Casta?o, sin indiscutido con gran pol¨¦mica ante Jermell Charlo
Jermell Charlo y Brian Casta?o hicieron nulo por decisi¨®n dividida en la unificaci¨®n completa del peso superwelter. Los jueces privaron al argentino de un triunfo merecido.
El A&T Center de San Antonio durante mucho tiempo habl¨® castellano. En esa cancha vivi¨® grandes noches de gloria Manu Gin¨®bili. Tres a?os despu¨¦s de la retirada de la leyenda argentina, otro compatriota suyo volvi¨® a brillar con luz propia. Brian Casta?o hizo todo para hacer historia y convertirse en el primer p¨²gil latino en unificar los cuatro cinturones del mismo peso. Brian maniat¨® a Jermall Charlo, quien puede ser mejor boxeador, pero no tuvo su noche. Necesitaba un milagro para salvarse y lleg¨® en forma de ayuda de los jueces. Nulo por decisi¨®n dividida: 114-113, 111-117 y 114-114. Cuando un resultado as¨ª se da, muchas veces hay lecturas contradictorias. Nadie que viese ese combate puede dar ganar a Charlo, y menos por 111-117, esa era la puntuaci¨®n que hubiese merecido el argentino a su favor. "Gan¨¦ la pelea. Espero que haya revancha", afirmaba resignado Casta?o. Debi¨® salir del ring con cuatro t¨ªtulos del superwerlter y se march¨® con el que vino, el WBO. El negocio no era que ¨¦l ganase y le privaron de su gran noche.
Desde el inicio, la pelea estuvo a dos velocidades. Casta?o sali¨® a meter ritmo y presi¨®n, un trabajo que acompa?¨® con grandes golpes al cuerpo. Lleg¨® incluso a encerrar a Charlo contra la esquina. El estadounidense, favorito en las apuestas, intentaba golpes aislados, sobre todo con el gancho de izquierda. Una contra con esa mano hizo levantarse al p¨²blico. Atin¨® y los fans (peleaba en su Estado) le intentaron aupar. Poco le dur¨®. Del tercer al noveno asalto la pelea fue para el argentino. Casta?o meti¨® ritmo y fue conectando las mejores manos. Jermell tambi¨¦n hac¨ªa su trabajo, pero nunca estuvo c¨®modo y era muy intermitente. Le faltaba continuidad, lo que s¨ª que present¨® Casta?o, quien adem¨¢s puso golpes duros y trabaj¨® a la perfecci¨®n con la izquierda por dentro.
En nueve asaltos, Charlo no hizo ning¨²n ajuste. Le quedaba encomendarse al KO y casi suena la flauta. En el d¨¦cimo, Jermell tuvo la mitad del asalto a Casta?o flotando. El argentino supo sufrir, mucho, y lleg¨® a la esquina. Estaba mal, pero no fue al suelo. Pese a ello, dos jueces dieron 10-8 para el local. Si hay una superioridad manifiesta se puede dar esa puntuaci¨®n sin que la rodilla toque el suelo, pero es extra?o que se d¨¦. Pese al mal rato, Brian Casta?o logr¨® recuperarse y sacar trabajo. A falta de un round, Charlo iba 8 asaltos a 3 abajo. Quedaba uno y el argentino acab¨® fuerte y cerrando el trabajo (un 7-4 tampoco hubiese sido descabellado). La victoria parec¨ªa clara... pero ese no era el negocio.
El business era que Charlo ganase, subiese de peso y los cuatro cinturones se quedasen vacantes. Nadie contaba con Brian Casta?o. El humilde barrendero del barrio bonaerense de Isidro Casanova dio todo para saltar la banca y dar la sorpresa. Otra vez, una injusticia may¨²scula en las cartulinas echa por tierra un gran trabajo. Qu¨¦ pena. Casta?o, que se hab¨ªa llegado a plantar en la previa por problemas en los guantes de Charlo, se hab¨ªa ganado al p¨²blico neutral en los d¨ªas anteriores a la pelea. Tras su exhibici¨®n hasta los fans de su oponente le reconocieron su labor. A estas horas deb¨ªa ser indiscutido.