El Sella, desde dentro
El espect¨¢culo que ofrece la salida del Descenso Internacional del Sella es algo que se queda en la memoria de todos los que han tenido la suerte de verlo. Las miles de personas que se instalan en las riberas del r¨ªo, el Asturias Patria Querida cantado con el tradicional desfase entre la multitud y la megafon¨ªa oficial, el sonido del ca?¨®n que da inicio a la competici¨®n, centenares de piraguas tomando el agua a la carrera¡ Es un caos armonioso. Un regalo para la vista y el alma.
La ¨²nica forma de mejorar la experiencia es vivi¨¦ndola desde dentro. Participando en el Sella. Dicen los expertos que da igual que seas veterano o primerizo, que la noche antes no se duerme del todo bien. Que por la ma?ana te despiertas con una sensaci¨®n rara en el est¨®mago. Que las cuatro o cinco horas que transcurren desde que te despiertas hasta que est¨¢s a punto de comenzar a remar discurren lentas y r¨¢pidas al mismo tiempo. Que cuando te quieres dar cuenta ya est¨¢ sonando el himno de Asturias, un cepo mantiene fija tu pala y tu vista se queda clavada en la embarcaci¨®n, que te espera a diez metros de distancia, tocando el agua. Que se te pone la piel de gallina. Que se puede escuchar el silencio. Que hay gente que llora.
Que te dicen que suena el ca?onazo, pero no lo oyes. Y que de repente comienza un movimiento fren¨¦tico, de deportistas corriendo hacia las piraguas, empuj¨¢ndolas hacia el r¨ªo o porte¨¢ndolas para ganar unos metros en la salida. Que durante unos 15 o 20 minutos bajar¨¢s el r¨ªo rodeado de embarcaciones y la probabilidad de meter la pala en el agua ser¨¢ casi la misma que la de golpear a otra piragua. Que escuchar¨¢s los gritos de los que te adelantan, indic¨¢ndote por qu¨¦ lado lo har¨¢n. Que si vuelcas, tu ¨²nica preocupaci¨®n ser¨¢ no perder la pala, ya que ser¨ªa sin¨®nimo de abandonar la carrera. Que pasado ese tramo inicial, te das cuenta de la cantidad de adrenalina que has liberado y empiezas a pensar en disfrutar de la carrera, aunque en el inicio te has divertido tanto que apenas has tenido tiempo para pensarlo. Que casi est¨¢s a mitad de camino y se te ha pasado rapid¨ªsimo.
Que cuando llegas a la meta casi no te quedan fuerzas. Y que la tarde transcurre a bordo de una nube, aunque hayas llegado de los ¨²ltimos. Un poco como los cantantes cuando se bajan del escenario, que no se pueden ir a dormir. Tal vez por eso el mejor remedio sea ir a tomar unos culines de sidra, para terminar de fundirse con el ambiente.
El Sella es una prueba que todo deportista deber¨ªa vivir (siempre con la preparaci¨®n f¨ªsica y m¨¦dica adecuada) desde dentro. Aunque luego le toque seguirla desde fuera y le invada la melancol¨ªa. Quien lo prob¨®, lo sabe.