La furia del Sabadell le da una quinta Euroliga mitol¨®gica
Perd¨ªan 8-11 a falta de cinco minutos y acabaron ganando 13-11, con un penalti atajado por Laura Ester y los goles de Forca, Mati Ortiz, Neushul, Bea Ortiz y Maggi Steffens.
Despu¨¦s del 8-11, Forca marc¨® de vaselina el 9-11. Reacci¨®n r¨¢pida. Solo las espa?olas ten¨ªan fe en la remontada. Olympiakos se ve¨ªa vencedor, el reloj corr¨ªa a su favor, y David Palma en el banquillo ped¨ªa el apoyo del p¨²blico. En el siguiente ataque, Mati Ortiz, protagonista inesperada, sin un marcaje pues era la jugadora a la que dejaba lanzar Olympiakos, se sac¨® una vaselina malvada que puso el 10-11. De un plumazo, el equipo griego se vio de nuevo amenazado. Pero quedaba otra hero¨ªna por aparecer. Laura Ester detuvo un penalti que hund¨ªa definitivamente a su rival, empeque?ecido cuando, justo despu¨¦s, Neushul anotaba el 11-11. Ver para creer.
El banquillo griego era un funeral y el espa?ol una fiesta de fin de curso. Y el marcador era 11-11. La agresividad defensiva de las vallesanas convert¨ªa los ataques de Olympiakos en un duelo de j¨²niors contra profesionales, siempre vencedoras las espa?olas. Sin miedo a nada, Bea Ortiz marc¨® el 12-11 y todo se vino abajo. La guinda la puso Maggie Steffens, con el 13-11. Cinco goles en cinco minutos y ninguno en contra. Un parcial ¨²nico para un equipo de leyenda.
Antes de esa apoteosis, el encuentro no defraud¨®, como suelen hacer los duelos entre el CN Sabadell y el Olympiakos, una oda al waterpolo. Y de este mediod¨ªa en Can Llong ser¨¢ recordado para siempre. Empezaron como un cicl¨®n las griegas, con una defensa intensa y un acierto espectacular en el tiro exterior. Capitaneadas por la australiana Buckling, se pusieron r¨¢pidamente 0-2, se?al de que el partido iba a ser largo y el equipo entrenado por Pavlidis iba a vender cara su piel. Los 20 aficionados que les apoyaban desde la grada, con banderas y j¨²bilo, vivieron una fiesta en unos dos primeros parciales vibrantes.
Encogido el Sabadell en ataque, sin generar exclusiones, fue Bea Ortiz quien abri¨® la lata. Su grito fue igual de agresivo que su lanzamiento, un misil que se col¨® por la escuadra. Maica Garc¨ªa empez¨® a carburar y a mermar la defensa griega, pero el Olympiakos sigui¨® manteniendo el pulso con un ataque basado en los lanzamientos exteriores. Aparecieron Anni Espar (3-4) y la americana Neushul (5-5), pero finalmente Buckling y Bea Ortiz, las m¨¢s atinadas, llevaron el 6-6 al descanso, un resultado que se mantuvo por la parada de Laura Ester providencial a falta de cinco segundos.
Sabadell y Olympiakos demostraron su madurez, su experiencia al jugar finales. Ambos equipos aniquilaron sus virtudes, pero en esa partida de ajedrez el Olympiakos fue m¨¢s corajudo hasta que apareci¨® la c¨®lera de un Sabadell que, cuando saca todo lo que lleva dentro, cuando nada en contra de las olas, es un equipo imparable y es capaz de hacer proezas como la que le dio su quinta Euroliga.