BALONMANO | FINAL DE LA CHAMPIONS LEAGUE
El Bar?a entra en la leyenda al alzar su d¨¦cima Champions
Frente al Aalborg dan¨¦s bati¨® todos los r¨¦cords: m¨¢xima diferencia de goles, y 20 victorias de 20 partidos en Europa, y 60 de 60 en total.
No dijo nada, no tuvo ning¨²n reproche para nadie, pero su lenguaje corporal le delat¨® con "ah¨ª queda eso". Eso es la Champions, la d¨¦cima para el Bar?a (la tercera para ¨¦l); eso es conseguirla con r¨¦cod en Europa, porque ning¨²n equipo ha ganado todos su partidos (20) de la temporada, que completa con los 40 en Espa?a; y eso es 13 goles de diferencia en la final (36-23), la m¨¢s holgada de la historia. La frase ap¨®crifa y no verbalizada es de Xavi Pascual, al que el presidente Joan Laporta no le quiere en el club, y se ir¨¢ a otro banquillo, a Rumania.
La final la decidi¨® la defensa azulgrana, hipermotivada, con una velocidad de piernas impensable al final de una temporada tan especial como esta. Cuando al inicio del partido Fabregas se lanz¨® en plancha para recuperar un bal¨®n imposible en el centro de la defensa, estaba mandando un mensaje que todos le entendieron: "?Chicos nos queda una hora juntos. Pues vamos!"
Perd¨ªa en aquel momento el Bar?a, 1-3, pero todo cambi¨® en un visto y no visto. La velocidad del equipo espa?ol era de v¨¦rtigo con un Luka Cindric encendido, con los ojos rojos como en aquella final que gan¨® con el Vardar en 2017. El croata era capaz de penentrar por la muralla de kilos del Aalborg, recibir tarascadas de todo tipo, y seguir para repetir y repetir.
Cuando el cuadro catal¨¢n pon¨ªa distancias, el Aalborg dan¨¦s se acord¨® de la final de diciembre, cuando el Bar?a sucumbi¨® ante el Kiel porque no supo defender el juego de siete contra seis que plante¨® Jicha, y lo copi¨®. Demasiado tarde, porque los barcelonista han tenido m¨¢s de cinco meses para entrenarse en la defensa en inferioridad. La prueba es que lograron seis goles pr¨¢cticamente directos, y tres de Gonzalo P¨¦rez, que redonde¨® su aportaci¨®n defensiva con otra ofensiva, para sumar m¨¢s goles que ning¨²n portero en una final y llevarse el t¨ªtulo honor¨ªfico de jugador m¨¢s valioso.?
Tampoco le funcion¨® al Aalborg la defensa 5-1, ni alternarla con siete en ataque porque aunque fuesen m¨¢s Janc, Mortensen, Petrus, G¨®mez, llegaban antes. Y parar a N?Guessan desatado era tan imposible que Dika Mem dej¨® sus golos para otro d¨ªa.
Es la tercera Champios de un equipo de Xavi Pascual, que dej¨® varias decisiones propias de un caballero: no convoc¨® a su hijo para que entrase Palmarsson (que no lleg¨® a jugar), acab¨® el choque con Sorhaindo en ataque, y que a tres minutos del l¨ªmite, con una docena de goles de ventaja, en un tiempo muerto les ped¨ªa a los suyos "t¨ªos, a tope, y respeto al rival como siempre hemos hecho".
Ra¨²l Entrerr¨ªos levant¨® la Copa de Europa en su despedida como capit¨¢n del Bar?a, y se abraz¨® a Sorhaindo, el segundo capit¨¢n, que deja el club. Tambi¨¦n se va Moller, que actu¨® en tres situaciones para evitar dos goles de penalti, y Palamarsson, que era participe del ¨¦xito, como Donelec, que vestir¨¢ la camiseta del Limoges. Por eso era un partido tan especial para este grupo de jugadores que nunca se ha dado un respiro, y que necesitaba ganar, la d¨¦cima, de esa manera que nadie hab¨ªa hecho antes para entrar por la puerta grande en el libro de los equipos de leyenda.