Nathan Peterman, el quarterback m¨¢s breve que se recuerda
El QB de los Buffalo Bills debut¨® en la NFL lanzando cinco intercepciones en la primera mitad del partido contra Los Angeles Chargers.
Es probable que la carrera en la NFL de Nathan Peterman haya durado medio partido. Sin duda es una aseveraci¨®n exagerada, que no tiene en cuenta que este es un mundo en el que la entrop¨ªa nunca para de aumentar y a saber lo que nos deparar¨¢ el futuro, pero es una conclusi¨®n que ahora mismo resulta de los m¨¢s plausible.
Es lo que sucede cuando te conviertes en el centro de atenci¨®n de la NFL por todas las malas razones deportivas imaginables. Que es complicado concatenar tal sucesi¨®n de cat¨¢strofes y sobrevivir.
Nathan Peterman lanz¨® cinco intercepciones en la primera mitad del partido contra Los Angeles Chargers. No todas fueron culpa de ¨¦l. No es que el partido se perdiera s¨®lo por eso. Pero no tiene ninguna importancia porque los cinco balones perdidos resuenan tan fuerte que el resto pasa a ser asunto de decimocuarta a su lado.
?sto es debido al contexto generado en los Buffalo Bills. Sean McDermott, entrenador del equipo, decidi¨® a mitad de semana que Peterman, rookie de quinta ronda del draft, iba a jugar en lugar del hasta entonces titular, Tyrod Taylor. La decisi¨®n pill¨® a contrapi¨¦ a todo el mundo. A la prensa, a la afici¨®n, al vestuario, a los propios protagonistas en s¨ª. Con 5-4 de r¨¦cord, y en posici¨®n de jugar por los playoffs, pareci¨® un movimiento muy agresivo que fue entendido como un riesgo innecesario por la mayor¨ªa de opiniones.
Eso hizo que la atenci¨®n se centrara enormemente en Peterman este domingo. No s¨®lo la atenci¨®n de Buffalo sino de todos los seguidores de la liga. Y, claro, responder a eso con cinco intercepciones es un desastre de proporciones b¨ªblicas.
En la segunda mitad, Tyrod Taylor recuper¨® el puesto, y es de suponer que de manera definitiva para esta temporada. De hecho, es de imaginar que el bochorno que ha sufrido en la banda por Sean McDermott ha sido cosa seria.
Y cosa menor tambi¨¦n si lo comparamos con la "movida" que tiene que tener montada en el vestuario. Los jugadores son gente orgullosa y a veteranos como LeSean McCoy, Richie Incognito o Charles Clay no les ha debido hacer ninguna gracia tama?a ¨®pera bufa.
La historia del quarterback m¨¢s breve que se recuerda, porque las oportunidades que va a tener Peterman de ahora en adelante tendr¨¢n que ver s¨®lo con lesiones y situaciones desesperadas, tapa el hecho de que a la defensa de los Bills, ahora mismo, se le hacen yardas y puntos por todas las esquinas, y que el grupo se hab¨ªa metido en una espiral derrotista mucho antes de que el dilema entre Taylor y Peterman tomase el centro del escenario.
La gesti¨®n de Sean McDermott se ha llevado una bofetada inolvidable, sonora, dolorosa, y con ella una buena porci¨®n de la legitimidad que hab¨ªa acumulado en ¨¦sta su primera temporada como entrenador jefe. Ahora mismo el equipo, tras perder con todas las de la ley por 54 a 24 contra los Chargers, est¨¢ 5-5 y, matem¨¢ticamente, con opciones de pelear por los playoffs. Pero es un espejismo: el objetivo no puede ser otro que recuperar la dignidad, la fe y el orgullo en las pr¨®ximas semanas, y ganar, ganar, ganar, para olvidar el episodio de la min¨²scula, en tiempo, y gigantesca, en relevancia, titularidad de Nathan Peterman.