La culpa de los que pasa en los Giants va a ser de Odell Beckham
Cada vez se entiende menos la planificaci¨®n en la agencia libre y en el draft de unos New York Giants que no pueden permitirse el lujo de tirar por la borda una temporada completa.
Hace dos a?os los Giants renovaron a Eli Manning con un contrato de cuatro a?os y 84 millones de d¨®lares, con 31 de ellos recibidos al firmar y 67 garantizados. Este a?o, en concreto, Eli recibir¨¢ 16 millones de d¨®lares. Redondeando, un mill¨®n de euros por partido. No hay manera de monetizar cada jugada, pero si dividimos ese mill¨®n entre los 43 pases que lanz¨® el jueves pasado, incluidos los incompletos y la intercepci¨®n, cada uno le cost¨® al equipo 23.255,8 d¨®lares. Bastante m¨¢s que el sueldo bruto de un mileurista espa?ol en un a?o en cada jugada.
En realidad, Eli no tiene culpa de nada de lo que est¨¢ pasando en los Giants. A ¨¦l le pagan y ¨¦l va a trabajar. Como un clavo. No falla ni un d¨ªa por mucho que t¨² o yo, con tantos cardenales en el cuerpo y tantos dolores, no dudar¨ªamos en pedir una baja inmediata, o una excedencia remunerada. Y adem¨¢s estoy seguro de que se deja el alma en cada partido, en cada jugada. No puedo negar que Eli sea un currante si se puede definir as¨ª a un jugador de la NFL. Otra cosa es que hoy sea un paquet¨®n.
En realidad esto no va de Eli Manning. Ni siquiera de si se merece o no alg¨²n respeto por lo que hace o por lo que hizo. En la vida real el respeto no le importa a nadie. Porque la realidad es que en esta jungla casi nadie respeta a nadie si no es porque le interesa. El aut¨¦ntico respeto se demuestra con dinero. Las palmaditas del jefe en la espalda son la forma m¨¢s barata de contentar a un pardillo y la m¨¢s r¨¢pida de disgustar a un veterano. Y no hablo de deporte. Hablo de la vida.
As¨ª que aqu¨ª solo hay un tipo que ha demostrado respeto por Eli. Se llama John Mara y le paga una pasta. No solo se la paga, tambi¨¦n le sigue defendiendo con u?as y dientes: ¡°Todav¨ªa creemos en ¨¦l, pero todo el mundo tiene que hacer su trabajo para que tengamos ¨¦xito, y eso no est¨¢ sucediendo ahora. S¨¦ que ¨¦l es que el que se est¨¢ llevando todas las cr¨ªticas, pero muchos jugadores tienen que hacerlo mejor cuando vas 1-5¡±.
Por si alguien ten¨ªa dudas, Mara no tuvo inconveniente en concretar a¨²n m¨¢s: ¡°preferir¨ªa que Odell Beckham jugara un poco m¨¢s y hablara un poco menos¡±. Cuidado, que nadie piense que John Mara no respeta al receptor. Al contrario. No hace muchas fechas firm¨® con ¨¦l un contrato de 90 millones de d¨®lares en cinco a?os con 20 al firmar y 65 garantizados. Eso es respeto y lo dem¨¢s mentira por mucho que este asunto empiece a oler a traspaso que apesta.
Lo que no va a hacer nunca John Mara es decir en p¨²blico que se equivoc¨® al firmarle la ¨²ltima renovaci¨®n a Eli. Por mucho que sepa que es verdad. Por mucho que todo el universo de la NFL lo dijera en su momento. Est¨¢ por llegar la primera vez que un multimillonario confiesa un error en p¨²blico si no cree que puede sacar algo por hacerlo. Y eso no va a cambiar ahora, y menos en la familia Mara.
El problema, lo que de verdad resulta inexplicable, es que una vez asumido que para bien o para mal ten¨ªan que cargar con Eli si quer¨ªan conseguir al mejor corredor del universo musical los Giants sean el equipo que menos jugadas de carrera ha intentado de toda la NFL. ?De toda! Eligen a Saquon Barkley con el pick dos global del draft y no le dejan correr. Por el camino, la l¨ªnea ofensiva es un horror. John Greco como sustituto de Halapio, Patrick Omameh (?de verdad es mejor que John Jerry?) y Chad Wheeler son un espanto. Ereck Flowers ha sido cortado, el novato Will Hernandez ha sido absorbido por una tormenta perfecta y Nate Solder ha confirmado lo que muchos nos tem¨ªamos, en el sistema de New England aguantaba el tipo, pero en una l¨ªnea en la que deb¨ªa convertirse en l¨ªder parece un se?or mayor, lento y sin ninguna consistencia.
Y eso que Dave Gettleman, nuevo General manager, dijo nada m¨¢s llegar al equipo que empezar¨ªa a reconstruir desde la l¨ªnea ofensiva, que Pat Shurmur, el head coach, jug¨® de center en Michigan State, as¨ª que deber¨ªa conocer a fondo el asunto, y que Hal Hunter, el entrenador de l¨ªnea ofensiva, se hab¨ªa tomado el a?o pasado sab¨¢tico para aprender m¨¢s. No parece haberle cundido demasiado.
Viendo la situaci¨®n de ruina pr¨®xima al derribo en que se encuentra esa l¨ªnea ofensiva, aun entiendo menos que Shurmur siga usando a Barkley como chico para todo en vez de dejarle correr. Asumo que a Shurmur siempre le ha tirado m¨¢s el pase que la carrera, pero su forma de planificar los partidos parece m¨¢s enfocada a magnificar los problemas de su equipo que en esconderlos. Con Barkley corriendo m¨¢s, las defensas dejar¨ªan de entrar a por Eli como Pedro por su casa, los Giants no llevar¨ªan la friolera de 20 sacks y 40 golpes a su quarterback en seis partidos y, probablemente, Eli tendr¨ªa m¨¢s tiempo para lanzar.
?Cuidado!, aqu¨ª no estoy entrando en la capacidad actual de Eli para desarrollar un juego de pase m¨¢s o menos competente (que personalmente me parece nula), sino en las zancadillas que le est¨¢ poniendo el staff t¨¦cnico para que parezca a¨²n m¨¢s incompetente.
Dave Gettleman y Pat Shurmur se han vuelto locos nada m¨¢s aterrizar en Nueva York o simplemente est¨¢n haciendo todo lo posible para que John Mara deje de proteger a Eli Manning, tener carta blanca para librarse de ¨¦l y, por el camino, sacar una morterada de rondas del draft tambi¨¦n por Odell Beckham y rehacer todo el ataque en el pr¨®ximo draft. Para empezar, las ¨²ltimas declaraciones de Mara no deber¨ªan tranquilizar a Eli, sino m¨¢s bien aterrorizarle, porque en deporte no hay nada m¨¢s peligroso que tu jefe d¨¢ndote palmaditas en p¨²blico.
Sinceramente, me gustar¨ªa que si hay otra explicaci¨®n, que seguro, alg¨²n seguidor de los Giants me la contara. Que cada vez que escucho que Shurmur no usa a Barkley como corredor porque da esta temporada por perdida y no quiere quemarle se me abren las carnes.
Los New York Giants son la franquicia m¨¢s noble y con sangre m¨¢s azul de toda la NFL. No puede rebajarse a regalar una temporada completa.