
- G谷neroAventura gr芍fica
- DesarrolladorIndex +
- Lanzamiento01/01/2001
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
Zumo de cebolla
El Museo de El Louvre, Mayo de 1999: Morgana, un agente del Servicio Secreto irrumpe en el museo con la misi車n es encontrar cuatro objetos antes de que los descendientes de una secta de caballeros se los lleven y provoquen el fin del mundo.
Y eso no es todo. Tanto los organismos oficiales que colaboran en el proceso de documentaci車n (R谷union des Muse谷s Nationaux) como los profesionales de la animaci車n (Arxel Tribe) se mueven entre una compa?赤a y otra.
Que las similitudes no nos lleven al enga?o. Louvre: la maldici車n final es de Micro?ds. Tras la experiencia de Dr芍cula: resurrecci車n parecen haber aprendido de sus errores. Se quedan con lo mejor y desechan lo mediocre. El juego crece en dificultad, sin perder un 芍pice de calidad gr芍fica. El producto final es una aventura muy jugable e interesante. S車lo un problema: la insistencia en un patr車n demasiado explotado. Pasan las horas, avanzas en la misi車n y es como si hubieses bebido zumo de cebolla. Una y otra vez vuelve el recuerdo de algo que ya saboreamos.
Dos compa?赤as, Micro?ds, responsables del programa que nos ocupa, y Cryo son las culpables de esta invasi車n aventurera. No deja de ser curioso que ambas insistan en id谷nticos planteamientos a la hora de desarrollar el juego. Lo que comenz車 a?os atr芍s con Atlantis es explotado de nuevo en Louvre. Se les ha bautizado como aventuras hist車ricas, juegos que albergan en sus entra?as un trabajo de reconstrucci車n y recreaci車n exhaustivo. A los franceses les apasiona su pasado. Y da para mucho: los galos, Julio C谷sar y su campa?a de sometimiento, Carlomagno, Jacques de Molay y los Templarios, Napole車n, la Primera y Segunda Guerra Mundial, Indochina... Un hecho que podr赤a explotarse en otros muchos pa赤ses de larga existencia, Espa?a, por ejemplo, pero que una suma de factores, quiz芍s los presupuestos, quiz芍s el gusto personal, quiz芍s los complejos, han impedido que este tipo de aventuras no acabase de cuajar del todo m芍s all芍 de las fronteras galas. Nuestros vecinos se lo toman muy en serio, lo de la Historia como referencia, quiero decir, y vuelven a plantarnos en el monitor una aventura donde la Historia no lo es todo, claro; si no m芍s bien un envoltorio de prestigio para un juego que busca, como siempre, m芍s el entretenimiento que la lecci車n acad谷mica. Para el entretenimiento, la trama. Para la lecci車n, un dict芍fono, disponible en el inventario, que nos ilustra sobre los cambios operados en lo que comenz車 como fort赤n Real y termin車 en museo.
Sin embargo, el utilizar los gr芍ficos prerrenderizados trae consigo un inconveniente. Son buenos, casi perfectos, para la reconstrucci車n fiel e impactante de un escenario; pero no lo son tanto para reflejar vida. Al ser la mayor赤a de las cosas que vemos objetos inertes, el momento en el que se introducen elementos no muertos es especialmente doloroso. La vitalidad que trasmite una persona sentada es id谷ntica a la de esa silla en la que reposa sus nalgas. Quiero decir que cuando hablamos, por ejemplo, con el joven pr赤ncipe, una correcta animaci車n acompa?a al sonido de sus/nuestras palabras. Zanjada la conversaci車n saltamos de la animaci車n al escenario prerrenderizado, donde el joven pr赤ncipe es un ente plano e inm車vil, clavado en el centro de la habitaci車n como una planta o una mesa o un piano. No quiero que se piense que al referirme a objetos vivos estoy hablando solamente de personas. La luz es tambi谷n un objeto animado. Y los efectos de luz no van m芍s all芍 de una vela zigzageante. Ni una sombra, ni un rayo de sol entrando por las cristaleras. El quietismo artificial del que hablaba al principio.
Lo que s赤 parece haber calado, tanto en Micro?ds como en Cryo, es la m芍xima "si algo funciona porqu谷 cambiarlo". Ambas compa?赤as est芍n enquistadas en una forma peculiar de hacer las cosas (en menor medida la segunda que la primera, como se puede comprobar jugando a La m芍quina del Tiempo). Toman un hecho hist車rico concreto, lo visten con una trama, lo encuadran en un escenario prerrenderizado de esmerada reconstrucci車n y crean el producto. En su tiempo Atlantis, e incluso Fausto, llegaron a significar algo importante para el mercado de Aventuras Gr芍ficas; pero actualmente las propuestas de ambas compa?赤as no resultan ni tan innovadoras ni tan refrescantes. La fuente empieza a secarse. S赤, de acuerdo, lo seguidores de estos productos no se sentir芍n defraudados. Al fin y al cabo es lo que esperan. Pero pretender vivir a?os y a?os de los mismos planteamientos no puede traer consigo otra cosa que no sea el desastre. El g谷nero de las Aventuras Gr芍ficas necesita recargar la bater赤a. El inmovilismo o la absurda idea de tomar como bandera a los cl芍sicos que rompieron listas y pron車sticos asfalta la autopista que lleva al cementerio. Es hora de reinventar el g谷nero, de dotarlo de elementos nuevos con vocaci車n de ant赤doto. The Nomad Soul fue un notable intento. Louvre o Pompeya nos empujan hacia atr芍s con sus manos llenas de polvo. Insisten en maquillar el cuerpo que ma?ana ser芍 cad芍ver.
Aun as赤 las aventuras de Micro?ds te hacen pasar un buen rato. No es necesario invertir muchas horas para zamparse los dos CD's de los que consta el juego. La dificultad ha crecido en comparaci車n al pasado Dr芍cula: resurecci車n. Algo que se agradece, pues los puzzles transilvanescos del anterior juego dejaban bastante que desear; aunque los enigmas de esta nueva entrega tampoco sean excesivamente dif赤ciles. Louvre es un juego eminentemente "t芍ctil". Es decir, debemos deslizar el cursor detenidamente por el escenario y encontrar lugares susceptibles de ser accionados bien autom芍ticamente, bien con otro elemento/elementos. Esta vez no se utilizan los objetos segundos despu谷s de encontrarlos, si no que pasar芍n alg迆n tiempo encerrados en tu inventario hasta hacer uso de ellos. Adem芍s, se ha recuperado la sana tradici車n de combinar objetos para utilizarlos en situaciones determinadas; algo que ya se echaba de menos. Y es que los elementos son legi車n. Para que no colapsen el inventario se introducen en el juego una serie de ba迆les/despensa donde los guardaremos si no queremos utilizarlos.
Los efectos sonoros no son el fuerte de Micro?ds. Ni las m迆sicas. Los primeros son m芍s bien limitados: los pajarillos cantan igual en el patio que en el interior del castillo. La m迆sica casi no existe, excepto el tema central del juego, una canci車n correcta que acompa?a a los cr谷ditos.
Como puede verse, el gui車n de Louvre toma como fuente de inspiraci車n la figura de los Templarios. Para el g谷nero de la Aventura Gr芍fica La Orden ha sido una referencia continua. Pensemos en Borken Sword o en Gabriel Knigth III.
Desde su brutal desaparici車n en el Siglo XIV la Orden del Temple ha sido objeto de infinitos estudios y descabelladas teor赤as. Cada a?o aparecen diez o doce libros sobre el tema. Este que escribe se permite recomendar dos: Templarios, la historia oculta y El p谷ndulo de Foucault. El primero es un ensayo sobre la Orden escrito por Ricardo de la Cierva. El autor se centra en lo que 谷l ha llamado las cuatro dimensiones del Temple: religiosa, militar, militar-estrat谷gica, comercial-financiera y esot谷rica y nos ofrece una visi車n documentada, seria e innovadora sobre el tema. El segundo, una novela de Umberto Eco, es, a mi parecer, un compendio de sabidur赤a, buen赤sima liteartura y enigma. Es un continuo juego entre realidad y ficci車n, equ赤vocos y verdades. Una f芍bula, la prueba de c車mo la mentira puede convertirse en realidad y c車mo la realidad se puede convertir en mentira.
Segundo: Recoge cuantos objetos puedas. La cosa m芍s inveros赤mil servir芍 de algo.
Tercero: No colapses el inventario. Los elementos asociables requieren menos espacio. As赤 que comb赤nalos. No es lo mismo ocupar tres casillas del inventario con una ballesta, un gancho y una cuerda que combinar los tres objetos y ocupar tan s車lo una.
De todas maneras si todo va bien tendr谷is la soluci車n dentro de poco en El Club De La Aventura.
Correcto
No es lo 迆ltimo ni lo m芍s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci車n, pero puede divertir si te gusta el g谷nero. Bien, pero mejorable. C車mpralo si te gusta el g谷nero y te gusta tenerlos todos.