Bill O'Brien, l¨ªder en la carrera por ser el primer despedido
El entrenador de los Houston Texans vuelve a dejar una muestra de que lo suyo no es la gesti¨®n del puesto de quarterback y se coloca en el disparadero.
Si me hubieseis preguntado en agosto os hubiera dicho que mi favorito en la carrera por ser el primer entrenador despedido de la temporada era Chuck Pagano. El de los Indianapolis Colts tiene por delante un trabajo imposible. Con una plantilla plagada de jugadores menores y Andrew Luck sin lanzar ni un s¨®lo bal¨®n desde que se oper¨® el hombro en enero, las perspectivas eran de perder todos y cada uno de los partidos por paliza. Si sumamos que Ryan Kelly, su mejor hombre de la l¨ªnea ofensiva, tambi¨¦n dijo adi¨®s por lesi¨®n, el potaje que sal¨ªa era el de, incluso, no forzar la vuelta de Luck bajo ninguna circunstancia.
Pagano ha hecho m¨¦ritos suficientes las ¨²ltimas temporada para ser despedido, as¨ª que ni el momento de la franquicia ni su curriculum le van a ayudar. Y un punto que resulta definitivo: los Colts han cambiado de general manager esta primavera y Chris Ballard ha sustituido a Ryan Grigson, por lo que el jefe de Pagano no tiene ninguna relaci¨®n con ¨¦l. Al no ser su hombre, al no haberlo fichado ¨¦l, echarle es de lo m¨¢s sencillo.
Junto con Chick Pagano aparece, en esta triste competici¨®n por ser el primer despedido, Todd Bowles. En los New York Jets parecen mirar m¨¢s al draft de 2018, donde esperan quarterbacks deseados por una franquicia hu¨¦rfana en el puesto clave, y han hecho traspasos que les alejan de las victorias. Eso puede gustaros m¨¢s o menos a vosotros. A los jugadores y, por encima de todo, al entrenador que manda hoy le debe parecer el infierno. Porque perder significa su despido, y no es esta una liga que ofrezca demasiadas segundas oportunidades.
Era agosto cuando os hubiese nombrado a Pagano y Bowles. Tras una semana de competici¨®n, sin embargo, he de decir que creo que Bill O'Brien les est¨¢ sacando una cabeza en la carrera y que, encima, galopa a tumba abierta. Sin medida.
El entrenador de los Houston Texans tiene virtudes, claro, que por algo ha llegado a entrenar a un equipo de la NFL. El problema es que uno de sus defectos es tan visible, tan crucial, tan desesperante, que acaba con cualquier debate o posible defensa en cuanto la cosa se pone un poco torcida.
Se trata de la gesti¨®n del puesto de quarterback. Est¨¢ tan desquiciado, se muestra con tan poca fe en s¨ª mismo, en su propio trabajo, que lo hace es ense?ar que est¨¢ perdido y, de paso, desorientar a todo el equipo, que no sabe que esperar de semana en semana, casi que de cuarto en cuarto, en la posici¨®n m¨¢s importante sobre el campo.
Se ha pasado todo el verano diciendo que Tom Savage era su titular. Aunque DeShaun Watson parece m¨¢s talentoso, y sin duda es el futuro de la franquicia porque por eso han gastado dos primeras rondas en ¨¦l, O'Brien se uni¨® al coro de los de la paciencia y el trabajo como suplente para la formaci¨®n (??) de los QBs. Si me hab¨¦is le¨ªdo m¨¢s veces sabr¨¦is que estoy en la barricada de enfrente, que me parece un tocomocho importante ese argumento y que, sencillamente, ha de jugar el mejor jugador en el puesto. Que esto es un equipo profesional
A¨²n as¨ª, si decide ir con Savage, pues decide ir con Savage. El meritorio coge los snaps con el primer equipo, se pasa mes y medio conjunt¨¢ndose con sus compa?eros, asumiendo en las reuniones, ¨¦l y todos los dem¨¢s que jugar¨¢n... para que, en la primera mitad del primer partido, sea sentado por Watson. Qu¨¦ desprop¨®sito. ?Qu¨¦ vio en esa primera mitad que no hab¨ªa visto el resto de la pretemporada? Nada, s¨®lo trat¨® de salir del embrollo tirando por un atajo, y que hubiese suerte. Justo lo contrario de lo que har¨ªa un buen entrenador.
Esta semana se suma un nuevo plus a este sinsentido. Bill O'Brien, ayer, dijo que no iba a hacer p¨²blico quien era el titular para el partido de ma?ana jueves porque no ten¨ªa la decisi¨®n tomada. Aunque todo apunta a que ser¨¢ Watson, como la l¨®gica indica, el entrenador prefiere seguir mostrando que no lo tiene claro. Lo que redunda en que su equipo no sabe a qu¨¦ atenerse.
Parece mentira que no recuerde la experiencia de hace un par de temporada cuando sus dudas entre Ryan Mallett y Brian Hoyer le pusieron contra la espada y la pared en un septiembre de locos que los Texans padecieron por su culpa. Como ahora, no se aclaraba y los cambiaba sin ton ni son casi a cada drive malo.
Bill O'Brien se est¨¢ ganando ser el primer entrenador despedido de la NFL 2017. Alguien que no tiene claro que, en esta liga, el puesto de quarterback debe ser, para bien, para mal o para regular, algo estable y definitivo, es un lastre. Y a los Houston Texans les est¨¢ lastrando su entrenador.