La magia de Amari Cooper abre la puerta de los playoffs a Dallas
Los Dallas Cowboys se convierten en m¨¢ximos favoritos para llevarse la NFC Este despu¨¦s de superar claramente a unos Redskins con el ataque en ruinas.

Esta es la historia de una tormenta de verano con ¨ªnfulas de tornado y de una casa que amenaza ruina. La tormenta era color plata y claro y en su cenit estaba coronada por una estrella solitaria. La casa apuntalada estaba pintada de grana y amarillo con un piel roja en el tejado. Y desde el principio, despu¨¦s de un kickoff inicial que fue de lo poco igualado, vimos a la tormenta zarandear la casa con todo en defensa y vivir en ataque de un abec¨¦ que m¨¢s o menos le funciona y mientras sea as¨ª no necesita tocar m¨¢s. Enfrente, al otro lado del campo, una defensa que lucha por sostener sola el edificio y un ataque con alma de ¡®sparring¡¯ y conformado, por culpa de las lesiones, por una mayor¨ªa de jugadores que no ser¨ªan titulares en casi ning¨²n otro equipo de la NFL.
Es tremendo c¨®mo se ha desmontado el ataque de estos Redskins desde que Derrius Guice, su corredor rookie, su gran esperanza, se lesion¨® en pretemporada. Y m¨¢s horrible ver c¨®mo Colt McCoy, el quarterback de circunstancias de Washington, pensaba m¨¢s en salir vivo del AT&T de Dallas que en mover un ataque que camina con muletas.
La primera de Zeke en la frente
Y as¨ª, sin esperanza, sin vida en una de las bandas, transcurrieron los primeros minutos de un partido que pareci¨® casi terminado cuando tras solo cinco minutos Ezekiel Elliott anotaba un touchdown de carrera de 16 yardas, despu¨¦s de una primera serie en que el ataque de los Cowboys, con todas sus limitaciones, burre¨® a la defensa rival en corto, en largo y en perifr¨¢stico, por tierra y aire. Parec¨ªa una diferencia inalcanzable para un McCoy que miraba con cara de cordero degollado, ve¨ªa enfrente a Jaylon Smith, Leighton Vander Esch, Randy Gregory y compa?¨ªa y se preguntaba qu¨¦ narices hac¨ªa all¨ª en vez de estar comiendo el pavo con su familia. Y por el camino lanzaba una intercepci¨®n espantosa, horrorosa, casi indecente en su segunda serie ofensiva, despu¨¦s de que en la primera saliera del campo aliviado tras un triste tres y fuera.
Por suerte para Washington, sus equipos especiales y su defensa sostuvieron el resultado a partir de entonces por alg¨²n tiempo. Y lo poco que consegu¨ªa avanzar su ofensiva era convertido en malas posiciones de campo para el ataque de Prescott y buenas para el de McCoy. Y en esas, como en un milagro, un gran bloqueo de Peterson, un gran pase de McCoy por accidente y una gran recepci¨®n de Vernon Davis se convirtieron en un touchdown de 53 yardas que igual¨® el partido 7-7. Fue una isla en medio del oc¨¦ano. Una pincelada genial en la restauraci¨®n de un Ecce Homo, pero que solo sirvi¨® para que la tormenta, complaciente en su superioridad despu¨¦s de la destrucci¨®n creada en su primer envite, despertara, recuperara fuerza y volviera a completar otro drive prometedor hasta la yarda cuatro rival que solo termin¨® en field goal porque esta defensa de Washington merece un monumento con Preston Smith presidiendo.
Washington vive de su defensa y sus equipos especiales
10-7 y todav¨ªa hubo tiempo para que McCoy intentara lanzar un par de intercepciones que por suerte para su equipo acabaron en tres y fuera y para que Prescott volviera a demostrar que a la sombra de Elliott parece algo, pero cuando tiene que conducir una serie pasadora sin tiempo da para lo que da y con reparos. Al final, todos al vestuario con un marcador que no hac¨ªa justicia a lo sucedido, pero que daba esperanza a los Redskins de sobrevivir a este duelo entre David y Goliat.
Tras la reanudaci¨®n, el ataque de Washington empez¨® igual de inoperante y el de Dallas tan Zekedependiente. La verdad es que ve¨ªa a los dos quarterbacks y daban ganas de darles el d¨ªa libre. Los que s¨ª volvieron a marcar diferencias, como en la primera mitad, fueron los equipos especiales de Washington consiguiendo maravillosas posiciones de campo para su ataque y horribles para los rivales. Y en esas, y pese a que tuvo que salir del campo lesionado Trent Williams, casi el ¨²ltimo superviviente de la OL de los Skins, una recepci¨®n de Reed por all¨ª y un pase completo de McCoy por all¨¢, Trey Quinn sali¨® de la s¨¦ptima ronda del draft y del fondo del armario de Washington para anotar un touchdown de pase de 10 yardas y adelantar a los visitantes 10-13 despu¨¦s de que Hopkins fallara el extra point.
Amari Cooper irrumpe a lo bestia
Despu¨¦s de tanta empanada, los Cowboys se decidieron a tomarse el partido en serio despu¨¦s de verse por detr¨¢s en el marcador y se encomendaron al de siempre y al nuevo. Con Elliott atraves¨¢ndose el campo por tierra y Amari Cooper apareciendo como eterno salvador de terceros downs para anotar un touchdown de pase de 40 yardas y dejar el marcador 17-13. Para completar la faena, en la siguiente posesi¨®n de Dallas Prescott conect¨® otra vez con Cooper para que el receptor convertido en tornado anotara un touchdown de 90 yardas y derribara definitivamente el edificio en ruinas de los Redskins (24-13). Quedaba m¨¢s de un cuarto para el final, pero cuando no hay de qu¨¦, no vas a encontrar por mucho que busques.
El resto del partido ya fue una fiesta de Acci¨®n de Gracias para unos Cowboys que hace menos de un mes parec¨ªan sin opciones y ahora se han convertido en los m¨¢ximos favoritos para llevarse una NFC Este devaluada. Para que el p¨²blico se mantuviera entretenido, lleg¨® un nuevo touchdown de Dallas, esta vez para Prescott de carrera, que pese a dos cuartos y medio titubeantes termin¨® firmando unos n¨²meros espectaculares (31-13). Los Redskins replicaron con una anotaci¨®n de carrera de Bibbs cuando la defensa de Dallas ya se estaba relajando (31-20) y un field goal in extremis de Hopkins (31-23), pero a esas alturas el reloj ya estaba en la basura.
Tras la derrota, los Redskins no parecen tener margen de maniobra para arreglar un ataque que tiene tantos parches que, simplemente, ha desaparecido. Todo apunta a que su final de temporada se convertir¨¢ en un via crucis largu¨ªsimo y sin esperanza. Una vez m¨¢s, el equipo capitalino empez¨® la temporada tocando el cielo y la terminar¨¢ ardiendo en el infierno... y sin quarterback para el futuro.