ATLETISMO | DIAMOND LEAGUE EN SHANGHAI
Taylor, el hombre que hace compatible el triple y los ?400!
El estadounidense es el mejor del mundo en los ¨²ltimos a?os en el salto, pero tambi¨¦n est¨¢ acreditado en 45.17 en la vuelta a la pista.
El estadounidense Christian Taylor, el mejor triplista de los ¨²ltimos tiempos y candidato a batir el r¨¦cord del mundo del brit¨¢nico Jonathan Edwards, compite este s¨¢bado en la Diamond League de Shanghai en¡ 400 metros.
Algo sorprendente, desde luego. Pero hay que tener en cuenta que el norteamericano, que ostenta una marca de 18,21 en el salto, est¨¢ acreditado en 45.17 en la vuelta a la pista y que este a?o ha corrido ya en 45.44. Se ve que ambas pruebas no son incompatibles, pero, desde luego, no es com¨²n que alguien sea capaz de brillar en las dos especialidades.
Rastreando la historia se puede encontrar alg¨²n atleta que brill¨® en pruebas tan diferentes, pero hay que remontarse casi a la noche de los tiempos, cuando alguien con una muy buena condici¨®n f¨ªsica en general pod¨ªa brillar en especialidades muy diferentes y, aparentemente, antag¨®nicas.
Por ejemplo, el estadounidense Robert Garrett, miembro de la clase alta estadounidense. Su padre era due?o de una compa?¨ªa de ferrocarriles y de bancos, estudi¨® en la elitista Universidad de Princeton (de all¨ª han salido 107 deportistas ol¨ªmpicos) y en los Juegos de Atenas 1896 gan¨® el oro en peso y disco y la plata en longitud y altura. Mayor disparidad no se puede imaginar.
?Se podr¨ªa esperar que Manuel Mart¨ªnez, por ejemplo, fuese el mejor del mundo en lanzamiento de peso (lo fue, en pista cubierta) y, al mismo tiempo, saltar m¨¢s de los 2,34 que tiene como r¨¦cord espa?ol de altura Arturo Ortiz. O al rev¨¦s. Ni siquiera es de ciencia ficci¨®n. Cierto que en los tiempos de Robert Garrett todo era muy diferente.
Tanto que, estudioso como era, encarg¨® a un grupo de historiadores que averiguaran c¨®mo era el disco con el que lanzaban los griegos cl¨¢sicos, y ¨¦stos le dijeron que pesaba unos catorce kilos. Al llegar a Atenas (la peripecia del viaje merece otro cap¨ªtulo) se encontr¨® con que el artefacto apenas superaba los dos kilos, con lo que todo su entrenamiento hab¨ªa sido err¨®neo. Pero se adapt¨® y fue campe¨®n.
En los tiempos modernos viene a la memoria el caso de la rusa Irina Privalova, una mujer acreditada en 10.77 en 100 metros, 21.87 en 200, 49.89 en 400 y que fue campeona ol¨ªmpica en Sydney 2000¡ en 400 metros vallas, especialidad en la que consigui¨® una marca personal de 53.02. En la velocidad lisa logr¨® tambi¨¦n medallas ol¨ªmpicas, mundiales y pista cubierta. Pero nada semejante a los dos anteriores.?
Un caso similar al de Christian Taylor es imposible de encontrar.