Shane Lowry desata la locura en Irlanda: gana el British Open
El irland¨¦s, de 32 a?os, gan¨® su primer major en Royal Portrush, en Irlanda del Norte, ante las decenas de miles de aficionados locales.


En los cambios de hoyo en Royal Portrush, miles de aficionados quer¨ªan tocar o que les chocara la mano Shane Lowry. Es el nuevo h¨¦roe de Irlanda. Este amante del futbol ga¨¦lico y de la cerveza Guinness gan¨® el British Open, el primer grande de su carrera, en el links de Irlanda del Norte, ante una marabunta de p¨²blico que no ocultaba su felicidad ni cuando el tiempo se pon¨ªa m¨¢s crudo. Si el viento era huracanado y arrastraba lluvia tambi¨¦n hab¨ªa una forma de celebrar: paraguas arriba y abajo. Nada pod¨ªa estropearlo. Un irland¨¦s, en Irlanda, con la Jarra de Clarete de ganador del Open de golf, el deporte nacional. ¡°No es algo de protestantes, ni de cat¨®licos. Es algo universal¡±, dec¨ªa un aficionado. Lowry, de 32 a?os, no dio opci¨®n a nadie. Seis golpes de margen (-15).
Lowry ten¨ªa la ventaja de conocer bien el recorrido de Portrush y la explot¨® bien los tres primeros d¨ªas en los que se fue a -16, los mejores 54 hoyos de la historia del major.? Buenos hierros y putt infalible. Al tee de salida del 1 se plant¨® con cuatro golpes de ventaja sobre Tommy Fleetwood, su rival ingl¨¦s e in¨¦dito tambi¨¦n en grandes. Shane tuvo una primera prueba de fuego. Hoyo 1. Bogey y amenaza de doble que salv¨®. El mar estaba brav¨ªo y el viento entraba con much¨ªsima fuerza en el campo. As¨ª Fleetwood tambi¨¦n fall¨® con bogey en el 3. Eso dio alas a Lowry, que del 4 al 7 parti¨® lo que quedaba de vida al torneo. Tres birdies en cuatro hoyos y una ventaja insalvable¡ Mientras, los rivales se despe?aban con bolas descontroladas por Portrush.
La marabunta de aficionados de Lowry cada vez estaba m¨¢s encendida e Irlanda era cada vez m¨¢s Irlanda. Alegr¨ªa y viento racheado. El paraguas de Shane se hizo a?icos por una mala ventolera. En situaci¨®n infernal, vinieron bogeys, hasta cuatro, pero Fleetwood, que era el ¨²nico que pod¨ªa aguantarle, tampoco era capaz de domar una bola. Encontrar el equilibrio entre qu¨¦ palo escoger con certeza era imposible. ¡°?O¨¦, o¨¦, o¨¦, ¨®e!¡±, cantaba la afici¨®n irlandesa, que aclamaba a Lowry, su chico, el hijo de Brendan Lowry, un jugador hist¨®rico de f¨²tbol ga¨¦lico. En el 15 hac¨ªa birdie y quitaba todas las opciones.
En el 18, cuando ya todo estaba sentenciado y se grababa su nombre en la Jarra de Clarete, dio un magn¨ªfico approach directo al green. Levant¨® los brazos y se gener¨® una locura colectiva. Parec¨ªa una invasi¨®n de campo de f¨²tbol, gente corriendo por todas partes. Oficiales conteniendo. Y quedaba todav¨ªa un golpe m¨¢s. El de la victoria. Emboc¨®. Brutal. Shane Lowry hab¨ªa ganado el British Open m¨¢s pasional. El segundo que se hac¨ªa en Portrush, el segundo en la historia que se hac¨ªa en Irlanda del Norte tras aquella edici¨®n de 1951. 68 a?os despu¨¦s volv¨ªan a la isla. Y la fiesta del golf fue completa. El vencedor fue un irland¨¦s del sur, ganando en el norte. Shane Lowry que triunf¨® en el gran torneo que no entiende de protestantes o cat¨®licos. El golf en la isla es universal. McDowell, del norte, Harrington, del sur, le felicitaban en Casa Club.?
No pudo hacer su gran movimiento Jon Rahm, que en el primer hoyo ya vio frustrada su Misi¨®n Imposible con doble bogey. Naveg¨® y pele¨® con el campo y al final sac¨® un -3 para acabar und¨¦cimo. Su mejor clasificaci¨®n en este major que domin¨® Shane Lowry, un irland¨¦s de libro. En la fiesta de celebraci¨®n seguro que habr¨¢ mucha cerveza Guiness y whisky Bushmills.