Las mujeres tambi¨¦n quieren jugar al f¨²tbol americano en Egipto
Desde 2015 se ha pasado de 0 a 8 equipos en los que compiten cerca de medio millar de jugadoras. "No pod¨ªan concebir que una mujer quisiese jugar al f¨²tbol americano".
Hace tres a?os tuvieron que aguantar que los jugadores varones les dijeran que su sitio estaba "en la cocina", pero no se rindieron y hoy las mujeres de la liga de f¨²tbol americano egipcia luchan para que las dejen vestir casco y hombreras y superar el machismo que rodea a las deportistas en Egipto.
Nour Ibrahim, una joven cairota de madre egipcia y padre estadounidense, se enamor¨® del bal¨®n ovalado y del deporte de contacto durante un intercambio estudiantil en un peque?o pueblo de Misisipi que transpiraba f¨²tbol americano por sus calles.
Cuando volvi¨® a Egipto en 2015 contact¨® con los Cairo Wolves, uno de los primeros equipos de un deporte que aterriz¨® en el pa¨ªs africano en 2008 de la mano de Ahmad Al Refaey, un egipcio que se form¨® en Estados Unidos y que volvi¨® a su tierra natal para popularizar el f¨²tbol americano.
"Su respuesta inicial fue negativa y su razonamiento sexista. No pod¨ªan concebir que una mujer quisiera jugar al f¨²tbol americano", dice a Efe Ibrahim, de 26 a?os, al recordar su primera conversaci¨®n con los Cairo Wolves.
No cej¨® en su empe?o y hoy tres a?os despu¨¦s Ibrahim ha visto c¨®mo el n¨²mero de equipos femeninos en Egipto que juegan al f¨²tbol pa?uelo (flag), una modalidad del f¨²tbol americano de menor contacto, ha pasado de cero a ocho y la cifra de jugadoras sumen medio millar.
Tras una campa?a a trav¨¦s de Facebook que tuvo "una gran repercusi¨®n" y una prueba organizada por los Cairo Wolves -"solo para callarnos", seg¨²n recuerda Ibrahim-, lograron lo que buscaban.
Una treintena de mujeres, algunas con pa?uelo en la cabeza pero dispuestas a vestir casco y hombreras se presentaron a la prueba para sorpresa de los entrenadores, que accedieron a prepararlas.
Eso s¨ª, no les permitieron jugar a la modalidad de f¨²tbol americano con contacto y placaje.
Como la mayor¨ªa de jugadoras de los Cairo Wolves, Randa Bawady salta cada fin de semana al terreno de juego blindada con el pa?uelo en la cabeza y un protector dental, la ¨²nica indumentaria que protege a las mujeres durante el encuentro.
Asegura que se siente cuestionada por la gente m¨¢s conservadora cuando explica que juega al f¨²tbol americano, pero est¨¢ convencida de que no est¨¢ haciendo nada que su religi¨®n impida.
"Es un problema mayor. No est¨¢ bien visto que las mujeres practiquemos deporte de contacto", confiesa a Efe Bawady.
Mostafa Mekky, coordinador general de los Cairo Wolves, asiste a los entrenamientos del equipo femenino y confiesa a Efe estar "preocupado por si las chicas sufren alguna lesi¨®n".
"Las mujeres son criaturas de paz, no como los hombres", asiente convencido mientras observa con atenci¨®n cada situaci¨®n de contacto que se produce a lo largo de la sesi¨®n preparatoria.
Pero a pesar del machismo que rodea a este deporte, esta versi¨®n del f¨²tbol americano femenino no ha parado de crecer en Egipto porque "crea un v¨ªnculo muy fuerte entre las mujeres" que les otorga la "confianza necesaria para jugar sin sentirse cuestionadas", explica Ibrahim.
A causa de la gran demanda de jugadoras que quer¨ªan practicar este deporte, la Federaci¨®n Egipcia de F¨²tbol Americano (FEFA) incorpor¨® este a?o una norma que establece que cualquier club que quiera participar en la liga masculina, tambi¨¦n tiene que contar con una formaci¨®n femenina.
"Cientos de chicas estaban interesadas en el f¨²tbol americano y no hab¨ªa suficientes equipos para absorber la demanda", reconoce el joven presidente de la FEFA, Amr Hebbo.
"Ellas se juntaron y lo forzaron", admite el presidente de la federaci¨®n que da cobijo a ocho clubes y mil jugadores (550 hombres y 450 mujeres) que participan en las dos ligas que organiza la FEFA: una de contacto para hombres y otra de flag para las mujeres.
Ibrahim lamenta que la federaci¨®n las sobreproteja impidiendo el contacto f¨ªsico, pero celebra que el f¨²tbol americano haya unido y "empoderado a las mujeres egipcias".
"Al principio muchas ten¨ªamos miedo, pero hemos demostrado que somos atletas de verdad", sentencia.