El coronavirus amenaza la viabilidad del rugby australiano
La pandemia complica la situaci¨®n financiera de la Federaci¨®n, acosada por la p¨¦rdida de patrocinadores e inter¨¦s y la devaluaci¨®n de los derechos televisivos.
A diferencia de Nueva Zelanda, su vecino oce¨¢nico, Australia nunca ha visto al rugby como su deporte nacional. Quiz¨¢ porque all¨ª el abanico es m¨¢s amplio. La isla ha producido grandes atletas en disciplinas como la nataci¨®n, el ciclismo, el tenis o el cricket e incluso buenas hornadas puntuales de jugadores de f¨²tbol y baloncesto.?
El rugby siempre ha tenido que luchar por la atenci¨®n del aficionado a¨²n cuando el pa¨ªs es una potencia global, con dos t¨ªtulos de campeones del mundo (1991 y 1999) y cuatro franquicias en el Super Rugby. Y ahora el coronavirus ha venido a agravar una situaci¨®n, la de su estatus en el panorama deportivo nacional, que ya de por s¨ª se estaba volviendo cada vez m¨¢s delicada.
Para empezar, porque ¨²ltimamente le viene comiendo la tostada un hermano a priori menor, el Rugby League, con 13 jugadores por equipo en lugar de los 15 del Union, el m¨¢s extendido. Esta modalidad, que emplea un terreno de juego de las mismas dimensiones ocupado por menos efectivos, encaja mejor con la mentalidad de las nuevas generaciones porque es m¨¢s din¨¢mica, especialmente en el aspecto que m¨¢s quebraderos de cabeza genera actualmente a los que mandan en este juego a la hora de vender su producto: las fases est¨¢ticas, mel¨¦ y touch.
Las audiencias del League han escalado a la par que ca¨ªan las del Union, arrastradas por la p¨¦rdida de competitividad de las franquicias del Super Rugby en un c¨ªrculo vicioso. A peores resultados, menor inter¨¦s y problemas a la hora de renovar los derechos televisivos. Esa negociaci¨®n es una de las encrucijadas de la Federaci¨®n Australiana este a?o y de momento los pron¨®sticos son malos. Parece dif¨ªcil que el tira y afloja con Fox pueda arrojar un acuerdo positivo en lo econ¨®mico y la tabla de salvaci¨®n, que podr¨ªa ser Amazon seg¨²n The Guardian, a¨²n no hecho su oferta.
Rebajas en los salarios
La coyuntura es complicada y los internacionales han tenido que poner de su parte. Aceptaron una rebaja en sus salarios a comienzos de a?o y recientemente llegaron a un nuevo acuerdo por el que solo volver¨¢n a cobrar las cantidades ¨ªntegras por ahora los 44 citados para la Bledisloe Cup, que este a?o comprender¨¢ una serie de cuatro partidos contra los All Blacks entre octubre y diciembre y por lo tanto una gran oportunidad para generar ingresos. El resto de jugadores con contrato federativo seguir¨¢n en un 70% de lo firmado. Los primeros ya han anunciado que donar¨ªan lo ganado a los segundos, pero seguir¨ªa sin ser suficiente para cubrir todas las fichas al completo.
Al menos as¨ª la RA (Rugby Australia) evita la fuga de talentos hacia las competiciones del hemisferio norte que podr¨ªa haberse producido de no llegar a un acuerdo con los pesos pesados de la selecci¨®n. Por ahora, porque a partir del 1 de enero de 2020 va a ser muy dif¨ªcil cuadrar los n¨²meros. A la venta a la baja de los derechos televisivos se le unir¨¢ la retirada de Qantas, el principal patrocinador de los ¨²ltimos a?os. La aerol¨ªnea australiana ha quedado muy da?ada por la crisis econ¨®mica y no puede permitirse desembolsar los cinco millones de d¨®lares que pon¨ªa cada temporada. Con la masa salarial de los Wallabies cifrada entre los 30 y los 33 millones de d¨®lares, la Federaci¨®n va a tener que hacer un dif¨ªcil encaje de bolillos. Y en su ¨¦xito puede estar la relevancia del rugby australiano en los pr¨®ximos a?os.