De ¨¦sta no va la vencida.

El juego ofrec¨ªa una competici¨®n basada en carreras a lo largo y ancho de Am¨¦rica con nuestro flamante Lamborghini Diablo y donde lo importante no era siempre ganar, sino llevarse el m¨¢ximo de dinero posible tras realizar una apuesta. Este sistema fue el que le otorg¨® algo de originalidad destac¨¢ndose un poco del resto de juegos de carreras basados en el "scaling" de la ¨¦poca.

Sin embargo Titus no desesper¨® y al a?o de la salida de Lamborghini 64 ya estaba anunciando el que podr¨ªa ser clasificado como su segunda parte: Roadsters 99. Apareci¨® para Nintendo 64 el a?o pasado y ahora llega por fin a los usuarios de Playstation.

Aparentemente puede parecernos que el entorno que nos rodea es bastante bello pero r¨¢pidamente nos encontraremos que hay muchas partes de los circuito que aparecen totalmente desiertos sin causa aparente. Los coches tambi¨¦n presentan un aspecto desigual y sin bien algunos como el Renault Spider son fieles al modelo real hay otros que aparecen excesivamente achatados o deformados.

Pero aparte de estos problemas gr¨¢ficos es necesario detenerse en la jugabilidad y en los modos de juego que nos ofrece Roadsters: 4 modos de juego, Trophy, Multijugador, Time attack y Pr¨¢ctica. De entro ellos lo mejor es dedicarse al Trophy, donde podremos ir subiendo de categor¨ªa, comprar nuevos coches, aumentar la capacidad de nuestro b¨®lido y apostar en cada carrera por la posici¨®n en la que crees que quedar¨¢s al final de la misma.

GR?FICOS

Discurren a una media de 25-30 frames por segundo, pero no es de extra?ar ya que los circuitos aparecen en gran medida vac¨ªos, los modelos de los coches son en general bastante simples y hay un gran defecto de "poping" en cualquiera de los modos de juego y en los circuitos, llegando a veces a aparecer monta?as completas delante de tus narices.

M?SICA

SONIDO FX

Desgraciadamente siguen el mismo nivel que la m¨²sica. Son muy normalitos, sin pretensiones y tremendamente bajos en cuanto al volumen, sobre todo las voces de los personajes, ininteligibles la mayor¨ªa de las veces.

JUGABILIDAD

El control es cuanto menos extra?o. El coche tiende a tomar las curvas a las mil maravillas pero de repente se pone a derrapar como un Ridge Racer cualquiera, solo que sin previo aviso y sin aparente causa. Es frustrante adem¨¢s la rutina de detecci¨®n de choques, tanto con las paredes de los circuitos como con el resto de los oponentes, demasiado puntillosa en ocasiones.

A todo esto se le puede a?adir un peligro mayor a¨²n si cabe, y es la tremenda oferta de juegos de carreras con coches como protagonistas existentes para PSX, algunos de ellos verdaderas joyas del mundo l¨²dico como pueden ser los Ridge Racer, Need for Speed o Collin Mc Rae.