Los Mundiales de la salud mental
La aparici¨®n de nuevas estrellas contrasta con ausencias como la de Dressel y Peaty, grandes campeones que han padecido depresi¨®n despu¨¦s de los Juegos de Tokio.


Hace apenas tres semanas, en los trials estadounidenses, Caeleb Dressel, ganador de siete oros ol¨ªmpicos y 17 medallas internacionales, se quedaba fuera de los Mundiales de Fukuoka. Lejos de sus marcas y de las finales, celebr¨® su vuelta a la piscina como una victoria pese a la decepci¨®n deportiva. Pero su lucha no iba relacionada con los resultados. ¡°No me preocupa el estado f¨ªsico, pero si puedo mantener el estado mental que he tenido aqu¨ª, estar¨¦ preparado para la pr¨®xima temporada¡±, dijo el estadounidense.
Despu¨¦s de los Juegos de Tokio, donde gan¨® cinco oros pero no logr¨® los r¨¦cords mundiales que buscaba (50 y 100 libre), entr¨® en una depresi¨®n profunda. Se encerr¨® en su habitaci¨®n y no quiso salir. ¡°Fui duro conmigo mismo, me juzgaba¡±, coment¨® meses despu¨¦s, cuando intent¨® regresar y se clasific¨® para los Mundiales de Budapest. Llevaba dos oros cuando se dispon¨ªa a nadar la final de los 100 libre. No lo hizo. Cogi¨® un vuelo y se fue sin que la federaci¨®n pudiera dar m¨¢s explicaciones. Los fantasmas del pasado hab¨ªan vuelto.
La historia de Dressel es similar a la de Adam Peaty, quien desde 2014 domina los 50 y 100 braza con pu?o de hierro. Doble campe¨®n ol¨ªmpico, el brit¨¢nico posee las mejores marcas de la historia en ambas pruebas, hasta que se le encadenaron distintos problemas personales (la separaci¨®n con su mujer con la que ten¨ªa un hijo) y lesiones. Y apareci¨® la depresi¨®n. Peaty no estuvo en los pasados Mundiales ni tampoco en Fukuoka. ¡°Espero que cuando llegue a los Juegos Ol¨ªmpicos est¨¦ con muy buena mentalidad, muy agradecido y, lo m¨¢s importante, feliz¡±, proclam¨®.

El bracista, que visit¨® el CAR de Sant Cugat en medio de su preparaci¨®n, explic¨® recientemente sus problemas con el alcohol, que recuerdan a los que tuvo Michael Phelps entre los Juegos de Londres y los de R¨ªo. ¡°Estuve en una espiral autodestructiva¡±, se arranc¨® el brit¨¢nico. ¡°Tom¨¦ un descanso porque estaba en esta b¨²squeda interminable de una medalla de oro o un r¨¦cord mundial y mir¨¦ hacia el futuro y dije ¡®Est¨¢ bien, si lo logro, ?mi vida est¨¢ arreglada o ser¨¢ mejor?¡¯ No¡±, recalc¨® Peaty. ¡°As¨ª que t¨®mate el tiempo ahora para pensar realmente en qui¨¦n eres, qu¨¦ quieres de la vida y luego obtiene la medalla de oro¡±.
El propio Peaty, como Dressel, han descubierto despu¨¦s de ganar el vac¨ªo que se puede llegar a experimentar, como en su d¨ªa le pas¨® a Rafa Mu?oz, plusmarquista mundial de 50 mariposa y ganador de dos medallas mundiales. Despu¨¦s de los Mundiales de Roma, en 2009, sinti¨® esa sensaci¨®n y tambi¨¦n pas¨® por situaciones lim¨ªtrofes y autodestructivas. Peaty lo resume acertadamente: ¡°Un muy amigo m¨ªo dijo que una medalla de oro es lo m¨¢s fr¨ªo que jam¨¢s usar¨¢s. Es lo m¨¢s fr¨ªo porque crees que solucionar¨¢ todos tus problemas. No lo har¨¢¡±, valor¨® en la BBC el pasado abril.

Los casos del pasado: Thorpe, Mu?oz, Franklin y Meilutyte
La visibilidad de los problemas mentales, que puso en primera p¨¢gina mundial Simone Biles en los Juegos de Tokio, no es nada nuevo en la nataci¨®n, pero los deportistas tardan menos en reconocer sus problemas, afrontarlos y superarlos. A?os despu¨¦s, ya retirado, Ian Thorpe explic¨® su autodestrucci¨®n que le llev¨® al borde del abismo (fue ingresado por alcoholismo), mientras que otro caso reciente es el de Missy Franklin. La estadounidense gan¨® cinco medallas en los Juegos de Londres 2012. La Phelps masculina se lleg¨® a decir de ella, una nadadora total con un f¨ªsico privilegiada para marcar una ¨¦poca en la espalda, pero su mente no estuva sana despu¨¦s de sus primeros ¨¦xitos siendo una adolescente.
¡°En R¨ªo estaba en la mejor forma f¨ªsica de mi vida, hab¨ªa pasado por un gran a?o durante los entrenamientos, pero no sirvi¨® para nada porque mentalmente estaba en un lugar terrible donde me sent¨ªa inservible, no ten¨ªa el control de mis pensamientos y daba igual lo mucho que me esforzara entren¨¢ndome. Estaba desconectada¡±, record¨® en 2018, dos a?os despu¨¦s de la cita ol¨ªmpica. Ya retirada y madre, ahora reconoce ser ¡°feliz¡±.
Ruta Meilutyte es otro de los ejemplos. La lituana s¨ª estar¨¢ presente en Fukuoka y tiene opciones de medalla en los 50 y 100 braza. Con 15 a?os, sorprendi¨® a la favorita Rebeca Soni en el Centro Acu¨¢tico de Londres y se colg¨® el oro. No se lo cre¨ªa. Era historia de Lituania. Llevaba entrenando a tope desde los siete a?os, dotada de una fuerza inusual que le hace tener un ritmo superior al de sus rivales. Pero con 22 a?os lo dej¨®. Baj¨® sus tiempos, se desmotiv¨® y se deprimi¨®. Ella confes¨® que sufr¨ªa el burnout, del desgaste acumulado durante a?os de competici¨®n y que ha acabado con su carrera. ¡°Quiero disfrutar de las cosas simples¡±, dijo. Cuando se sinti¨® en paz, volvi¨®. Y en 2022 fue campeona mundial de 50 braza. Un ejemplo para Dressel y Peaty, los grandes ausentes en Fukuoka.