???Que les corten la Cabeza!!!: la NFL y su pa¨ªs de maravillas
La NFL proh¨ªbe el uso del casco para golpear en cualquier jugada y por el camino hace saltar por los aires todas las leyes de la f¨ªsica y la anotom¨ªa humana.


La NFL ha topado con un problema f¨ªsico, anat¨®mico, instintivo e incluso ergon¨®mico y chiripitifl¨¢utico. Que por mucho que se empe?en los propietarios, Roger Goodell o hasta el sursum corda, la cabeza est¨¢ encima de los hombros. Y si no es as¨ª, malo.
Cuando t¨² o yo vamos a caer, levantamos las manos para amortiguar el golpe, y encogemos los hombros, y adelantamos la frente, nos encogemos, cerramos los ojos,¡ Una sucesi¨®n de actos instintivos dirigidos a reducir al m¨ªnimo el impacto. No soy m¨¦dico, y desconozco la ciencia que hay detr¨¢s, pero s¨¦ que cuando te caes de la bici, o patinando, tiendes a intentar caer sobre un hombro y rodar. El cuerpo es sabio aunque las clav¨ªculas muchas veces no consigan aguantar el impacto. Bien pensado, mejor es una clav¨ªcula que la crisma.
Cuando es una cuesti¨®n de reflejos
En los jugadores de football, y en los practicantes de cualquier deporte de contacto, ese tipo de instintos se multiplican por el uso de protecciones. En cuanto el cuerpo se acostumbra a recibir el impacto en una parte que duele menos, los reflejos nos llevan a repetir ese movimiento hasta que queda perfectamente automatizado. He descubierto un ejemplo de eso en el patinaje. En un principio, la tendencia natural hace que nos caigamos hacia atr¨¢s, con lo que el golpe es morrocotudo. Pero si tenemos un buen profesor nos ense?ar¨¢ casi desde el principio c¨®mo caer hacia adelante. A los pocos meses, sin saber c¨®mo, el cuerpo har¨¢ todo lo posible para rectificar y evitar una ca¨ªda de espaldas.
La mec¨¢nica de un corredor
Por eso, por todo lo anterior, los running backs corren con la cabeza encogida y adelantada. Sobre todo porque es el ¨²nico camino para lograr la supervivencia. Y me sorprende que los propietarios no sepan eso, o no se hayan asesorado por un especialista en anatom¨ªa. Un running back de la NFL necesita correr con el centro de gravedad muy bajo. Va a tener que fluir entre una mel¨¦ de jugadores que intentan agarrarle y golpearle y, como Bruce Lee en sus mejores pel¨ªculas, necesitar¨¢ aprovechar todas esas inercias para colarse por un resquicio casi invisible.
Pretender que un corredor consiga avanzar con una carrera interior sin que su casco impacte en alg¨²n rival es f¨ªsicamente imposible. Ut¨®pico. Y si quiere intentarlo deber¨¢ erguirse y correr con el cuello estirado, con lo que perder¨¢ velocidad, inercia, capacidad de absorber los golpes y de rodar sobre s¨ª mismo, movilidad en las piernas¡ Vuelvo al ejemplo del patinaje: intentar hacer un giro brusco sin flexionar mucho las rodillas y girar los hombros es imposible. La fuerza centr¨ªfuga te har¨ªa salir despedido, pero girar los hombros sin adelantar la cabeza para acompa?ar el movimiento tambi¨¦n es imposible.
El momento del impacto
Por fin, llega el momento del impacto. Ese instante en el que un linebacker, o un tackle, aparecen delante de ti como una mole inabarcable que va a pararte en seco sin que puedas remediarlo. Cuando un ser humano se prepara para la colisi¨®n, lleve o no lleve casco, la frente ser¨¢ inevitablemente el punto m¨¢s adelantado del cuerpo. Y m¨¢s si los brazos est¨¢n ocupados en proteger el bal¨®n. Lamentablemente, el defensa tiene la cabeza a esa misma altura y tambi¨¦n prepara el cuerpo para el impacto agach¨¢ndose. El porcentaje de posibilidades de que el golpe sea casco contra casco el alt¨ªsimo, y m¨¢s con el volumen de los cascos actuales. Si en el ¨²ltimo momento se intenta girar el cuello para evitar la penalizaci¨®n, hay un 50% de posibilidades que el contrario lo gire hacia el mismo lado que t¨²; y tambi¨¦n un alto porcentaje de que ese ¨²ltimo movimiento antinatural sea la causa de lesiones m¨¢s graves.
Sin olvidar que si un defensor intenta frenar a un corredor alargando un brazo lo m¨¢s probable es que acabe con ¨¦l dislocado. Necesitar¨¢ ayudarse del cuerpo donde, irremediablemente, est¨¢ la cabeza. ?Booom! Todos los caminos llevan al casco.
La NFL en el Pa¨ªs de las Maravillas
Por tanto, visto lo visto, y ante la decisi¨®n de los propietarios de que todos los impactos con el casco sean penalizados, solo se me ocurre una soluci¨®n: que le corten la cabeza a todos los jugadores. Que Goodell se vista de reina de corazones, convierta la NFL en el Pa¨ªs de las Maravillas, y todos los que firmen un contrato profesional pasen de inmediato por las oficinas de Nueva York para recibir un corte de pelo apurado hasta m¨¢s o menos la nuez. Que muerto el perro, se acab¨® la rabia. Y por el camino quedar¨¢n guillotinadas las conmociones cerebrales e incluso las secuelas. Visto lo visto, y para lo que usan la cabeza algunos, tampoco es que la p¨¦rdida sea tan grave.
El emparrillado quedar¨¢ convertido en un corral lleno de pollos sin cabeza que correr¨¢n de un lado a otro sin sentido, mientras los propietarios, satisfechos, contemplar¨¢n su obra desde sus palcos de lujo en los que no falta de nada.
No, no es una broma. Es una pena. Y grande. La NFL es cada vez menos NFL y m¨¢s un carnaval que cuanto m¨¢s toca el reglamento m¨¢s lo estropea. Porque ya puestos, en la simplificaci¨®n de lo que es una recepci¨®n han dejado sin concretar justo el punto m¨¢s pol¨¦mico: ?Cu¨¢ndo tiene el receptor control del bal¨®n? Justo en esa cuesti¨®n, la verdaderamente importante, ni se han molestado en entrar. Inexplicable.
Y que Dios les coja confesados. Sobre todo a los running backs.