Protestas sin precedentes en la NFL contra Donald Trump

Pocas instituciones hay en Estados Unidos tan poderosas como la NFL. Es la liga del deporte m¨¢s seguido del pa¨ªs. Con much¨ªsima diferencia. Es la competici¨®n m¨¢s rica del planeta porque los americanos la consumen sin medida. Y, adem¨¢s, a¨²n teniendo predicamento en todas las capas sociales y grupos imaginables, lo cierto es que entre las personas de ideolog¨ªa conservadora es casi una religi¨®n. Muchas de ellas son votantes de Donald Trump.

Es por eso que la pasada de frenada del Presidente de los Estados Unidos de Am¨¦rica, llamando "hijos de p..." a los jugadores que decidieron mostrar su desacuerdo con la situaci¨®n racial del pa¨ªs arrodill¨¢ndose o sent¨¢ndose ante la interpretaci¨®n de su himno nacional, le puede costar muy caro en t¨¦rminos de popularidad.

Porque Donald Trump ha consguido dos milagros a la vez: unir a todas las fuerzas de la NFL, en permanente guerra entre ellas, y mostrar su total y absoluto rechazo al Presidente de los Estados Unidos, cuando hablamos de una liga de una correcci¨®n exquisita con la ortodoxia pol¨ªtica de Norteam¨¦rica.

Empecemos por los propietarios de las franquicias. Muchos de ellos, como Robert Kraft de los New England Patriots, o Shad Khan de los Jacksonville Jaguars, contribuyeron a la campa?a de Trump para ser presidente. Fueron muchos m¨¢s, y casi todos ellos han mostrado ya su m¨¢s absoluto rechazo a las palabras de Trump. Y no s¨®lo a las formas, al muy grosero insulto, sino al fondo. En docenas de comunicados oficiales, los due?os de los equipos han defendido el derecho de cualquier jugador de la liga a expresarse de la forma que estime conveniente, y han abrazado la idea de que sus empleados protesten contra el himno nacional.

Khan ha ido m¨¢s all¨¢: ¨¦l mismo, en primera persona, baj¨® al c¨¦sped con su equipo en el partido de Londres contra los Baltimore Ravens y se enlaz¨® con el brazo a ellos. Es imposible mandar un mensaje m¨¢s claro, uno que dice que no s¨®lo no los va a despdir por su comportamiento, como exig¨ªa el Presidente, sino que iba a abrazarles en unidad con sus reivindicaciones.

Los periodistas y analistas de todas las cadenas que cubren la NFL han sido un¨¢nimes. Rex Ryan, por ejemplo, antiguo entrenador de los Buffalo Bills y los New York Jets, fue uno de quien m¨¢s abog¨® por el voto a Trump. Incluso fue a m¨ªtines a pedir el voto por ¨¦l. Hoy le ha retirado el apoyo y ha sido muy duro al decir que se sent¨ªa traicionado.

Muchos equipos han discutido qu¨¦ hacer durante horas. Los Pittsburgh Steelers y los Seattle Seahawks piensan en ni estar en el campo durante la interpretaci¨®n del himno. Los Bills estuvieron dos horas el s¨¢bado debatiendo, todos juntos, c¨®mo comportarse. Los entrenadores, de forma un¨¢nime, les han dado todo el apoyo en sus decisiones.

Aaron Rodgers ha publicado una foto en Instagram en la que deja caer que se va a arodillar junto a sus compa?eros y Tom Brady, amigo personal de Donald Trump, le ha respondido con un gesto de fuerza, de uni¨®n, de que est¨¢ con ¨¦l.

No hay precedentes para esta uni¨®n. No hay precedentes de la NFL atacando de forma tan virulenta el Presidente de los Estados Unidos. Esta liga no es como la NBA, no lo ha sido en tiempos recientes en lo que a implicaci¨®n pol¨ªtica se refiere, y no se la recuerda tan agresiva como un todo al sentirse atacada en lo m¨¢s hondo de su esencia.

Donald Trump es un personaje controvertido que se ha especializado en ofender gratuitamente a un mont¨®n de colectivos. Hacerlo con una fuerza tan enorme como es la NFL, que mal que bien estaba m¨¢s de su lado que en contra, no parece lo m¨¢s inteligente. Lo que se ha encontrado enfrente el Presidente de los Estados Unidos de Am¨¦rica es a la mayor liga de su pa¨ªs unida en su contra, sin fisuras, sin medias tintas, y con un mont¨®n de sus antiguos aliados muy cabreados.?