Espa?a cae otra vez en la orilla
La Selecci¨®n espa?ola pierde ante Hungr¨ªa en los penaltis (14-13) en una apasionante final del Europeo de Budapest despu¨¦s de un campeonato memorable.


Con todos los honores, contra la potente e hist¨®rica selecci¨®n h¨²ngara (13 veces campeona de Europa) y los 12.000 compatriotas que les animaron insistemente desde las gradas del Duna Arena, la Selecci¨®n espa?ola de waterpolo se colg¨® la plata en el Europeo de Budapest despu¨¦s de una final igualad¨ªsima y apasionante, repleta de matices y colores, en la que Espa?a demostr¨® una vez m¨¢s su capacidad mental y su alto nivel competitivo.
Para ganar oros hay primero que ganar platas, proclama el seleccionador David Mart¨ªn, y casi cambian la tonalidad del color en un campeonato en el que Espa?a no perdi¨® ni un partido, y nuevamente los penaltis, como en Barcelona 2018, le impidieron ser campeona de Europa por primera vez en su historia. Los penaltis fueron una ruleta rusa descomunal. Todos los lanzadores anotaron, menos ?lvaro Granados, el ¨²ltimo lanzador espa?ol, el joven talento y el m¨¢ximo goleador de los de Mart¨ªn en el campeonato. Plata al cuello, pero oro en el coraz¨®n para una Selecci¨®n que engancha.
Antes de los penaltis, Espa?a se hab¨ªa mostrado indestructible. Hungr¨ªa, siempre por delante menos en el primer cuarto, no pudo despegarse en el marcador ante la capacidad agon¨ªstica de la Selecci¨®n, que siempre encontr¨® recursos en ataque y que nunca baj¨® el nivel de atenci¨®n en defensa. Tan lejos en la piscina, ambos porteros, Nagy y L¨®pez Pinedo, dirimieron un duelo pugil¨ªstico sin tocarse. A los golpes, empataron.
Del gran primer cuarto a la igualadad hasta el final
La Selecci¨®n de Mart¨ªn se quit¨® de un plumazo la presi¨®n por jugar en casa de Hungr¨ªa, con hasta 12.000 personas en las gradas. Los ca?oneros Granados y Manurriz, tan j¨®venes como descarados, pusieron por delante a la Selecci¨®n en el primer cuarto (1-3). Hungr¨ªa no sab¨ªa c¨®mo perforar la meta espa?ola, pero en el segundo cuarto aparecieron sus lanzadores. Angyl, Zalanki y Varga colocaron el partido en 4-3. Espa?a se obstruy¨® en ataque. Granados hasta fall¨® un penalti y Nagy bes¨® el palo.
La tensi¨®n se apreciaba en la celebraci¨®n h¨²ngara de cada gol, una mezcla de alivio y rabia, soltando la presi¨®n de un pa¨ªs que vive el waterpolo como si fuera el f¨²tbol. La fuerza mental espa?ola, un equipo que intenta olvidarse del resultado y centrarse en cada acci¨®n, propici¨® que los espa?oles no se amedrentaran. Aparecieron dos nuevos protagonistas. Mallarach, de zurda y con un lanzamiento con bote, y Larumbe, de una preciosa vaselina, llevaron ese 6-5 en contra al ¨²ltimo acto.
El ¨²ltimo cuarto fue taquic¨¢rdico. Hungr¨ªa tuvo opciones de irse de dos goles, lo que hubiera sido definitivo. Pero Espa?a siempre aguant¨® el pulso. En ataque encontr¨® los goles de Perrone, Mallarach y Munarriz, estos dos ¨²ltimos al l¨ªmite de la posesi¨®n. Alta tensi¨®n en el Duna Arena y pulsaciones aceleradas en una final de videoteca (9-9). Incluso Mallarach recuper¨® el bal¨®n a falta de 12 segundos y tuvo la acci¨®n de la victoria, pero Nagy condujo el partido a los penaltis, la cruz espa?ola en las finales. Ya pas¨® en Roma 2009 o en Barcelona 2018. Tres platas seguidas antes de los Juegos de Tokio. Repetir metal ser¨ªa cumplir el sue?o y volver al podio ol¨ªmpico 24 a?os despu¨¦s.