El d赤a que Espa?a perdi車 los nervios con Hungr赤a en Corea
En los Juegos de Se迆l, en 1988, un 'biscotto' entre la selecci車n magiar y Estados Unidos dej車 fuera a una Selecci車n masculina en crecimiento.
La Selecci車n masculina de waterpolo se mide este mi谷rcoles a las 04:10 de la madrugada (hora espa?ola) a Hungr赤a, en el segundo partido de grupo del Mundial de Gwangju y el que decidir芍 la primera plaza. Espa?a, Hungr赤a y Corea del Sur guardan una historia curiosa y dram芍tica 31 a?os despu谷s. En los Juegos Ol赤mpicos de Se迆l, en 1988, la Espa?a de los Manel Estiarte, Jes迆s Roll芍n, Toto Garc赤a, Jordi Sans o Chava G車mez, entrenada por aquel entonces por Toni Esteller, estaba realizando un torneo impoluto, directa a semifinales del torneo pese a perder ante Yugoslavia en la fase de grupos por solo un tanto de diferencia.
En la 迆ltima jornada, derrotaron por tres goles a Grecia y acudieron a las gradas de la piscina ol赤mpica a ver el desarrollo del Hungr赤a-Estados Unidos. Para pasar a semifinales, algo que en aquella 谷poca hubiera sido hist車rico para Espa?a, ambos conjuntos deb赤an empatar o Hungr赤a deb赤a ganar por m芍s de dos goles. Y el encuentro, igualado en todo momento, lleg車 a falta de 15 segundos 9-9. Los espa?oles ya se ve赤an en la siguiente ronda, euf車ricos en las gradas porque no quedaba tiempo para un triunfo americano.
Pero el partido tuvo un desenlace imprevisto. A Estados Unidos, por medio de su estrella Schroeder, le sobraron hasta tres segundos para llevar el bal車n a la red magiar. Algo imposible en el waterpolo si el rival no ejerce una pasividad pasmosa. La secuencia desat車 la ira de los jugadores de Esteller, que ante aquel &biscotto* (algunos jugadores comentaron que Hungr赤a pod赤a haber pactado con Estados Unidos dejarse ganar en caso de no tener opciones en la 迆ltima posesi車n del encuentro) fueron directos, grada abajo, a recriminarle la actitud a los h迆ngaros. La delegaci車n espa?ola tuvo que frenarlos y calmarlos ante aquel esperpento.
Al d赤a siguiente, el seleccionador no se cort車. ※Estamos muy dolidos con los h迆ngaros por su actitud al final del encuentro, cuando dejaron meterse un gol que en condiciones normales nunca deb赤a haber subido. A falta de 15 segundos y en igualdad, es imposible marcar. Es incomprensible que uno de sus jugadores quedara clavado en medio de la piscina y el portero se qued車 quieto tras el lanzamiento§. Un cap赤tulo que, a la postre, demostr車 que Espa?a hab赤a aumentado el nivel a las puertas de Barcelona *92, cuando se colg車 la plata en las Picornell.