La violencia de los Dolphins les costar¨¢ dinero y partidos
El equipo de Miami infringi¨® gravemente las reglas de la NFL en un par de jugadas que, televisadas a escala nacional, les gravar¨¢n en el futuro.
Los Miami Dolphins han salido del Thursday Night Football con algo m¨¢s que una desmoralizadora y apabullante derrota frente a un equipo tan dudoso como son los Baltimore Ravens 2017. Han salido con la vitola de equipo sucio, desagradable, y con los ojos de la NFL puestos sobre ellos para el futuro cercano.
Y, chico, se lo han ganado con creces.
Los partidos de los jueves en la NFL tienen mala fama. Se les acusa de estar mal preparados, porque los entrenadores tienen muy pocos d¨ªas desde el lunes para dise?ar el plan de juego, y mal ejecutados, porque los jugadores a¨²n est¨¢n convalecientes de la jornada anterior. Sin embargo, son televisados a escala nacional en Estados Unidos y eso les confiere una notable importancia desde el punto de vista de la imagen. No es exagerado decir que para muchos seguidores generales de la liga ¨¦ste pudo haber sido uno de los primeros encuentros en los que vieron a Dolphins o Ravens esta temporada.
Por ello, las dos jugadas de las que todo el entorno de la NFL hablar¨¢ hoy ser¨¢n escrutadas con mayor profundidad de lo que lo ser¨ªan un domingo cualquiera, y las oficinas de la liga se ver¨¢n obligadas a actuar con mayor dureza debido a la presi¨®n que se ejercer¨¢ sobre ellas. Los Miami Dolphins pueden esperar multas econ¨®micas e, incluso, suspensi¨®n de un par de jugadores para el martes que viene.
La primera jugada fue el golpe que Kiko Alonso le propin¨® a Joe Flacco en un slide del quarterback de los Ravens. El trompazo es salvaje, con el caso de Flacco saliendo por los aires, su oreja sangrando y una conmoci¨®n cerebral de la de poner los pelos de punta.
Para los amantes del microan¨¢lisis queda si el linebacker pudo evitar o no semejante final, si fue sucio o s¨®lo desafortunado. Es lo de menos: ser¨¢ sancionado. Y con dureza. Con el esfuerzo que est¨¢ haciendo la NFL en pos de la seguridad, en pos de evitar en la medida de lo posible las conmociones y en pos de la protecci¨®n absoluta de los quarterbacks titulares, la jugada de Alonso se convierte en una se?al roja del tama?o del estado de Florida.
La segunda jugada no admite interpretaci¨®n alguna. Ndamukong Suh, entre cuyas virtudes no se encuentran ni la limpieza ni la honestidad ni la nobleza jugando al football, salt¨® antes de tiempo en un jugada en la red zone y se llev¨® la penalizaci¨®n; en vez de parar con el sonido del silbato del ¨¢rbitro lleg¨® hasta el quarterback, que era Ryan Mallett porque Flacco, evidentemente, no pudo seguir en el partido tras el golpe de Alonso, y le empuj¨®. Mallett se revolvi¨® y confront¨® al defensive tackle para afearle el gesto.
Nada edificante, pero tampoco nada extra?o en un campo de football. El grave problema fue que la respuesta de Suh consisti¨® en agarrar por el cuello a Mallett.
Y esto es completamente intolerable. Y ha de costarle. A Suh y a los Dolphins.