La FINA dejar¨¢ a los nadadores competir en pruebas privadas

Despu¨¦s de dos meses de tira y afloja, la Federaci¨®n Internacional de Nataci¨®n (FINA) permitir¨¢ que se disputen competiciones independientes siempre y cuando obtengan su consentimiento, por lo que la Liga Internacional de Nataci¨®n (ISL), creada por la empresa ucrania Energy Standard Group, podr¨¢ llevar a cabo el programa deportivo que hab¨ªa dise?ado con el apoyo de algunos nadadores y federaciones nacionales. "La funci¨®n de la FINA no es castigar a los deportistas", sintetiza el comunicado oficial.

Desde el a?o pasado se han ido sucediendo los acontecimientos que han configurado un nuevo escenario en la nataci¨®n mundial y en el calendario de competiciones, aunque ya anteriormente los nadadores hab¨ªan alzado la voz ante los escasos premios que consegu¨ªan por sus ¨¦xitos o r¨¦cords en los grandes eventos. Seg¨²n la FINA, se destinaban un 12,5% de los ingresos. Konstantin Grigorishin, propietario de Energy Standard Group y padre de la idea de crear una Liga de nataci¨®n, prometi¨® a los nadadores que destinar¨ªa a premios el 50% de los ingresos, una propuesta que cautiv¨® a referencias mundiales como Adam Peaty, Katinka Hosszu, Michael Andrew, Federica Pellegrini o Chad le Clos, entre otros, reunidos en Londres recientemente.

Durante 2018, la FINA intent¨® que ISL le pagar¨¢ una cantidad fija por organizar esa liga, pero Grigorishin lo consider¨® un abuso y se plant¨®. El 7 de diciembre empez¨® la guerra. Varios nadadores presentaron una demanda contra la FINA por violaciones de la legislaci¨®n antimonopolio. Al mismo tiempo, la ISL hizo lo mismo por infracciones monopol¨ªsticas. Estas demandas siguen adelante pese a la rectificaci¨®n de la FINA, quien en un primer momento oblig¨® a que se anulara la primera competici¨®n independiente (se deb¨ªa celebrar en Tur¨ªn el 22 de diciembre) y despu¨¦s amenaz¨® a los nadadores que infringieran sus normas a no participar en los Juegos de Tokio 2020.

La ISL gana ahora un pulso que supone la rendici¨®n de Julio Maglione, presidente de la FINA desde 2009 y de 83 a?os de edad, a quien en la ¨²ltima relecci¨®n le salpic¨® un supuesto caso de corrupci¨®n. Curiosamente, su rival fue Paolo Barelli, presidente de la Liga Europea de Nataci¨®n (LEN) y uno de los apoyos de la ISL junto a Ali Khan, un banquero y CEO del proyecto, y el grupo Wasserman Media Group, una empresa de mercadotecnia deportiva y gesti¨®n de talento con base en Los ?ngeles.

La ISL pretende crear clubes de nataci¨®n en seis regiones de Estados Unidos y en seis ciudades europeas, y que compitan entre s¨ª de agosto a diciembre. La fase final se celebrar¨ªa entre los cuatro mejores equipos de cada continente en Las Vegas el pr¨®ximo diciembre. Un proyecto que ir¨¢ cobrando forma.

Grigorishin, magnate del metal y ahora acu¨¢tico

Detr¨¢s de la Liga Internacional de Nataci¨®n se esconde Konstantin Grigorishin (Ucrania, 1965), un multimillonario con un patrimonio de 1,6 billones de d¨®lares (1.600 millones de euros), una colecci¨®n de arte valorada en 300 millones m¨¢s y una pasi¨®n inusitada por la nataci¨®n, uno de sus hobbys (acostumbra a nadar asiduamente). Grigorishin, que reside en Mosc¨², estudi¨® en el Instituto de F¨ªsica y Tecnolog¨ªa de la ciudad rusa. A principios de los 80 empez¨® a crear su fortuna gracias al traslado de metales de Ucrania a Rusia en plena decadencia de la URSS, lo que le vali¨® para asentarse entre los empresarios m¨¢s ricos del pa¨ªs.

Denunciado por evasi¨®n fiscal y tambi¨¦n por el Tribunal Supremo de Inglaterra, ha diversificado su fortuna y desde hace a?os que planea una visi¨®n m¨¢s comercial de un deporte como la nataci¨®n, bajo el paraguas de la Federaci¨®n Internacional y de las federaciones nacionales desde su existencia. Su empresa Energy Standard Group es la que se encargar¨¢ de las competiciones y de asignar los premios de la nueva Liga Internacional de Nataci¨®n. "Una cosa es el deporte profesional y otra el otro deporte m¨¢s comercial y espect¨¢culo", defendi¨® recientemente Grigorishin.