Nadia Comaneci, un icono deportivo con vida de pel¨ªcula
En los Juegos Ol¨ªmpicos de Monmtreal logr¨® el primer 10 de la historia. Su azaroso historial pasa por su fuga de Rumania y el triunfo empresarial
Es m¨¢s que probable que la vida y milagros de Nadia Comaneci (56 a?os) acaben siendo retratados por los productores de Hollywood para la pantalla grande; cortometrajes acerca de ella ya se han hecho varios. Porque Nadia es m¨¢s que una deportista, es un icono de la gimnasia, y una hero¨ªna en Ruman¨ªa a quien quiso utilizar para su r¨¦gimen el dictador Ceacescu, que intent¨® casarla con unos de sus hijos. Nadia no sigui¨® los planes que hab¨ªan preparado para ella.
Deportivamente Nadia est¨¢ vinculada a Bela Karolyi, el entrenador de las campeonas ol¨ªmpicas, tanto rumanas como estadounidenses, aunque cuando coincidieron en Estados Unidos nunca parecieron tener una relaci¨®n tan estrecha. El caso es que con 14 a?os camino de los quince Nadia consum¨® un hito en la gimnasia, el primer 10 de la historia y en los Juegos Ol¨ªmpicos en las asim¨¦tricas. Cambi¨® la gimnasia el d¨ªa que las jueces vieron en directo la perfecci¨®n. En total, se retir¨® con nueve medallas ol¨ªmpicas, cinco de oro, tres t¨ªtulos europeos, y una excelente suma de oros en mundiales.
Luego, una vida exclusiva en Ruman¨ªa, la imagen del r¨¦gimen comunista de la que huy¨® cruzando escondida por Europa, ofreciendo su cuerpo a m¨¢s de uno que le ayud¨® en aquella fuga, como los primeros d¨ªas en Florida, donde ella reconoce que admiti¨® los abusos como parte del pago a la libertad en aquellos d¨ªas que pasaba en la habitaci¨®n de un motel bebiendo sodas, comiendo palomitas de ma¨ªz y viendo pel¨ªculas de televisi¨®n.
Fue una ¨¦poca s¨®rdida, de la que sali¨® por su amor propio, y porque su nombre era de sobra reconocido en Estados Unidos, protagonizando anuncios de gimnasia, de ropa interior, de todo, pero encontrando salida y soluciones. Casada con Bart Conner, gimnasta ol¨ªmpico de Estados Unidos, y pol¨ªticamente reconocida como una de las mujeres m¨¢s influyentes del mundo, ahora tiene negocios y trabaja para fundaciones filantr¨®picas manteniendo a¨²n un ritmo de vida a mil por hora, como siempre.