Dillashaw repite con Garbrandt; Cejudo corta la racha de Johnson

Cuando dos pegadores con inquinas personales se encierran en el mismo oct¨¢gono la ecuaci¨®n parece clara: final antes del l¨ªmite. T.J. Dillashaw lo cumpli¨® de nuevo ante Cody Garbrandt para as¨ª retener su cintur¨®n del peso gallo en el UFC 227. Esta vez tard¨® menos, ni siquiera un asalto para levantar de nuevo su cintur¨®n. Se midieron dos minutos y medio y cruzaron manos desde ese momento. La certeza y la potencia estuvo del lado del campe¨®n, que dej¨® de nuevo al excampe¨®n sin t¨ªtulo. Dillashaw ratifica su reinado, Garbrandt debe empezar de nuevo la carrera al cintur¨®n.

Hab¨ªa respeto en ambos c¨®rners. Por ello, ninguno quiso arriesgar en la primera mitad del asalto. Dillashaw y Garbrandt entraban y sal¨ªan con cuidado. La primera mano la conect¨® Garbrant, pero el campe¨®n la asimil¨® bien y el aspirante no se confi¨®. Tras esa lleg¨® otra, un poco m¨¢s contundente. Dillashaw recul¨® y ah¨ª Garbrandt repiti¨® errores del pasado. Se fue a cruzar y recibi¨® una contra dura. Resisiti¨®, porque en eso s¨ª ha mejorado. Supo como frenar el vendaval que le vino encima.

Pese a todo estaba tocado, y de nuevo volvi¨® a fallar. Pens¨® que su mano ser¨ªa m¨¢s r¨¢pida y no fue as¨ª. Dillashaw y Garbrandt sacaron a la vez el crochet de derecha. Lleg¨® con m¨¢s fuerza el del campe¨®n y el aspirante se fue al suelo. De nuevo ten¨ªa encima el cicl¨®n, lo intent¨® frenar, pero esta vez fue arrastrado. Quedaban 46 segundos para que terminase el primer asalto y el ¨¢rbitro deten¨ªa la pelea. T.J. Dillashaw se confirma como la kryptonita de Garbrandt.

Cejudo quiebra la hist¨®rica racha de Johnson

Henry Cejudo sorprendi¨® en Los ?ngeles. Nadie contaba con ¨¦l para detronar a Demetrious Johnson, de hecho el campe¨®n del peso mosca pensaba m¨¢s en el futuro que en el presente... algo que pronto le hizo recordar Cejudo. El aspirante fue un incordio para el campe¨®n. Primero a la contra, despu¨¦s haci¨¦ndole fallar infinidad de golpes y por ¨²ltimo dominando en el suelo. Cejudo hizo un estudio minucioso del campe¨®n, le atac¨® en los pocos errores que tuvo y fren¨® su racha de defensas consecutivas en once. La m¨¢xima en la categor¨ªa. Ahora Johnson debe replantearse el futuro. El camino a una trilog¨ªa parece claro.

Johnson sali¨® a mandar y despejar cualquier duda que pudiese existir sobre su lesi¨®n. Entraba y sal¨ªa de la distancia, percut¨ªa y se iba. Cejudo esperaba a la contra, s¨®lo conect¨® una al final del primer asalto, pero fue un aviso al campe¨®n: no iba a regalar nada. Desde ese momento Johnson minimiz¨® riesgos y el combate se volvi¨® en el de dos estrategas. Ninguno fallaba sin que el otro lo aprovechase, pero poco a poco el aspirante fue decantando la balanza para su lado.

Lo hizo con valent¨ªa. Tir¨¢ndose a por Johnson, poni¨¦ndole la espalda en el suelo y anul¨¢ndole. Eso ejecut¨® en el cuarto asalto para igualar la contienda. El primero y el tercero hab¨ªa sido para Johnson, segundo y cuarto para Cejudo. Quedaba uno y de nuevo la mayor certeza del aspirante fue clave. Cada vez que en la guardia del campe¨®n hab¨ªa una m¨ªnima grieta el la aprovechaba de manera veloz. Johnson lo intent¨®, pero Cejudo estaba excelso. Tras la decisi¨®n Johnson ni se lament¨®, s¨®lo pudo aplaudir la exhibici¨®n de su rival. Fue un combate inmenso, ninguno estuvo mal... pero uno s¨ª luci¨® impoluto. En la cabeza del ya excampe¨®n rondar¨ªan las c¨¢balas que ten¨ªa para el futuro. Todas se rompieron, su siguiente objetivo ser¨¢ recuperar su trono.

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