?Regreso al pasado?

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El origen consolero de este titulo se deja traslucir de inmediato. Desde la instalaci¨®n hasta los men¨²s la simplicidad reina por doquier en Formula One 99. Nada de interminables series de men¨²s para llegar a correr. Desde el men¨² principal dos golpes de tecla nos sit¨²an en el cockpit preparados a quemar goma. Y en ese momento no se puede decir que se nos exija una gran maestr¨ªa. Basta con ir "por lo negro" para ir pasando coches gracias a la superior potencia de nuestro b¨®lido. La satisfacci¨®n de un buen papel est¨¢ poco menos que asegurada.

Por su parte los coches est¨¢n correctamente modelados aunque con un exceso de brillos y luces para nuestro gusto. Por alg¨²n motivo, probablemente relacionado con la memoria, han desaparecido muchas de las pegatinas publicitarias y rotulaci¨®n en general. Son, al menos, reconocibles y no deja de resultar llamativo ver como adelantamos al Arrows de De la Rosa o al Minardi de Gen¨¦ entre otros.

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Lo que es una pena es que no dispongamos de visi¨®n del salpicadero. O vemos nuestro coche desde fuera o la pista sin coche. ?Se puede correr sin tener informaci¨®n del veh¨ªculo?

En el apartado sonoro los ruidos de los motores son... aceptables. Por el contrario los comentarios del locutor (que podemos o¨ªr desde la cabina) son lamentables. Y no porque el tipo no sea todo un profesional sino porque la rutina que los activa no guarda apenas relaci¨®n con lo que ocurre en carrera. Al principio resultan simp¨¢ticos e incluso a?aden un toque de verosimilitud a la carrera. Pero no pasar¨¢n muchas vueltas sin que sientas que el tipo que hace los comentarios esta retransmitiendo una carrera distinta a la que tu est¨¢s viendo (cosa que, por cierto, tambi¨¦n ocurre en la vida real). No es admisible que comente que faltan muchas vueltas cuando est¨¢s disputando la pen¨²ltima o que mencione que has tenido un grave accidente cuando tras un toque al coche no se le ve ni un ara?azo en la pintura.

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La segunda opci¨®n es m¨¢s interesante. Err¨®neamente titulada "Grand Prix" (t¨¦rmino que se refiere a cada una de las carreras: Grand Prix de Italia, de M¨®naco, etc.) simula un campeonato completo. Aqu¨ª si tendremos m¨¢s posibilidades. Disponemos de tiempo de pr¨¢cticas y sesiones de entrenamiento antes de las de clasificaci¨®n. Adem¨¢s podemos especificar algunas modificaciones del coche y plantearnos qu¨¦ estrategia de entrada en boxes nos interesa m¨¢s.

Dentro de la opci¨®n Grand Prix tambi¨¦n existe la posibilidad de correr tan s¨®lo una carrera. De manera que no tendremos que pasar por todos los circuitos previos para llegar a ese que nos interesa especialmente.  

Ojo a las banderas y las penalizaciones. Si vas haciendo el cafre lo pagar¨¢s en segundos de penalizaci¨®n. En especial no olvides que en boxes no se puede exceder el l¨ªmite de velocidad. Para eso tienes una tecla de limitaci¨®n que debes pulsar antes de acercarte a esa l¨ªnea que delimita la zona de boxes. Trata de pillar los rebufos de los coches en las rectas y sal de ellos justo antes de llegar a las frenadas en las curvas. Entonces apura al m¨¢ximo la frenada y trata de pillar el interior. Una vez all¨ª saldr¨¢s con ventaja.

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Los coches ajenos tiene trazadas muy repetitivas. Est¨²dialos y averigua donde frenan para colocarte en paralelo y frenar una fracci¨®n de segundo despu¨¦s que ellos. Naturalmente si quieres conseguir buenos tiempos te tienes que conocer los circuitos metro a metro hasta en sue?os. Para ello utiliza la opci¨®n de recorrer el circuito. Un "Pace car" te llevar¨¢ por el recorrido mientras una voz femenina te instruye sobre las caracter¨ªsticas de cada tramo y curva y la mejor manera de trazarlos.

En la preparaci¨®n de todo simulador el dise?ador se enfrenta a un dilema. O se opta por el realismo de la simulaci¨®n, con su carga de complejidad y dificultad o se decide por la facilidad de uso a costa de perder fidelidad al deporte real. En este caso se ha optado claramente por la segunda opci¨®n y al hacerlo el juego ha quedado recortado respecto a lo que otros simuladores ofrecen hoy d¨ªa.

Si bien con esto cabr¨ªa esperar una conducci¨®n f¨¢cil nos encontramos que, en la pr¨¢ctica, no es as¨ª.

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Para empezar se dispone de las opciones de control por teclado, joystick digital (todo o nada) y joystick anal¨®gico. No hace falta recalcar que pretender dominar un coche a golpe de tecla es poco menos que imposible. A menos que el programa tenga la suficiente inteligencia como para interpretar nuestras pulsaciones y traducirlas a desplazamientos razonables del coche. En F1 99 no ocurre tal cosa y nos vemos obligados a dar bandazos de un sitio a otro confiando en no visitar innecesariamente los arcenes y los pianos. Por su parte el acelerador a teclas es totalmente carente de progresividad. De manera que partiendo de un coche parado los primeros toques a la tecla de acelerado suponen un continuo derrape de las ruedas motrices hasta que muerden el asfalto y empezamos a coger algo de velocidad. A partir de ese momento debemos vigilar muy cuidadosamente el indicador de marchas pues en cuanto bajemos a 1? nos volvemos a encontrar con la perdida de motricidad y un desgaste de gomas acorde con el derrape.

Desgraciadamente la cosa no mejora con el joystick anal¨®gico (el digital emula al teclado) pues carecemos de ninguna posibilidad de ajuste de la sensibilidad, recorrido o progresividad del mando tanto en giro como en aceleraci¨®n. El resultado es que la direcci¨®n con joystick o volante es ca¨®tica. M¨ªnimos desplazamientos del mando nos llevan de un lado a otro de la pista y mantener una trayectoria se convierte m¨¢s en cuesti¨®n de suerte que de pericia. Al menos el acelerador anal¨®gico parece funcionar algo mejor. En todo caso, por teclas o joystick, estos coches no dan en ning¨²n momento la sensaci¨®n de ser aut¨¦nticos f¨®rmula 1. Su comportamiento es, en ocasiones, similar al de los karts con suspensiones pr¨¢cticamente inexistentes por lo duras, mientras que en otros casos la adherencia al piso es de tal calibre que los convierte en autos de choque de 10 cilindros.

Sin embargo quien busque un entretenimiento inmediato sin complicaciones y salir a la pista a deshacerse del pr¨®jimo por la v¨ªa m¨¢s expeditiva posible disfrutar¨¢ bastante con este juego. Se lo recomendar¨ªamos al tipo de jugador que desde el primer instante aprieta a fondo el acelerador para salirse varias veces en cada vuelta y volver a pista sin siquiera aflojar la presi¨®n en el pedal.

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