Mario Bros es un cl¨¢sico atemporal.

Una pareja de fontaneros, una princesa que rescatar, un malo muy malo con ganas de amargarte la vida y una aut¨¦ntica legi¨®n de enemigos y trampas que esquivar; vaya un argumento ?no?, ?lamentable?, ?infantil?, de eso nada, vuelve Mario, vuelve el rey.
Corr¨ªa el a?o 86 cuando mi primo y yo, inocentes infantes entonces, pas¨¢bamos horas delante de un monitor, no viendo Barrio S¨¦samo (?Lo admito! tambi¨¦n lo hac¨ªa...) sino jugando a un cartucho llamado Mario Bros.
Palabras como gr¨¢ficos, scroll, final bosses e incluso la propia jugabilidad carec¨ªan de sentido alguno por aquel entonces (para mi, claro), sin embargo, aquel endemoniado y "simple" videojuego amenizaba ma?anas, tardes o noches (incluso todo a la vez) y convert¨ªa el mero hecho de apagar la consola en una tarea francamente tit¨¢nica. Aquel personajillo dando saltos, corriendo o aplastando a los enemigos consegu¨ªa atraparte realmente, obsesion¨¢ndote y oblig¨¢ndote (todo figurado, claor est¨¢) a jugar una ¨²ltima partida, a conseguir pasar esa fase que se te atragantaba, y , en fin, a pas¨¢rtelo como un enano mientras recorr¨ªas una y otra vez aquellos imaginarios mundos tan escrupulosamente estudiados.
Miyamoto, japon¨¦s ¨¦l, cre¨® hace ya unos 15 a?os un videojuego sencillo, que, casi sin darse cuenta iba a convertirse en el mayor hito de las consolas en su joven y ajetreada historia, vendiendo la incre¨ªble cira de 40 millones de copias, 4 veces m¨¢s que el juego de "Nueva Generaci¨®n" m¨¢s vendido (Mario 64 con 10) e igualando al disco "Thriller" de Michael Jackson, incre¨ªble pero cierto.
Mario, un fontanero italiano creado -segun palabras del propio Miyamoto- casi al azar se convirti¨® y convirti¨® consigo a su creador, en la aut'netica gallina de los huevos de oro para Nintendo, un aut¨¦ntico fil¨®n que a¨²n hoy en d¨ªa contin¨²a con la misma fuerza y lucidez que anta?o.
Ahora, a las puertas del siglo XXI, Nintendo vuelve a poner de moda a su Mario Bros pero cambiando su formato, y convirti¨¦ndose en uno de los imprescindibles para la peque?a joya port¨¢til: Game Boy Color.
Lo que para algunos puede ser considerado como un refrito sin sentido, para la gente que realmente sabe apreciar las obras maestras ser¨¢ un aut¨¦ntico placer poder disfrutar, en cualquier lugar, a cualquier hora y a todo color, de un videojuego totalmente inolvidable, que cre¨® escuela (practicamente fundo el g¨¦nero de las plataformas...) y que contribuy¨® tal vez m¨¢s que cualquier otro, a crear ese imperio "videojueguil" en el que hoy vivimos y disfrutamos.
Realmente sobran las palabras ante la grandeza de este t¨ªtulo, al que un servidor (sin ir m¨¢s lejos) y muchos otros, nos abri¨® las puertas a un mundo totalmente desconocido hasta ese momento y del que todav¨ªa no hemos podido escapar: gracias Nintendo, gracias Miyamoto, gracias Mario.

Tal vez no falten aquellos que consideren obsoleta la est¨¦tica retro de este t¨ªtulo; incluso los m¨¢s exigentes dir¨¢n que posee unos gr¨¢ficos prehist¨®ricos y feos, y, aunque no les falte raz¨®n (eso s¨ª, muy poca) se equivocan: Mario Bros para Game Boy tiene unos gr¨¢ficos pr¨¢cticamente perfectos, no por su lucidez o vanguardismo tecnol¨®gico, sino por ser una "Fidedignis¨ªma" adaptaci¨®n de la versi¨®n para Nes. lo que es su d¨ªa fue perfecto no acpta ni requiere mejoras, sencillamente el juego tiene los gr¨¢fico que debe tener.
Eso s¨ª, la visibilidad es, l¨®gicamente, inferior al cl¨¢sico por excelencia para Nintendo. Lo que puede llevar a cometer alg¨²n error debido a la rapidez de que reflejos que requieren determinadas situaciones, aunque tampoco es que sea rara alarmarse ni mucho menos, gracias sobre todo al magn¨ªfico movimiento de pantalla.

Que se puede comentar de la m¨²sica de Mario, para quien no la haya escuchado ser¨¢ simplemente simp¨¢tica y pegadiza; pero los que ya disfrutaron de ¨¦l no podr¨¢n evitar las l¨¢grimas (?Ya me ha "pasao"!) o sentir una m¨ªnima sensaci¨®n de melancol¨ªa debido a los imborrables recuerdos que ellas hacen resurgir.
En lo referente al sonido Fx poco que objetar, ya que son pr¨¢cticamente calcados al original y muy en la l¨ªnea de otros plataformas para Game Boy, eso s¨ª, el poder componer melod¨ªas (muy sencillitas, pero menos da una pigona...) ayudan a lucir un poco m¨¢s a este apartado.

Podr¨¢n no gustarte sus gr¨¢ficos, podr¨¢s considerar molesta su m¨²sica e incluso podr¨¢s considerar el juego infantil a m¨¢s no poder, pero, si pones un solo pero a la jugabilidad de este t¨ªtulo, es que no entiendes de videojuegos o no eres de este planeta.
Gracias a este juego, la palabra "jugabilidad" cobr¨®, para muchos un verdadero significado: el maravilloso control sobre el personaje, esa magn¨ªfica adicci¨®n que provoca o su perfecta curva de dificultad... eso es jugabilidad, y en Mario Bros, es sencillamente PERFECTA.
Adem¨¢s ,y como ya ocurriera con la versi¨®n Deluxe de The legend of Zelda, el juego cuenta con interesantes a?adidos que aumentan considerable y favorablemente la vidilla del cartucho, a saber: ¨¢lbum de fotos, la opci¨®n Toy Box (donde podremos crear melod¨ªas, acceder a un calendario, etc.) pila para salvar partida e incluso la aparici¨®n de los conocidos por estos lares como "The lost levels" (eso s¨ª, s¨®lo para los m¨¢s h¨¢biles)