Mike Tomlin y la incre¨ªble racha de entrenadores en Pittsburgh

Los Pittsburgh Steelers son una organizaci¨®n deportiva ¨²nica en el mundo. Al menos en lo que se refiere a la ¨¦lite de este universo de grandes ligas y absoluta exposici¨®n medi¨¢tica continua. Son la franquicia que m¨¢s t¨ªtulos tiene de la Super Bowl, seis, y son el vivo ejemplo de equipo que tiene una personalidad definida y que encaja a la perfecci¨®n en el sitio en el que habita. Duros, defensivos, industriosos, acereros en nombre y alma. Por todo eso tienen seguidores en todos los puntos del globo donde se siga el f¨²tbol americano.

Y, adem¨¢s, tienen algo m¨¢s que les convierte en una rareza absoluta: el compromiso y la paciencia absoluta con sus entrenadores. No vais a encontrar ning¨²n equipo, de cualquier deporte, que pueda presumir de haber tenido la incre¨ªble cifra de tres entrenadores desde el a?o 1969. No en este nivel de exigencia, al menos.

Chuck Noll fue fichado en aquel 1969 y se mantuvo 22 a?os en el cargo, hasta 1991. En su periodo de gest¨® la m¨ªtica "cortina de acero" que es como se defin¨ªa a la defensa de los Steelers en los a?os 70. Cuatro anillos present¨® a la ciudad de Pittsburgh. Caza mayor.

Le sustituyo Bill Cowher, que dirigi¨® al equipo durante catorce a?os. Se retir¨® en sus propios t¨¦rminos, cuando a ¨¦l le apeteci¨®, y tras conquistar el primer t¨ªtulo de la era Ben Roethlisberger, frente a los Seattle Seahawks. Durante a?os fue el n¨²mero uno en la lista de entrenadores rumoreados para cada vacante, pero nunca ha dejado de trabajar en la televisi¨®n desde entonces.

Y, tras Cowherd, y en un proceso en el que no era favorito y s¨®lo fue entrevistado merced a la Rooney Rule (precisamente instaurada, y nombrada, gracias al propietario de los Steelers), esa que dicta que los equipos de la NFL han de entrevistar a un miembro de alguna minor¨ªa antes de firmar a entrenadores o general managers, Mike Tomlin se convirti¨® en 2007 en entrenador jefe de los Pittsburgh Steelers.

No parece que vaya a dejar su puesto a corto plazo, no.

Menos a¨²n con los resultados que ha cosechado. Con la victoria de ayer ante los Tennessee Titans, los Pittsburgh Steelers elevan su r¨¦cord del a?o a un 8-2 que poco menos que hace imposible imaginarles fuera de playoff. Y hace, adem¨¢s, seguro que Tomlin complete su decimoprimera campa?a con los acereros con r¨¦cord de al menos el 50%, esto es, nunca por debajo de 8-8. La suma total de sus partidos es de 111 victorias y 59 derrotas, un 65,3% de triunfos. Nadie hab¨ªa hecho eso en sus primeras once temporada en Pittsburgh.

Ah, s¨ª, y una Super Bowl, claro, la conseguida frente a los Arizona Cardinals en un inolvidable encuentro.

El trabajo de Mike Tomlin ha estado bajo escrutinio, y cierta cr¨ªtica, en los ¨²ltimos tiempos. Durante algunas temporadas el equipo perdi¨® su alma defensiva, su esp¨ªritu terrestre, y dependi¨® del gran Ben Roethlisberger para competir. Algunas voces se levantaron contra ese cambio de filosof¨ªa y, sobre todo, contra el hecho de que no les estaba llevando a ser tan buen equipo como sol¨ªan. Nada tembl¨® bajo el suelo de Tomlin porque en Pittsburgh no se estila cuestionar a sus entrenadores, no desde los despachos.

El resultado, esa paciencia cuando soplaba un (m¨ªnimo) temporal, es impresionante. Ahora mismo los Pittsburgh Steelers tienen el mejor r¨¦cord de la AFC, una defensa digna de sus historia, un corredor m¨ªtico, una l¨ªnea ofensiva de las mejores de la competici¨®n y a los mismos Antonio Brown y Ben Rethlisberger del ¨²ltimo lustro.

Nunca se sabe si es antes el huevo o la gallina, si hay estabilidad y por eso acaban floreciendo los entrenadores, o como los entrenadores son muy buenos acaba lleg¨¢ndose siempre a la estabilidad. No se sabe a ciencia cierta, digo, y es probable que a los seguidores de los Steelers no les interese saberlo. Con seguir con la misma pol¨ªtica que hasta ahora ya les vale bien. Por eso son una de las franquicias m¨¢s respetadas, con mayor cantidad de triunfos, siempre en la pelea, y por eso Mike Tomlin seguir¨¢ siendo su entrenador por mucho tiempo m¨¢s.