Rahm y Sergio VS el mundo
Tercera victoria seguida como pareja para el de Barrika y el de Borriol, pero EE UU no afloja y llega con 6 puntos de ventaja a los 12 individuales. Le vale sumar 3,5.
Si el rojo Ferrari es leyenda de la F1, el rojo Ryder norteamericano brilla con fuerza en la edici¨®n 43? que se est¨¢ disputando en Whistling Straits. EE UU llegaba dispuesto a recuperar la copa y el 'Dream Team' que capitanea Steve Striker no ha dejado los deberes para los doce partidos individuales de la jornada final. El 6-2 del arranque era un acicate envenenado seg¨²n la direcci¨®n de los contendientes. "Necesitamos jugar como EE UU lo hizo ayer", aseguraba Padraig Harrington, capit¨¢n del equipo europeo. El problema es que EE UU jug¨® a¨²n mejor. Guiados por Johnson, Thomas, Morikawa, Schauffele o Cantlay el plan perge?ado por Striker sali¨® a la perfecci¨®n. Ni el mism¨ªsimo coronel Hannibal Smith para el Equipo A lo habr¨ªa hecho mejor. Y eso que Europa cuenta con una pareja letal, una kriptonita azul que suma y suma... aunque el apoyo alrededor brilla por su ausencia.
Jon Rahm y Sergio Garc¨ªa. El l¨ªder del 'Viejo Continente' y n¨²mero uno del mundo junto al jugador que m¨¢s puntos lleva en la historia de la Ryder (28,5) y m¨¢s victorias ha sumado. Barrika y Borriol contra el mundo. Los enfervorizados, y no siempre muy respetuosos, aficionados que pueblan el espectacular campo de Wisconsin les pitan m¨¢s que a nadie. Infunden miedo y la reacci¨®n es elevar los decibelios de protesta. Pese a ir perdiendo por tres hoyos en su partido de 'foursomes' nadie les daba por derrotados. Eran la baza m¨¢s clara y no defraudaron. Remontada con momentos de carburaci¨®n de m¨¢quina perfectamente engrasada con el sello Seve-Olaz¨¢bal impreso en el coraz¨®n. Koepka y Berger empeque?ec¨ªan mientras Rahm y Sergio pasaban a ver los hoyos como la piscina del hotel. Victoria y mensaje claro: Europa deb¨ªa imbuirse del esp¨ªritu de Medinah 2012 y pensar en un nuevo milagro.
La Ryder Cup son momentos y gesti¨®n de situaciones, y el contagio lleg¨® a sus compa?eros... pero no supieron mantenerlo en el tiempo y seguir a los l¨ªderes. 3-1 en la jornada matinal para llegar 9 a 3 a los ¨²ltimos cuatro puntos por parejas. Europa estaba en la UCI y Rahm y Sergio estaban ejerciendo de conductores de ambulancia, recepcionistas, m¨¦dicos, anestesistas, cirujanos y se?oras de la limpieza del quir¨®fano.
Los fourballs vespertinos eran la ¨²ltima pastilla experimental. Harrington tir¨® de la artiller¨ªa. Mantuvo la dupla espa?ola, uni¨® a la vieja guardia con Poulter y McIlroy, a los j¨®venes con m¨¢s talento mezclando a Hovland con Fleetwood, y a dos jugadores viscerales como Lowry y Hatton. No ten¨ªa m¨¢s en el banquillo. Los rivales no se confiaron y alinearon cuatro parejas de excepci¨®n: Koepka-Spieth, Finau-English, Scheffler-DeChambeau y Johnson-Morikawa. Casi nada. Los Harlem Globettroters sin Wilt Chamberlain, que juega para Europa y lidera el ranking mundial. El birdie del hoyo 1, el del 3 y el prodigioso del 4 dejaron sin argumentos al que discuta su trono actual.
Europa peleaba por alcanzar una boya en medio del oc¨¦ano. Necesitaba sumar lo m¨¢s posible en los cuatro partidos, pero EE UU no ced¨ªa. Encuentros de alternativas, de golpes geniales, de fallos estruendosos, azul y rojo se intercambiaban... Rugidos y quejidos continuos de los fans. Y esa no pod¨ªa ser que la dupla espa?ola. Rahm sigui¨® y sigui¨® y aunque pas¨® algunos hoyos bajando un poco el pist¨®n de un acelerador que pocos pueden seguir volvi¨® a irrumpir para, de nuevo muy bien acompa?ado por Sergio, sumar otra victoria, la tercera consecutiva de la pareja en esta Ryder.
El d¨²o Lowry-Hatton hac¨ªa lo propio y Europa se enchufaba el respirador... pero Scheffler y DeChambeau daban cuenta de Hovland y Fleetwood, mientras Morikawa (que dio una lecci¨®n y fue el mejor del d¨ªa junto a Rahm y Lowry) y Dustin Johnson pon¨ªan el 11 en el marcador de EE UU. Con 3,5 puntos en la jornada final de individuales la Ryder ser¨¢ el triunfo 25 de los norteamericanos. Ni el sensacional Jon Rahm y su escudero Sergio Garc¨ªa parecen poder parar a la l¨®gica. El milagro de Medinah se quedar¨ªa corto...