Diez curiosidades sobre el Masters: el major m¨¢s selecto
El Masters de Augusta arranca este jueves. A continuaci¨®n repasamos datos y curiosidades del primer grande del a?o, uno muy refinado.


Estamos en la segunda semana de abril, semana de Masters, el major del calendario golf¨ªstico m¨¢s selecto. El Augusta National de Georgia, en el sureste de Estados Unidos, es el club que lo acoge desde 1934, uno conocido por sus rigurosas y curiosas costumbres. Como casi todo lo que brilla, su historia tambi¨¦n tiene partes oscuras. A continuaci¨®n repasamos datos y curiosidades, luces y sombras, del primer grande de la temporada:
Magnolia Lane
As¨ª se llama la v¨ªa de entrada a la casa club, una recta de 330 yardas (unos 300 metros) flanqueada por ¨¢rboles de magnolia que se construy¨® a finales de la d¨¦cada de 1850 y se paviment¨® en 1947. Es una de las se?as de identidad de Augusta.
La chaqueta verde, s¨ªmbolo universal
Si hay algo que simboliza mundialmente a Augusta es el color verde. De sus calles y greenes, obviamente, pero tambi¨¦n el de casi toda la parafernalia del torneo y el de las chaquetas que lucen sus socios desde 1937 y sus campeones desde 1949. Estos ¨²ltimos la tienen en propiedad durante un a?o y la devuelven en la siguiente edici¨®n. Es tradici¨®n que el ¨²ltimo ganador se la ponga al nuevo campe¨®n en la ceremonia final del torneo. Un simple trozo de tela verde en apariencia, que en realidad es mucho m¨¢s: uno de los trofeos m¨¢s distinguidos del mundo del deporte.
Nicklaus, Palmer y Tiger, reyes de Augusta
Desde que Horton Smith se alzara con el primer t¨ªtulo en 1934, nadie ha triunfado m¨¢s sobre el verde de Augusta que Jack Nicklaus, Arnold Palmer y Tiger Woods (el m¨¢s joven en hacerlo con 21 a?os, tres meses y 14 dias). El ¡®Oso Dorado¡¯ gan¨® seis veces (1963, 1965, 1966, 1972, 1975, 1986); ¡®El Rey¡¯ y ¡®El Tigre¡¯, cuatro cada uno (1958, 1960, 1962, 1964 el primero; 1997, 2001, 2002 y 2005 el segundo). Si los dos primeros son reverenciados, con placas conmemorativas en las fuentes que jalonan el recorrido, la victoria de Tiger en 1997 fue cat¨¢rtica para los afroamericanos. Nunca un golfista de color se hab¨ªa impuesto en un major y Woods fue a hacerlo precisamente en un club que, con sus matices, fue un s¨ªmbolo m¨¢s del racismo en Estados Unidos hasta hace no mucho.
Privilegiados
Augusta no es un club al que uno pueda pedir la afiliaci¨®n felizmente. Bill Gates o Emilio Bot¨ªn la solicitaron en su d¨ªa y fueron rechazados (Gates acab¨® entrando y la hija de Emilio, Ana, el ¨²nico espa?ol miembro, tambi¨¦n). Jack Nicklaus y John Harris son los dos ¨²nicos golfistas profesionales admitidos. Tambi¨¦n lo fue Arnold Palmer, fallecido en 2016. Hasta 1990 no se hizo socio a un negro: Ron Townsend, presidente de Gannett Television. La primer mujer, la en su d¨ªa secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, entr¨® en 2012. Entre los presidentes de Estados Unidos, muchos de ellos aficionados al golf, s¨®lo Dwight D. Eisenhower fue miembro.
Cena de campeones
Cada a?o, el martes de la semana del torneo (que se disputa de jueves a domingo) tiene lugar la cena de campeones y el men¨² corre a cargo del vigente ganador. A Sergio Garc¨ªa, el ¨²nico espa?ol junto a Seve Ballesteros y Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal que ha triunfado en Augusta, le toc¨® hacer de anfitri¨®n en la anterior edici¨®n. De primero sirvi¨® una ensalada internacional (configurada a base de ingredientes representativos de los pa¨ªses de varios ganadores anteriores), de segundo un arroz caldoso con bogavante y de postre la receta de pastel de tres leches de su mujer, Angela Akins; de beber, Albari?o y Ribera del Duero. Este a?o Patrick Reed ha sido menos refinado y m¨¢s norteamericano: para empezar, ensalada C¨¦sar o Wedge (nombrada como uno de los palos que utilizan los golfistas); mac ¡®n¡¯ cheese (receta tradicional estadounidense de macarrones con queso), rib eye (corte de carne tambi¨¦n t¨ªpico all¨ª), espinacas a la crema y br¨®coli con queso para seguir (los m¨¢s delicados tambi¨¦n pod¨ªan pedir pescado) y de postre un amplio surtido con creme brul¨¦e, tiramis¨², crujiente de chocolate y tarta de queso, todo regado con vinos del californiano valle de Napa.
Las flores
No s¨®lo hay verde en Augusta. El marr¨®n de los troncos de los pinos (el ¨¢rbol con m¨¢s presencia en el recorrido, aunque el m¨¢s antiguo sea un roble pegado a la casa club desde hace entre 145 y 150 a?os) y el arco¨ªris que forma la gran variedad de plantas dispersas por todo Augusta completan la gama crom¨¢tica del Masters. Se estima que unas 80.000 plantas han sido diseminadas a lo largo de la historia del club y cada uno de los 18 hoyos recibe el nombre de la especie que lo adorna.
Amen Corner, sue?o y pesadilla
Entrar en Amen Corner, los hoyos 11, 12 y 13 del Augusta National, es entrar en uno de los sacrosantos lugares del golf. Nombrado as¨ª por Herbert Warren Wind, periodista de Sports Illustrated, en honor al disco de jazz ¡®Shouting at Amen Corner¡¯, es un sue?o para el primerizo en Augusta que se puede tornar en pesadilla en cualquier momento. Arranca en el par 4 llamado ¡®White Dogwood¡¯, calle estrecha y cuesta arriba y un green protegido por un lago a la izquierda y un b¨²nker en la parte trasera. Luego viene ¡®Golden Bell¡¯, uno de los par 3 m¨¢s famosos del mundo y el hoyo m¨¢s corto del campo. A merced del viento, los jugadores tienen que sortear Rae¡¯s Creek, el arroyo que pasa enfrente del green, y los tres b¨²nkers que lo custodian. Muchos se han derretido ah¨ª antes de llegar a ¡®Azalea¡¯. Flanqueado por unas 1.600 plantas de esta especie, este par 5 que cierra Amen Corner es el origen del nombre de la hija de Sergio Garc¨ªa y una trampa con otro arroyo y cuatro b¨²nkers dificultando la llegada a green. No siempre es decisiva, pero esta endiablada sucesi¨®n de hoyos ha fabricado m¨¢s de un triunfo y m¨¢s de un fracaso.
Jones y Roberts, los visionarios
Bobby Jones y Clifford Roberts fueron los fundadores del club. Compraron una propiedad de 365 acres llamada Fruitland Nurseries por 70.000 d¨®lares y en 1931 empezaron las obras. El propio Jones y el escoc¨¦s Alistair Mackenzie dise?aron el trazado, que abri¨® en 1932 de forma limitada y en plenitud a partir de 1933.
Un estricto c¨®digo
Tampoco puede uno pasearse de cualquier forma por el Augusta National. A diferencia del resto de majors, los caddies no s¨®lo llevan un peto distintivo, sino que llevan un mono blanco y una gorra verde con el logotipo del Masters en lugar de la del patrocinador del jugador para el que trabajan. Los espectadores tambi¨¦n tienen que cumplir algunas normas, como no portar m¨®viles, c¨¢maras o sillas con reposabrazos. No se ven patrocinios en el trazado y el acuerdo con la televisi¨®n CBS es cuanto menos particular: regula aspectos de todo tipo, como que los comentaristas llamen al p¨²blico ¡®patrons¡¯ (patronos) y no espectadores o la cantidad de publicidad.
Y un rico imaginario
Augusta ha dejado frases y momentos para la posteridad. Los mejores momentos, que son muchos, pueden encontrarlos en esta recopilaci¨®n de Reuters. En cuanto a las mejores frases, Gary Player se tomaba muy en serio el protocolo de Augusta: ¡°No hay absolutamente nada gracioso en el Masters. Aqu¨ª los perros no ladran y los beb¨¦s no lloran¡±. El puertorrique?o Chi Chi Rodr¨ªguez, en cambio, lo llev¨® con m¨¢s filosof¨ªa: ¡°La primera vez que jugu¨¦ el Masters estaba tan nervioso que me beb¨ª una botella de ron antes de salir al campo. Fueron los 83 golpes m¨¢s felices de mi vida¡±. Dave Marr cre¨ªa que si no jugaba bien en el Masters ¡°no podr¨ªa ir al cielo al morir¡± y Nick Faldo lo resumi¨® con mucho tino: ¡°Esto es el Masters. Tiene la belleza, tiene el color, tiene el sonido y la brisa. Todo junto hace de este lugar uno muy especial¡±.