De Mickelson al US Open: el idilio con Torrey Pines de Rahm
El campo donde se gan¨® el respeto del californiano y le pidi¨® matrimonio a su mujer Kelley es tambi¨¦n el que vio su primera victoria profesional y ahora le ha dado un major.


Para Tiger son Firestone o Bay Hill. Para Nicklaus lo fue Augusta y para Hogan y Snead, mucho antes, lo fueron Colonial y Bayshore. Si hablamos de Mickelson hablamos, sobre todo, de Pebble Beach. Muchos grandes campeones tienen su campo fetiche, su lugar en el mundo. El de Jon Rahm es Torrey Pines.
El idilio con este terru?o californiano de hierba poa cortado por los acantilados al norte de San Diego comenz¨® mucho antes de que el apellido Rahm se convirtiera en una marca con alcance global. Antes de que todos ubic¨¢ramos a Barrika, como a Pedre?a u Hondarribia, en el mapa. All¨ª, entre 2013 y 2016, el a?o de su transici¨®n al mundo profesional, Rahm jug¨® una serie de tres duelos contra Phil Mickelson, natural de la zona.
Phil se hab¨ªa fijado en ¨¦l en cuanto su hermano Tim le reclut¨® para el programa de golf de la Universidad Estatal de Arizona. Le llam¨® la atenci¨®n desde el principio su talento innato y su car¨¢cter indomito. Vio un ganador en ¨¦l y quiso apadrinarle, espolearle. En esas tardes Rahmbo termin¨® de ganarse su respeto y su amistad. Entre apuestas felizmente perdidas, porque cada derrota reforzaba m¨¢s al californiano en sus augurios, le cont¨® todos los secretos de un recorrido que es casi el patio trasero de su casa y le dio la hoja de ruta para llegar a lo que consigui¨® el domingo, ganan un major.
Lo cuentan Alejandro Rodr¨ªguez y David Dur¨¢n en Jon Rahm: Se?alado por los Dioses, un libro muy recomendable para conocer los entresijos de los primeros pasos del vizca¨ªno en el mundillo. Pero hay m¨¢s. En Torrey Pines lleg¨® la primera victoria de Rahm como miembro del PGA Tour. Fue en el Farmers de 2017, que gan¨® con tres golpes de ventaja sobre Charles Howell y C.T. Pan. Entonces solo jug¨® una ronda sobre el par y se mostr¨® al mundo.
El dise?o de William F. Bell tambi¨¦n fue el lugar en el que le pidi¨® matrimonio a la que hoy es su mujer y la madre de su hijo Kepa, Kelley Cahil, novia desde su etapa universitaria en Arizona. El v¨ªnculo se termin¨® de sellar a fuego el domingo, cuando Rahm recibi¨® sobre el green del 18 el trofeo de campe¨®n de US Open. Pero qued¨® patente durante toda la semana y especialmente en esa jornada final.
Rahm solo jug¨® sobre el par la tercera ronda del s¨¢bado, la ¨²nica de las cuatro en la que no pate¨® de cine. Peg¨® largo, cogi¨® muchas calles y greenes y demostr¨® conocer los trucos cuando la cosa se puso peliaguda, como ese golpe a calle en el noveno del domingo para acabar haciendo birdie cuando parec¨ªa que de ese hoyo solo pod¨ªa salir con un par.
Pero, sobre todo, sac¨® el instinto de killer que ya le hab¨ªamos visto en el Memorial del a?o pasado o en la Ryder de Par¨ªs. Ese que todav¨ªa no hab¨ªa aparecido nunca en los majors. La mirada g¨¦lida en los tees de salida, la sonrisa socarrona cuando fallaba alg¨²n golpe, el pu?o furioso al aire con los birdies al 17 y al 18 que le pusieron en la rampa de despegue hacia la gloria... nadie en su sano juicio habr¨ªa apostado en su contra con ver un solo fotograma de sus ¨²ltimos nueve hoyos el domingo. Y esa actitud que mostr¨® tiene mucho que ver con el lugar en el que se encontraba. ?l mismo lo explic¨®, o trat¨® de hacerlo: "Este sitio es como donde me cri¨¦ los veranos. Me siento con mucha confianza aqu¨ª. No s¨¦ por qu¨¦, pero siempre que vengo pasan cosas". Que no acabe nunca este idilio.