Rosen y Kirk, de colegas adolescentes a los Cardinals
El quarterback y el receptor se hicieron amigos en 2014, cuando a¨²n iban al instituto, y llevan queriendo jugar juntos media vida. Lo har¨¢n en Arizona.
No hay muchas historias de chavales que se conocen en ¨¦poca de instituto y acaban jugando como profesionales juntos. ?C¨®mo? ?Que s¨ª que hay bastantes? Bueno, vale, pues una m¨¢s. C¨®mo os pon¨¦is.
Josh Rosen tiene sobre sus hombros la responsabilidad de ser el quarterback franquicia de futuro de los Arizona Cardinals. Viene con el contrato cuando tu equipo sube desde el puesto #15 del draft al #10 para elegirte. No hay debate. Se espera de ti que te conviertas en el mes¨ªas del grupo y con ese baremo se te va a medir.
El d¨ªa que eso sucedi¨®, sin embargo, no fue un d¨ªa feliz para Rosen. Tras un proceso pre-draft en el que se habl¨® una enormidad de que era un ni?o rico, que no ten¨ªa fuego competitivo, que le importaban m¨¢s muchas otras cosas antes que el football, que, ojo, era demasiado inteligente, fue cayendo desde la posibilidad de ser el #1 del draft hasta ser el cuarto quarterback elegido de la noche por detr¨¢s de Baker Mayfield, Sam Darnold y Josh Allen. Si nos guiamos por lo que hemos visto en la NCAA, en UCLA donde jug¨®, esto tiene poco sentido pero, eh, el tiempo dar¨¢ y quitar¨¢ razones, que nadie sabe realmente nada sobre el futuro de estos chavales.
Tampoco fue un proceso especialmente feliz para Christian Kirk, de la universidad de Texas A&M. Considerado uno de los mejores receptores de la clase vio como cuatro compa?eros de posici¨®n, D.J. Moore, Calvin Ridley, Courtland Sutton y Dante Pettis eran elegidos antes que ¨¦l y ca¨ªa al puesto #47, en la segunda ronda. Nada mal, ojo, como tampoco es malo ser el #10. Simple y llanamente gente con un ego y una competitividad tan enorme siempre quiere algo mejor. Siempre se consideran superiores y juran que el resto de equipos pagar¨¢n por haberse olvidado de ellos.
El caso es que tal devenir de los acontecimientos junto a Josh Rosen y Christian Kirk en los Arizona Cardinals y en el primer campo de entrenamiento de rookies, que tuvo lugar la semana pasada ambos compartieron habitaci¨®n. El primer pase que dio el quarterback en el campo, nada importante, un inocente ejercicio sobre el c¨¦sped de entrenamiento, pero significativo porque fue su bautismo de fuego como profesional, se lo dio a Kirk.
Ambos chavales son amigos desde el a?o 2014. Entonces eran dos promesas de 17 a?os que a¨²n estaban el instituto. La empresa Nike organiza cada a?o un campus para los mejores jugadores de football de instituto en Estados Unidos, y los dos fueron invitados a ir a Los Angeles por este motivo. Desde el primer momento se hicieron amigos y la foto que encabeza este art¨ªculo es una prueba de aquello.
Rosen ya se hab¨ªa comprometido para hacer su carrera universitaria en UCLA, algo l¨®gico dado que naci¨® en Manhattan Beach, en el sur de Los Angeles, y trat¨® de convencer a Kirk para que se fuera con ¨¦l. El receptor se lo pens¨® hasta el ¨²ltimo momento pero acab¨® aceptando la beca que le puso encima de la mesa Texas A&M. Ah¨ª pensaron que acababan sus oportunidades de jugar juntos.
Pero el destino les ten¨ªa preparada la sorpresa de juntarles en su inicio de carrera profesional. Steve Wilks, su nuevo entrenador, planea hacer a Christian Kirk titular desde el inicio de la temporada mientras que Josh Rosen tendr¨¢ que esperar detr¨¢s de Sam Bradford. No obstante, seguro que en la franquicia tienen en mente un futuro en que dos chavales que se hicieron amigos en el instituto acaben siendo una pieza fundamental del ¨¦xito del equipo en los pr¨®ximos a?os.