Susana Rodr¨ªguez atiende a sus pacientes sin olvidarse de Tokio
La campeona mundial de triatl¨®n paral¨ªmpico compagina sus labores como doctora con los entrenamientos. Es residente de ¨²ltimo a?o y est¨¢ en la asistencia telef¨®nica por el coronavirus.
Su voz es lo primero que escuchan los pacientes gallegos que solicitan informaci¨®n acerca del coronavirus. Es pausada y optimista. Razonada y firme. La doctora Gacio es tambi¨¦n Susana Rodr¨ªguez (Vigo, 4 de marzo de 1988), campeona mundial de triatl¨®n paral¨ªmpico. Ella es residente de ¨²ltimo a?o de Medicina F¨ªsica y Rehabilitaci¨®n en el Hospital de Santiago, pero su trabajo habitual de consultas externas se ha pospuesto por la pandemia. De ah¨ª que la hayan reubicado en un programa de asistencia telef¨®nica. "Evaluamos c¨®mo se encuentran y decidimos si se hace el test. La gente est¨¢ bastante informada, aunque resuelves dudas muy variopintas. Mi impresi¨®n cuando cuelgo es que la persona se queda m¨¢s tranquila", explica.
La medicina y el deporte implican una gran dedicaci¨®n. Susana, que naci¨® con una deficiencia visual grave a causa del albinismo, los compatibiliza desde siempre. Vive junto a Ana Casal (neum¨®loga) y Ana Teresa Afonso (internista) en un piso en Santiago, pero ellas ahora est¨¢n en contacto directo con la COVID-19. De ah¨ª que la triatleta haya vuelto a casa de sus padres en Vigo. Su jornada, maratoniana. "Voy y vengo en tren todos los d¨ªas (el trayecto es de una hora) porque trabajo de 08:00 a 15:00. Al llegar, entreno. Tengo una m¨¢quina de remo, una bici con rodillo y una cinta de correr. Me pego buenas palizas. Por la noche leo un poco. ?ltimamente, art¨ªculos sobre la enfermedad para saber m¨¢s del tema", resume.
Esos trayectos en tren se han convertido en una met¨¢fora de la vida en tiempos del coronavirus. "A la ida sientes incertidumbre por lo que te encontrar¨¢s (los jefes de servicio les informan al llegar) y a la vuelta, depende de las noticias que hayas tenido. El tren va casi vac¨ªo. Si somos seis, nos ponemos cada uno en un vag¨®n. Me compr¨¦ unos cascos de cancelaci¨®n de ruido y ahora los uso para ponerme m¨²sica y escapar del silencio. A?oro la estaci¨®n de Santiago llena de estudiantes y peregrinos", confiesa, preocupada por la situaci¨®n a la que se enfrenta cada d¨ªa: "Tambi¨¦n sentimos miedo, de contagiarnos y llevarnos el problema a casa". Nuestros h¨¦roes son de carne y hueso.
Mejoran las cifras. Sin embargo, la doctora nos receta cautela y responsabilidad: "Costar¨¢ mucho recuperar la normalidad y supondr¨¢ un cambio de h¨¢bitos. Espero que valoremos esas cosas peque?as que antes pas¨¢bamos por alto". La rutina ha cobrado, de pronto, un valor desconocido. "Echo de menos a mis compa?eras de piso. Me mandaron un v¨ªdeo porque estuvieron desinfectando y apareci¨® mi habitaci¨®n s¨²per ordenada. 'Est¨¢ como nunca', me dijeron", r¨ªe nost¨¢lgica.
Susana se aferra al deporte m¨¢s que nunca. Es su v¨¢lvula de escape. "Vengo con tensi¨®n y entrenar me da tranquilidad. Me ayuda. Ahora s¨®lo hay una cita fija en el calendario: Tokio. Mis metas son no engordar, mantener la fuerza muscular y conservar la capacidad aer¨®bica. Los Juegos se celebrar¨¢n cuando haya salud y se pueda circular entre los pa¨ªses. Cualquier evento de momento ser¨ªa irreal", esgrime, a la espera de hacer historia. Tiene plaza para triatl¨®n y conf¨ªa en que sea para ella la que consigui¨® en atletismo (1.500 metros). "Me gustar¨ªa poder competir en ambas disciplinas, nadie lo ha hecho", sue?a esta madridista, que viste mascarilla morada --regalo de la enfermera de cardiolog¨ªa Carmen Neiro-- y bata blanca. Porque ahora los h¨¦roes han cambiado la capa por la bata.