Cacho: ¡°Es un honor recibir este premio con Beitia y Coe¡±
Campe¨®n en Barcelona, plata en Atlanta, medallas en todas las grandes competiciones. Ferm¨ªn Cacho (?greda, Soria, 48 a?os) es el mejor atleta espa?ol de la historia.

Entre los galardonados con motivo de la Gala por el 50 Aniversario de As hay otros dos exatletas: Ruth Beitia y Sebastian Coe.
Es para m¨ª un honor estar con ellos.
?Qu¨¦ me dice de Ruth?
Es el ¨²ltimo icono del atletismo espa?ol. Una gran atleta y una gran persona. Ha estado durante muchos a?os en la ¨¦lite mundial y ha sabido retirarse en el momento justo. Es un ejemplo de superaci¨®n y constancia. Ha tirado mucho del atletismo. Y me gusta el cari?o que le tiene a Ram¨®n Torralbo, su entrenador.
Con Sebastian Coe comparti¨® usted distancia: los 1.500 metros.
Un mito del atletismo mundial, campe¨®n ol¨ªmpico en Mosc¨² 1980 y en Los ?ngeles 1984. Me acuerdo poco de verle en Mosc¨² y bastante m¨¢s de Los ?ngeles. ?Qu¨¦ carreras contra Jos¨¦ Manuel Abascal y Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez! Un gran representante de los corredores de mediofondo anglosajones. Un referente y tambi¨¦n una gran persona. Compet¨ª con ¨¦l en la Copa del Mundo de Barcelona 1989. (El brit¨¢nico fue segundo, por detr¨¢s del somal¨ª Abdi Bile, y Cacho termin¨® sexto).
Retrocedamos en el tiempo. ?Se acuerda usted de su primera carrera?
Perfectamente, en un cross comarcal de ?lvega, en Soria, cerca de ?greda, mi pueblo, por el a?o 1982 o 1983. Y gan¨¦. Y ah¨ª empez¨® todo.
En aquella ¨¦poca usted iba de caza con su padre.
Pero las armas de fuego no me agradan. Yo iba porque lo que m¨¢s me gustaba de peque?o era estar con mi padre, caminar mucho por la naturaleza, con los perros, charlar de todo, beber de vez en cuando un trago de agua, almorzar la comida que nos preparaba mi madre. El cazador era ¨¦l. Yo pensaba que le ayudaba, pero creo que lo que hac¨ªa era estorbar.
Tal vez esas caminatas y todo ese ejercicio le ayudaron luego a ser un atleta de ¨¦lite¡
Puede ser, porque en mi familia no hay ning¨²n antecedente deportivo, para nada.
Durante algunos a?os vivi¨® usted en Soria, en la casa de la familia de Abel Ant¨®n, que luego llegar¨ªa a ser dos veces campe¨®n mundial de marat¨®n. ?C¨®mo fue aqu¨¦llo?
Viv¨ª con ellos desde 1987 a 1991. Yo llevaba dos a?os en un colegio mayor y me dijo Abel que por qu¨¦ no viv¨ªa con ¨¦l en su casa. Sus padres me recibieron fenomenal. Abel y yo est¨¢bamos todo el d¨ªa juntos. ?l y sus padres son mi segunda familia.
Cuando hizo el servicio militar tuvo usted alg¨²n contratiempo¡
Primero me toc¨® en Logro?o y luego en Soria. Estaba de permiso en 1990, ese a?o hab¨ªa Campeonatos de Europa en Split y me surgi¨® correr en Estocolmo. Desde la Federaci¨®n pidieron permiso para que me desplazase al Ministerio de Defensa, y tambi¨¦n lo hizo mi m¨¢nager, Miguel ?ngel Mostaza.
?Y usted se fue?
Pens¨¦ que ese permiso me lo hab¨ªan dado, aunque la verdad es que no recib¨ª ninguna notificaci¨®n. S¨ª, me fui a correr all¨ª, y cuando vine un coronel me dijo que me hab¨ªa desplazado sin comunicarlo no s¨®lo fuera de la provincia, sino de Espa?a. Me acus¨® de desobediencia.
Y acab¨® arrestado¡
Quince o veinte d¨ªas, y sin poder entrenarme. Luego me dejaron ir a correr a una prueba en Barcelona y lo hice fatal. Y como de vez en cuando me daban permisos para competir, hubo un d¨ªa que me dijeron que hab¨ªa hecho pocas guardias, y que ten¨ªa que recuperarlas, y me pasaba todo el d¨ªa haci¨¦ndolas.
Barcelona. All¨ª fue campe¨®n ol¨ªmpico. Y su imagen se ha convertido en un icono del atletismo y del olimpismo espa?ol.
Un sue?o. Cruzar la l¨ªnea de meta y saberte campe¨®n ol¨ªmpico.
En la ¨²ltima recta ya se vio que iba a ser usted campe¨®n ol¨ªmpico, despu¨¦s de aquel adelantamiento por el interior a falta de 200 metros, que se pone como ejemplo de t¨¢ctica en una carrera de este tipo.
Un adelantamiento parecido lo hab¨ªa hecho en el Campeonato de Espa?a de 1990. Era arriesgado, pero vi el hueco y me proteg¨ª un poco con el brazo derecho. Cuando pas¨¦ por la mitad de la recta final, a la altura de donde estaba situado el podio, pens¨¦ que algo muy raro ten¨ªa que pasar para no llevarme la medalla de oro ol¨ªmpica.
?Y cuando subi¨® a lo m¨¢s alto de ese podio?
?Mira que si tropiezo o algo as¨ª! Lo mismo hago la gracia del d¨ªa, ya ves. Estaba muy nervioso. M¨¢s que cuando el juez dio el pistoletazo de salida.
Veinticinco a?os han pasado desde entonces.
Espa?a demostr¨® que era capaz de hacer grandes cosas. La organizaci¨®n fue fant¨¢stica y los resultados, magn¨ªficos, los mejores de la historia.
Cuatro a?os despu¨¦s volvi¨® usted a subir a un podio ol¨ªmpico. Lo consigui¨® en los Juegos de Atlanta.
Por si alguien dec¨ªa que era casualidad lo de Barcelona¡

Los 15 Premios 50 a?os de AS
Dos medallas ol¨ªmpicas seguidas no est¨¢n al alcance de cualquiera.
La plata de Atlanta le da a¨²n m¨¢s valor al oro que hab¨ªa conseguido en Barcelona. Yo estaba muy bien, pero a falta de una vuelta se cay¨® El Guerrouj, tuve que saltar por encima de ¨¦l, Morceli me cogi¨® distancia y ya fue imposible para m¨ª. Si vas al l¨ªmite y te ocurre eso, ya es inalcanzable.