La sorpresa y la decepci¨®n en la Ronda Divisional de la NFL

La sorpresa

Debe ser dif¨ªcil ser seguidor de los deportes en una ciudad como Atlanta, en donde nadie espera nunca nada de ellos y aun as¨ª encuentran la manera de sorprendernos. Los Falcons lo volvieron a hacer.

El campe¨®n defensor de la NFC se muri¨® de nada. Y nada m¨¢s y nada menos que ante Nick Foles y unos Eagles que no hicieron de m¨¢s por arruinar los pron¨®sticos.

Cuando se gana la batalla de los intercambios de bal¨®n y se capitaliza ese triunfo con puntos, simplemente no hay excusas para perder un juego, mucho menos en playoffs, pero fue exactamente lo que hicieron los Falcons, quienes estuvieron carentes de ejecuci¨®n durante todo el encuentro.

La cereza en el pastel fueron no uno, sino los dos pases que se le escurrieron entre las manos a Julio Jones, uno de los mejores receptores de la NFL, en las diagonales durante la ofensiva que pudo significar el triunfo de los Falcons. Cuando eso sucede, es una sorpresa incluso trat¨¢ndose de Atlanta.

Pero la realidad es que los Falcons perdieron el juego mucho antes de eso. Cuando una f¨¢cil intercepci¨®n a finales de la primera mitad se convirti¨® en una recepci¨®n de 20 yardas de Torrey Smith, y que a la postre se convirti¨® en un largu¨ªsimo gol de campo de 53 yardas de Jake Elliott.

Una ofensiva que cuenta con Matt Ryan, Julio Jones y Devonta Freeman (10 acarreos para siete yardas), simplemente no puede quedarse en 10 puntos, todos producto de intercambios de bal¨®n y campos cortos que recorrer. Sin embargo, la versi¨®n 2017 de los Falcons lleg¨® el s¨¢bado a su tercer juego con 10 puntos o menos en el que fue su ¨²ltimo partido de la temporada.

La decepci¨®n

Ninguna persona con pulso que haya visto el duelo de Saints-Vikings sin tener una predilecci¨®n podr¨ªa sentirse decepcionada. Pero la realidad es que ese final dram¨¢tico, el primer touchdown para ganar un partido de playoffs en la ¨²ltima jugada en la historia de la postemporada, jam¨¢s debi¨® existir.

Nueve de cada 10 safeties, no 9.9 de cada 10 safeties en la NFL, hubieran hecho esa tackleada a Stefon Diggs y aniquilar ah¨ª y ahora a los Vikings. Es una pena que haya sido un novato como Marcus Williams, quien no pudo hacer el trabajo. O tal vez fue una bendici¨®n.

Williams fall¨® esa tacleada primero por no estar con la cabeza dentro del juego. No ten¨ªa que evitar un pase completo, ten¨ªa que evitar yardas despu¨¦s de la recepci¨®n. Ten¨ªa que evitar que Diggs abandonara el terreno. No hizo ni una ni otra.

Y el motivo por el que fall¨® esa tacleada es por falta de fundamentos, por no ver lo que estaba tacleando o intentando taclear. As¨ª es como suceden las tragedias en este deporte, y no solo las deportivas, sino las f¨ªsicas como las de Ryan Shazier o Dennis Byrd. Si Williams ve d¨®nde est¨¢ Diggs, el juego se acaba en ese mismo momento, pero fue al golpe y pag¨® las consecuencias.

Ahora, el novato tendr¨¢ que cargar con ese error el resto de su carrera, y a partir de este momento su ¨¦xito profesional se medir¨¢ por la manera en que logra o no recuperarse de ese momento. Demasiada presi¨®n para un jugador de primer a?o y que, posiblemente, no vuelva a tener una oportunidad de enmendar su error.